La historia del humilde pintor de Wilde que cumplió su sueño: conoció el mar a los 48 años
Para Daniel, que se crió en una familia muy humilde en Florencio Varela, nunca hubo espacio para vacaciones. Días atrás viajó a Mar del Plata con su pareja y compartió su alegría: «Fui realmente feliz».
Daniel, un sacrificado y humilde pintor de Wilde, en el sur del Conurbano, conmovió a todos con su historia en las redes sociales. A los 48 años, conoció el mar y no pudo (ni quiso) ocultar su alegría. Tampoco lo hacen las fotos: con el agua detrás o incluso inmerso en ella, su sonrisa de oreja a oreja lo delataba.
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Claro, aunque su historia puede presumirse, él se encargó de revelarla y contar los detalles de una vida muy sacrificada que comenzó en el seno de una familia paraguaya muy humilde de Florencio Varela. Daniel vivió junto a sus cuatro hermanos y sus padres, un pintor y una ama de casa que le inculcaron la cultura del trabajo y del sacrificio, valores que lo siguen marcando hasta el día de hoy.
Cómo los recursos escaseaban, nunca hubo plata para vacaciones. En ese contexto creció este hombre que heredó el oficio de su papá y en su vida adulta pudo construirse, con mucho esfuerzo, su propia casa en esa localidad. Sin embargo, la inseguridad le dio un duro golpe: fue víctima de un violento robo y decidió vendérsela «al mejor postor». Fue entonces cuando se mudó: «Me fui a vivir con mi actual pareja a Wilde», relató.
A ella le contó su sueño de conocer el mar, sin pensar que lo iba a sorprender destinando la plata que venían ahorrando hace años para pagar el pasaje y el hospedaje y hacer un viaje a Mar del Plata.
Un viaje soñado para el pintor de Wilde
El pasado miércoles 16 de marzo, ambos se levantaron muy temprano para ir hasta la terminal de ómnibus de Retiro y abordar el micro que los iba a llevar a la ciudad balnearia. «No pegué un ojo en todo el viaje. No quería perderme ningún momento. Salimos de casa a las 5 y a las 7 nos subimos al ómnibus. Me esperaban cinco horas de viaje y veía que la gente dormía. Pero yo no pude», confesó Daniel a TN.
Como era de esperarse, una vez que llegaron a su destino, lo primero que hizo la pareja fue ir a la playa. Hacía frío pero no importaba: disfrutó del viento, dejó las ojotas y corrió a meterse en el agua. «Volví a ser un chico. La emoción que sentí no la puedo explicar con palabras. Jugué con las olas y fui realmente feliz», manifestó. Estuvo cuatro días en Mar del Plata.
«Disfrutando del mar por primera vez. Para muchos quizás no es nada nuevo, pero para nosotros, los que venimos de abajo y luchamos con trabajo para poder llegar a cumplir sueños, es mucho. Esto es gracias a ustedes, que me dieron trabajos», escribió junto a las imágenes de sus vacaciones que publicó en su cuenta de Twitter.
Tras la maravillosa experiencia, Daniel se refirió a su realidad y a su necesidad de oportunidades, un escenario que ya conoce y con el que luchó toda su vida. Por eso, su pedido a la comunidad es el de trabajar y ganarse el pan dignamente.
«Soy buen pintor, cumplidor y honesto. Esta semana no tengo ninguna obra, por eso necesito algo más estable y con continuidad. Por suerte mi pareja tiene un sueldo fijo. Ella trabaja en casa de familia con cama adentro. Quiero salir adelante con trabajo y esfuerzo, como me enseñaron mis padres», cerró.