Femicidio de Anahí Benítez: balean a su hermano en una ola de amenazas contra la familia
A David Rocco le efectuaron varios disparos desde una moto. También intimidaron al adiestrador del perro que ayudó a condenar a uno de los imputados por el crimen de la adolescente ocurrido en 2017 en Lomas de Zamora.
El hermano de Anahí Benítez, la adolescente de 16 años asesinada en 2017, fue atacado a tiros por motochorros cuando llegaba a su casa del barrio Parque Barón en su moto junto a una chica. El video de cámara de seguridad registró el momento de la tremenda agresión, en la que le habrían disparado sin mediar palabra. Milagrosamente, David Rocco -de él se trata-, resultó ileso.
Es la segunda vez que le ocurre un episodio de estas características, ya que en mayo de 2018 tres delincuentes habían querido robarle un auto y le dispararon más de 15 veces, pero había logrado escapar. Ambos casos, para su familia, no son casualidad: creen que fueron intentos de homicidio y que están relacionados con la causa por el femicidio y el rol activo que habían tomado reclamando justicia.
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El hecho se da, en paralelo, con la amenaza que sufrió hace unos días Diego Tula, el adiestrador del perro «Bruno» que pudo dar con el cadáver de Anahí Benítez en la casa de Marcos Bazán, quien el año pasado fuera condenado a prisión perpetua.
A Tula, quien adiestra perros del grupo K-9 de la Policía, le dejaron una foto suya junto a su mujer y el mencionado animal con una leyenda: «Cierren el orto o los vamos a hacer boleta».
Silvia Pérez Vilor, mamá de la joven asesinada, había abierto un canal de Youtube con el lema «Ahora hablo yo» para denunciar y probar la culpabilidad de Bazán y marcar inconsistencias en el proceso de investigación judicial. Llegó a publicar 5 videos y en el último, de hace unas horas, se expresó sobre el ataque y avisó que cerraría la cuenta.
«Estoy enfrentándome a una mafia. No voy a exponer a nadie por esto. La verdad siempre sale a la luz, no se puede tapar el sol con la mano. Cierro mi canal, suspendo todo lo que tenía programado. Quédense bien tranquilos que de mi boca no va a salir una sola palabra más», dijo.
Y agregó, irónicamente: «Y si querés que te diga algo, Bazán, sos inocente, te armaron una causa. Lo que vos quieras. Le pido disculpas a la gente, sé que me van a saber comprender. Yo no hablo más, vivo en el país que vivo y me tengo que adaptar».
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En declaraciones televisivas esta mañana, la mujer se refirió al ataque a su hijo y manifestó que «la chica que estaba con él quedó indefensa y a nadie le importó robarle o entrar a la casa» y reveló que David Rocco «está muy mal por lo de Anahí y también por esto, en tratamiento psiquiátrico, de licencia en su trabajo, intentando repuntar».
El crimen de Anahí Benítez
Aquel sábado 29 de julio de 2017, Anahí Benítez salió de su casa para una caminata. Se despidió de su madre y nunca regresó. La encontraron casi una semana después, el viernes 4 de agosto: su cadáver estaba enterrado en la Reserva Ecológica Santa Catalina a unos 230 metros de una precaria casa. La autopsia luego confirmó que había sido drogada con un potente sedante, violada y estrangulada. Su muerte se produjo mediante un shock por un golpe o sustancia.
El perro de búsqueda «Bruno» había sido clave para encontrar el cuerpo siguiendo el rastro de olor, que también lo llevó a esa vivienda donde vivía Marcos Bazán, un hombre de 36 años que trabajaba como personal de seguridad del Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora. El olor de la joven llegaba hasta allí pero luego la Policía pudo establecer, mediante el trabajo del animal, que el olor del sospechoso también se encontraba en la zona donde se halló el cadáver.
Bazán está preso desde el 6 de agosto y en 2020 fue condenado a prisión perpetua: estará tras las rejas por 35 años y podrá pedir libertad condicional en 2052, cuando tenga 69 años. Su defensa asegura que «es un perejil en la causa» y aún sigue insistiendo con su inocencia en el caso.
Por el femicidio también se imputó a Marcelo Villalba, un hombre de 42 años cuyo ADN se halló en el cuerpo de Anahí Benítez: había rastros de semen producto de la violación. Se lo acusa de haber sido quien la secuestró. Sin embargo, su defensa lo declaró como un «psicótico» que no estaba en condiciones de ser juzgado. Está detenido en la Unidad N°34 de Melchor Romero, en el pabellón psiquiátrico y la Justicia dispuso evaluarlo regularmente para ver si está en condiciones de ir a juicio.