Un tremendo escándalo: el día que Ringo Bonavena sufrió su única descalificación como profesional
El carismático boxeador, cuya historia se redescubre en una serie, atrapó a la colonia pugilística con presentaciones en Mar del Plata. En una ante José Giorgetti, el Gigante de Quequén o Kid Tutara, generó incidentes por una actitud antideportiva.
La vida de Ringo Bonavena es de película (o de serie en este caso). Nacido en la ciudad de Buenos Aires el 25 de septiembre de 1942, Titi -como lo llamaba Doña Dominga, la madre- se formó como pugilista en Huracán, el club familiar, referencia boxística del sur porteño, institución que le dio su nombre a una de las tribunas y que tiene una estatua suya en la platea.
Estados Unidos, la segunda casa de Ringo
Una vez concluida su etapa amateur, Oscar Natalio Bonavena decidió viajar a Nueva York para arrancar su carrera en el boxeo como profesional. El inicio fue arrollador: ganó sus primeras ocho peleas, siete por nocaut.
En aquel 1964 fue cuando se lo empezó a identificar como Ringo: una versión cuenta que lo confundieron con el baterista de Los Beatles, Ringo Starr, pero según su hijo, que desmintió esa historia hace un tiempo, Oscar se inspiró en un cartel que decía ‘ring’, por anillo.
Antes de regresar a la Argentina sufrió su primera derrota, ante un contrincante calificado: el norteamericano Zora Folley. El texano no pudo noquearlo pero lo venció por decisión unánime. No fue un adiós para Ringo, ya que volvería en varias ocasiones a Nueva York y a otras ciudades de Estados Unidos.
Ringo Bonavena, el campeón argentino
En su país natal arrasó: viajando por distintas ciudades (Mar del Plata, Bahía Blanca, San Miguel de Tucumán, Capital Federal, Córdoba y Comodoro Rivadavia) se cansó de noquear a rivales menores: apenas uno de ellos llegó en pie al cuarto round. Así, se ganó el derecho a pelear por el título argentino de pesados.
Enfrente estaba Gregorio Goyo Peralta, un boxeador siete años mayor y con mucha más experiencia. Ringo lo tiró en el quinto asalto y, si bien no logró una definición categórica, el fallo fue unánime y por amplio margen. Bonavena se consagró campeón argentino en el Luna Park, en una velada que entró en los libros, con récord de público: 25.236 pagaron entrada aquella noche del 4 de septiembre de 1965.
El escándalo de Mar del Plata
Bonavena siguió dejando atrás a contrincantes que no estaban a su altura hasta que le llegó el turno de enfrentar a José Saro Giorgetti, otro argentino que había combatido por el título nacional y que ostentaba un buen récord (30-4-2). La pelea se desarrolló en el Estadio Bristol, mítico recinto del box marplatense durante un cuarto de siglo donde funciona hoy un estacionamiento. Fue el 12 de marzo de 1966.
El combate era parejo hasta que al final del séptimo asalto, luego de dos golpes en la zona hepática, Bonavena le asestó un tercero por debajo de la cintura. Giorgetti, conocido también como Kid Tutara, quedó muy dolorido y no pudo continuar: la decisión, polémica pero correcta, fue la descalificación de Ringo, que no paraba de reprocharle a su adversario por supuesto abandono del cuadrilátero.
Fue la única descalificación que sufrió Bonavena como boxeador profesional, pero no la primera. Ya había pedido un combate después de una actitud antideportiva en los Juegos Panamericanos de 1963, ante Lee Carr. Ringo captó toda la atención con ese combate, pero no por su desempeño, sino porque le mordió una tetilla a su rival y fue descalificado de la competencia.
En la revancha contra Kid Tutara en el Luna Park, un mes más tarde, Bonavena se impuso por fallo unánime y también se quedó con el bueno, derrotándolo por nocaut nuevamente en el Bristol marplatense.
El Ringo de América: gloria y muerte
El Madison Square Garden volvió a recibirlo para sus primeros grandes desafíos. El 23 de junio superó a George Luis Chuvalo (un canadiense que nunca fue noqueado en 93 presentaciones rentadas) y el 21 de septiembre se midió con Joseph William Frazier. Bonavena lo hizo besar la lona dos veces en el segundo round pero Smoking Joe, invicto en 11 peleas, resistió hasta el final y el jurado lo vio vencedor en un fallo dividido y controversial.
Ringo también tuvo una racha de combates memorables en el Luna Park, donde incluso tuvo su desquite ante Foley. Volvió a caer ante Frazier (esta vez en Filadelfia) y tuvo otra descalificación, por golpe bajo, ante Miguel Ángel Páez. Faltaban poco para su jornada histórica.
El 7 de diciembre de 1970, en el Madison, Ringo se plantó ante Muhammad Ali, considerado por muchos el mejor boxeador de peso pesado de todos los tiempos. La pelea llegó hasta el último round, el 15, cuando el norteamericano tiró tres veces al argentino y se impuso por nocaut técnico. En Argentina se vio por televisión: según los especialistas, alcanzó un rating comparable al de una final de Copa del Mundo.
Tras una gira por Roma y otra victoria en el Luna Park, Bonavena volvió a Estados Unidos para la que sería la última de sus 68 peleas profesionales. Venció a Billy Joiner en Reno, Nevada, la ciudad testigo de su asesinato.
El 22 de mayo de 1976, Oscar recibió un balazo de arma larga en las proximidades del burdel Mustang Ranch, en Las Vegas. El responsable fue William Ross Brymer, guardaespaldas del mafioso (Joe Conforte) que había manejado el tramo final de la campaña de Ringo.