Cuáles son las hipótesis del origen del incendio en Ezeiza que provocó pérdidas millonarias: «Era una bomba de tiempo»
Todavía hay focos activos en el Polígono Industrial de Carlos Spegazzini y aún no pudieron comenzar las pericias, ex empleados de la empresa donde comenzó todo denuncian “negligencia total”.

Cinco empresas sufrieron destrucción total y otras 15 fueron afectadas.
Aunque está “controlado”, el incendio que se produjo en las últimas horas del viernes en el Polígono Industrial de Carlos Spegazzini, en Ezeiza, todavía sigue activo: hay fuego en algunos sectores y, por momentos, un humo negro y denso. La idea, según se informó, es dejar que se extinga solo, para no alterar la investigación judicial. Y cuando eso ocurra comenzarán los peritajes para determinar las causas del desastre que provocó pérdidas millonarias.
Por el momento, hay algunas hipótesis. Una de ellas surge a partir del testimonio de trabajadores de los depósitos de la empresa Logischem, donde comenzó el incendio. Según lo que contaron había allí un producto que “largaba mucho vapor” y que habría sido guardado junto al peróxido. Y se trata de sustancias que no tenían que estar juntas porque eran reactivas.
«Era una bomba de tiempo», le dijo un ex empleado a Clarín. Se trata de alguien que conocía a fondo cómo funcionaba Logischem y que prefiere no dar sus datos por seguridad. Todo comenzó en el depósito siete, durante el corte del turno de la noche. Los trabajadores vieron una luz amarilla filtrarse desde el fondo y empezaron a los gritos.
Incendio en Ezeiza: el drama de los trabajadores
Enseguida corrieron a buscar las mangueras para intentar apagar el fuego, pero no alcanzaron a usarlas. En cuestión de segundos, la situación se descontroló y tuvieron que evacuar. El sereno de la noche se resistió en principio a abandonar su puesto, pero tampoco tuvo opción.

Todo ocurrió tan rápido que apenas lograron escapar. “Si hubiese sido diez minutos más tarde, nos agarra a todos trabajando”, relataron. Pese al caos y el susto, todos los trabajadores lograron salir a tiempo y no hubo víctimas fatales.
Primero, hubo una explosión chiquita, que arrasó con el techo y después empezó a salpicar fuego para todos lados y se produjo la explosión grande, que alcanzó diversos edificios de otras compañías instaladas en la zona como Iron Mountain, Larroca Minera, Almacén de Frío, Aditivos Alimentarios y Sinteplast.
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«Había un material que había ingresado hace poco, que venía en bolsones, un polvo. Y dicen que uno tiraba mucho vapor continuamente. Lo informaron al dueño pero decidieron dejarlo ahí y no tuvieron mejor idea que ponerlo en el mismo depósito donde está el peróxido (un óxido que presenta una concentración mayor de oxígeno que un óxido normal)», contó el ex empleado.
El peróxido industrial alcanza una concentración máxima que lo vuelve peligroso si no se manipula con las medidas de seguridad adecuadas.
“Una negligencia total”
«A nosotros nos capacitaron que si este producto toca madera o plástico se prende fuego instantáneamente. Pudo haber habido cualquier tipo de combinación letal entre este material que largaba vapor y el peróxido. Ahí había elementos que no debían estar juntos y lo mezclaron”, insistió.

Dentro del depósito había todo tipo de ácidos, como ácido fosfórico, cítrico, sulfúrico, o productos como alcoholes en polvo, en gel, en perlas, pesticidas y venenos al máximo nivel, que lo usaban para los insecticidas.
«Calculale que cuando iban a sacar muestras se ponía toda una protección estilo buzo de la marina. Y todo eso se quemó, está todo en el aire. Y por eso yo no puedo creer que hayan dicho que no era tóxico. Es una locura que hayan dicho eso a la población», advirtió.
Y agregó: «Tenían todo mezclado. Tenías alimenticio, ácidos, inflamables, tóxicos, todo mezclado en todos los galpones. En el mismo lugar donde tenías alimenticio, tenías pesticidas con inflamables, tenías elementos fuera de los galpones, al aire libre, que no deberían superar los 15 grados y lo tenías al rayo del sol. Una negligencia total, todo habilitado”.
Por el momento se informó que son cinco las empresas que sufrieron destrucción total, aunque en total 20 resultaron afectadas. Y en un inmenso predio industrial donde la construcción de un metro cuadrado de galpón cuesta entre 400 y 600 dólares, las pérdidas se cuentan de a millones de dólares.







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