El pedido de la hermana del hincha de Independiente asesinado en la pelea de barras y piqueteros
Daniela Calvente, la hermana de Juan, pidió por la aparición de testigos que aporten información para esclarecer el crimen del hincha que mataron de un balazo en los incidentes en la Autopista Buenos Aires-La Plata en la tarde del sábado.
La familia del hincha de Independiente asesinado de un balazo durante la feroz pelea entre barras bravas y piqueteros, atraviesa momentos de un enorme dolor. Es que a 48 horas de los incidentes producidos en el kilómetro 14 de la Autopista Buenos Aires-La Plata, en Wilde, que terminaron con la vida de Juan Calvente (35), aún reclaman celeridad de la Justicia y acompañamiento del club de Avellaneda.
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La víctima estaba en un micro de una peña del Rojo en San Isidro. Iba al estadio Ciudad de La Plata, donde se iba a jugar el amistoso de verano ante San Lorenzo. En la mencionada zona de la autopista, la caravana se topó con una manifestación de vecinos del barrio Rancho Grande que reclamaban por falta de energía eléctrica. Allí se produjo un enfrentamiento que terminó con un disparo de arma de fuego que impactó en el pecho de Juan.
Daniela Calvente, su hermana, reconstruyó en la mañana de este lunes qué le pasó a la víctima: «Él nunca se bajó del micro. Les dijeron a todos los que estaban adentro que cerraran las ventanas, pero ese fue un día de mucho calor y suponemos que no la cerró. Juan estaba del lado de la ventanilla. Lo que me contaron es que vieron pasar una moto y un hombre disparó contra el micro, tiró a matar por matar».
Luego, relató: «Me avisó por Instagram otro hincha que estaba herido. Fuimos al hospital de Quilmes y nos dijeron que lo habían llevado a un sanatorio de Bernal, pero cuando llegamos nos avisaron que ya había muerto. Hay dos hombres detenidos que serían del barrio por el que se estaban manifestando, los detuvieron ahí y también encontraron un arma, pero no sabemos si es la que lo mató porque a mi hermano todavía no le hicieron la autopsia y ni siquiera pudimos reconocer el cuerpo».
Además de exigir que la Justicia avance con más celeridad en la causa, Daniela manifestó con enojo que «la Policía liberó la zona» y aunque remarcó no creer que ellos hayan disparado a su hermano, pidió: «Hoy en día todos tienen un teléfono celular, tiene que haber alguien que haya grabado algo o haya visto algo. Pido que nos contacten por Instagram, que nos aporten información anónimamente. Fueron muy difíciles estos días, mi mamá lloró hasta quedarse dormida y se levantaba con lágrimas en los ojos. Queremos que esto se esclarezca».
Por último, reclamó que «la cúpula del club y los jugadores se solidaricen». «Todos sabían que mi hermano había muerto cuando llegaron al estadio -aseveró-. Hasta ahora solo me llamó alguien que no sé qué era del club que se solidarizó y me dijo que se enteraron de todo cuando el partido había terminado».
Dos jóvenes detenidos por el crimen del hincha de Independiente
El hecho ocurrió entre la tarde y noche del último sábado, cuando vecinos del barrio Rancho Grande cortaron el tránsito en la Autopista Buenos Aires-La Plata por la que circulaba la caravana de micros de hinchas de Independiente que se dirigían hacia el estadio Ciudad de La Plata para el partido contra San Lorenzo. Entre ellos, había 10 ómnibus de la barra del «Rojo», cuyos integrantes se enfrentaron a los manifestantes para liberar la traza de la autovía.
Hubo discusión, golpes, pedradas y hasta disparos. Además del tiro que mató a Juan Calvente, hubo otros dos hinchas heridos: Mariano Almada, Fernando Casal y Carlos Ruiz Díaz. Este último, de 32 años e internado con heridas de bala en el estómago y el riñón, dijo en las últimas horas: «La policía nos regaló. Me acerqué al patrullero para exigirle que se acerque al colectivo a custodiarlo. No nos custodió. Y la persona que tiró tenía conocimientos. O sea, tiró a matar»
Después de ese episodio, vecinos de Rancho Grande se trasladaron a la sede de Independiente en Wilde, provocaron incendios en las puertas de ingreso al predio polideportivo y destrozaron algunos autos de los socios del club de Avellaneda que disfrutaban de la pileta en esa calurosa tarde.
La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°3 de Avellaneda, a cargo del fiscal Elbio Laborde, investiga el crimen. El domingo, se supo que se logró la detención de Tomás S., un joven de 20 años acusado de ser el que le disparó a Juan Calvente, y a otro llamado Alan MG, de 22, que habría conducido la moto con la que ambos sospechosos se dieron a la fuga tras haber disparado en la autopista.
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Pese a que las cámaras de seguridad de la zona estaban fuera de servicio, dieron con ellos tras el aporte de un informante que acercó un video a la Policía en el que se ve una moto con los dos detenidos, uno de ellos portando el arma.
La moto, una Honda CG150 Titán, estaba en un domicilio a 300 metros del lugar de los incidentes. Allí detuvieron a Alan MG y secuestraron la indumentaria que vestía en el momento del enfrentamiento y su teléfono celular. A cuatro casas de allí encontraron al presunto tirador, a quien le secuestraron las prendas que exhibía en el video y un revólver calibre 38 largo con el que habría asesinado al hincha de Independiente.
En paralelo, la UFI N°4 de Delitos Institucionales de Avellaneda abrió otra causa para investigar que el disparo letal no lo haya efectuado algún policía de los que estuvieron en el lugar.
Quién era el hincha asesinado
Juan Calvente había cumplido 35 años el 11 de enero y lo había festejado rodeado de su madre, sus hermanos y sus dos hijos de 8 y 6 años. Vivía en Don Torcuato y además del negocio de producción y venta de churros que tenía, trabajaba en el reconocido restaurante porteño, La Rosa Negra.
Momentos antes de su trágica muerte, su hermana Daniela relató que «estaba subiendo videos a WhatsApp. Le mandó uno a su hijo de seis años de una canción de cancha que cantaban siempre juntos. Al nene le dijimos que su papá se fue a cocinar al cielo, no sabemos cómo le podemos explicar esto».
Y cerró: «Mi hermano iba siempre a la cancha, pero no tenía nada que ver con la barrabrava ni con la dirigencia. Él era de la peña de San Isidro, pero solo viajaba con ellos a los partidos, no participaba de las reuniones porque se la pasaba trabajando. De hecho, el sábado le había pedido a un compañero que entrara unas horas antes para poder llegar al partido».