Franco Colapinto correrá en Fórmula 2: el sacrificio del pibe de Pilar que dormía en una fábrica y llega a la antesala de la Fórmula 1
El piloto fue confirmado para la temporada 2024 por el equipo MP Motorsport. Ya debutará en la última fecha del actual calendario en Abu Dhabi. «Gracias a todos los argentinos por el sueño», dijo el chico de 20 años.
El sueño de que un piloto argentino regrese a la Fórmula 1 tras más de dos décadas está más cerca luego de la confirmación, este miércoles. que el pibe Franco Colapinto, vecino de Pilar, correrá en la Fórmula 2 durante 2024, lo que lo deja a un paso de la máxima categoría del automovilismo deportivo mundial.
«Muy feliz de que finalmente se haya hecho realidad. Voy a estar corriendo en la Fórmula 2 en el 2024 junto a @officialmpmotorsport!!! Y también voy a estar en la última carrera de esta temporada en Abu Dhabi!», dijo Colapinto en sus redes sociales.
«¡Franco Colapinto sube a la F2! ¡El piloto argentino se subirá a una máquina del MP Team para nuestra fecha final en Abu Dhabi y para la temporada 2024 de Fórmula 2 de la FIA! Se hará cargo del coche número 2 en Yas Marina», confirmó la cuenta oficial de la categoría en sus redes sociales.
En tal sentido, el pilarense agregó: «Todos trabajaron mucho para conseguir este asiento y estoy muy orgulloso de toda la gente que me apoya! Es todavía más especial hacerlo con MP que ya son como una familia para mí! Gracias a todos los argentinos por tanto apoyo y cariño para que pueda seguir luchando por mi sueño! Vamos por todo!!».
Con 20 años, Colapinto, hincha de Boca Juniors, se volvió la esperanza más grande que tiene Argentina de volver a contar con un representante en la Fórmula 1, el campeonato más importante del mundo. Había regresado al equipo neerlandés este año para disputar su segunda temporada en la F3: en esa categoría la rompió con tres victorias y cinco podios, terminando cuarto en el campeonato.
Paralelamente, el oriundo de Pilar, que vive en Europa desde 2018 y a principios de este años firmó contrato con la escudería británica Williams Racing, con la que Carlos Reutemann supo ser subcampeón mundial en 1981, seguirá ligado al team inglés a través de su Academy Driver, desde donde podría dar el gran salto a la F1. El último piloto argentino que corrió en la máxima categoría fue Gastón Mazzacane, en 2001.
Otro de los que se pronunció tras el anuncio fue Sander Dorsman, director de MotorSport: «Es una gran noticia que podamos anunciar el ascenso de Franco a nuestro equipo de F2 tan pronto. Retener a Franco nos ayuda a mantener la estabilidad en esa transición, aparte del hecho de que se ha convertido en un miembro de la familia MP y es un piloto extremadamente rápido y talentoso», dijo.
Colapinto ya conoce muy bien el MP Motorsport, ya que con ese equipo fue tercero en el campeonato de Fórmula Renault Europea 2020 y ganó dos carreras de la Fórmula Regional Europea en 2021 (Circuito Red Bull Ring de Austria y de Valencia, en España). Así llegó a la Fórmula 3 el año pasado.
Desde 2019, el piloto de Pilar es representado por la empresa Bullet Sport Management. Sus managers, María Catarineu y Jamie Campbell-Walter se encargan de ubicarlo en distintos equipos. Para esta gran oportunidad, hubo importantes reuniones pero fue clave mostrar que contaba con patrocinantes en la Argentina, una tarea que incluyó negociaciones en el país para conseguir apoyo económico.
Franco Colapinto, su historia y su sueño de la Fórmula 1
Franco contó que su papá, Aníbal Colapinto, supo tener un equipo de Turismo Carretera, el JC Competición, y ser patrocinador de varios pilotos. Él fue quien le compró un cuatriciclo cuando tenía cuatro años. «No llegaba ni a pasar los cambios», contó. Y luego lo llevó a correr en kartings a los 7 años. «Siempre me ayudó a mejorar. Fue como mi entrenador y le debo gran parte de lo que aprendí desde chico», expresó.
Tras ganar el campeonato argentino de kartings, se radicó en Italia y contó que vivió en la fábrica del equipo de kartings para el que competía. «Llegué con 14 años a un país que no conocía, gente que no conocía, estaba solo y con un idioma del que no tenía idea de cómo se hablaba, viviendo con gente adulta en una fábrica, tratando de aprender el italiano, que no es un idioma tan complicado, pero era muy chico. Ese año fue el que más aprendí y del que más cosas pasé», recordó.
Dijo que estudiaba en un colegio bilingüe de Pilar pero el arte lo aburría. «Me gustaba mucho la mecánica. Quise entrar a un colegio técnico e hice los exámenes de ingreso para Ford y Techint. Entré a los dos pero me quedé con el segundo porque era más tecnológico. Estuve hasta tercer año y empecé a correr en Europa y tuve que dejar porque era todo muy presencial, tenía que soldar, usar el torno… Volví al colegio y me aburría, tenía muchísimas faltas e iba cada seis meses a rendir todo lo que me llevaba…».
Y reconoció: «Fue bastante complicada mi infancia porque un chico normal tiene a sus amigos en el colegio, después va a la universidad, y empiezan a salir, y para mí es todo diferente y capaz que crecí más rápido para hacer lo que me gusta. Yo fui el que decidió irse de chico y perderme de todo lo que me perdí, cumpleaños de 15, estar con mis amigos, mi familia, pero bueno, son cosas que hay que sacrificar para lograr lo que uno quiere».
Por último, contó cómo fue la situación en la que le tocó correr una carrera fracturado y con poca visión. Al pilarense le encanta andar en bicicleta desde hace varios años y en 2021, estando en Mónaco, fue descalificado de una carrera por un «error del equipo» y salió a andar por la ciudad francesa, pero tuvo un accidente.
«Delante tenía un Audi que frenó fuerte porque una persona puso el pie en la calle y acá respetan mucho eso y frenó de golpe. Le di al auto de lleno, de una y le pegué con la cara en el alerón que está arriba de la luneta y me partí la nariz, me abrí todo abajo del ojo y me hicieron once puntos», contó.
Tras la atención en el hospital, «al otro día yo tenía una carrera en Paul Ricard y fui con la nariz rota y casi no podía respirar. Con un ojo hinchado que casi no veía. Los del equipo me querían matar. Cuando terminó la carrera me fui a Mallorca (ciudad en la que vivo actualmente) porque tengo un conocido que es médico y me puso la nariz en su lugar».
Dijo que no pudieron operarlo porque debían aplicarle anestesia y tenía que competir. «Entonces me lo tuvieron que hacer manualmente, me pusieron unos palos por la nariz», aclaró.
Y cerró: «No me había quebrado nunca, pero el dolor que tuve fue lo peor que me pasó en mi vida. Corrí la carrera quebrado, con un ojo menos porque no veía y casi sin poder respirar. Fue una locura (fue 12° en las dos carreras de la Fórmula Regional Europea). Es lo que hay y por suerte no me aburro».
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