La favorita de Diego Maradona: la historia de la panadería de Hurlingham a la que el Diez iba a comprar un pan muy especial
El astro del fútbol conoció el local de casualidad y le gustó tanto un exclusivo producto alemán que se volvió cliente habitual. Cómo surgió el contacto con el Diez, que fue un promotor de grandes anécdotas en el Conurbano.
Con “La Creación de Adán” pintada en el techo y “La Mano de Dios” como cliente, a la panadería “Los Pinos” sin duda le sobra misticismo. El local, ubicado sobre la calle Jauretche 947 en Hurlingham, fue el preferido del mismísimo Diego Maradona gracias al stollen, una especie de pan dulce de origen alemán que al Diez le encantaba.
Diego Armando Maradona es un producto del Conurbano y muchos episodios estuvieron relacionados con el Gran Buenos Aires. Lo que incluye la parábola de su vida: nacido en Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora, el 30 de octubre de 1960, falleció en un barrio privado de Tigre el 25 de noviembre de 2020. En el medio, Pelusa se convirtió en protagonista de infinidad de anécdotas con sus inesperadas apariciones en diferentes sitios.
Hurlingham: cómo es la panadería favorita de Maradona
Con más de 50 años en Hurlingham, la panadería sorprende por su estética cuidada y, principalmente, por sus deliciosas creaciones caseras elaboradas con la receta de la abuela italiana de Ariel, el dueño de Los Pinos. A los clásicos de siempre, como medialunas y tortas, se le agregaron nuevos productos de masa madre que son furor entre los clientes.
Además, la panadería también elabora unos dulces rellenos típicos de Italia llamados cannolis, y croissants estilo Nueva York con distintos rellenos, de pistacho, chocolate o lemon pie, a los que definen como la estrella del momento por lo mucho que se consumen.
“Son productos mágicos. La gente nos dice que les recuerda a momentos de la infancia con sus padres y abuelos. Es como si conectaran con sus raíces a través de nuestros productos”, detalló Julieta Galarza, quien es encargada de la panadería hace ya varios años.
Sin embargo, más allá de los deliciosos productos para degustar, la estética del local es el punto clave que caracteriza a esta panadería. Combinación de hierro y madera, ladrillos a la vista, plantas colgantes y el óleo de Miguel Ángel pintado en el techo forman parte de un clima cálido y acogedor que se percibe al ingresar. “Cuando baja el sol y se prenden las luces queda todavía más lindo”, agrega Julieta.
Cómo llegó Diego Maradona a la panadería
Casi por casualidad, el autor de “La Mano de Dios” agarró un stollen y no lo soltó más. Todo comenzó cuando Rubén Rossi -un reconocido peluquero de Hurlingham- le cortó el pelo al Diez gracias a su amistad con Rocío Oliva, quien fuera su pareja durante los últimos años de su vida. A partir de esa primera vez, comenzó a hacerlo con frecuencia.
Pero hubo un día del año 2019 en que Diego Maradona quiso cortarse el pelo sin previo aviso y Rubén no tenía nada para acompañar los mates. Así fue que llamó a Ariel, amigo suyo y propietario de la panadería Los Pinos, para comprarle desesperadamente algunas facturas para ofrecerle al astro.
“Me acabo de enterar de que en un rato viene Diego a cortarse el pelo y no tengo absolutamente nada para ofrecerle. ¿Me podrás ayudar trayendo algo de la panadería?”, le había pedido el coiffeur a su amigo panadero.
De ese modo, Ariel cargó un catering completo con tortas, facturas, sándwiches y muchas cosas más para convidarle al Diez. Sin embargo, entre todas las opciones, lo que más le gustó fue el stollen: se trata de una especie de pan dulce que suele comerse muy a menudo en las cenas navideñas de Alemania.
“Diego probó el stollen y le fascinó. Fue tan así que quedó el contacto, para que él lo venga a buscar cuando quiera o se lo lleven en su momento. Es más, la foto salió del mismo Diego para mostrar el producto. Eso demuestra su humildad y personalidad”, dijo Julieta.
A partir de ese momento, el astro del fútbol mundial quedó cautivado con los productos artesanales de Los Pinos y se volvió habitué de la panadería, visitándola cada tanto para comprarse algunos stollen. Así fue como el local se volvió famoso y ahora clientes de todo el país se acercan para probar la exquisitez que cautivó al Diez.
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