Giro en el crimen del ex rugbier Marcelo Longhi: por qué detuvieron a su mejor amigo

A tres semanas del brutal crimen del ex rugbier Marcelo Longhi (59), quien además era presidente del club VILO de Vicente López, la investigación dio un giro y en las últimas horas, se produjo la detención de su socio y mejor amigo, Pablo Achard, al tiempo que la Justicia emitió una orden de captura para otro sospechoso.

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El hombre apresado, dueño de una empresa de seguridad privada, está sospechado de haber tenido participación en el asesinato. Además de ser alguien de mucha confianza para la familia Longhi, arrendaba junto a él un campo llamado Los Amigos, en la localidad de Tomás Jofré, en Luján, zona oeste del Conurbano.

El ex rugbier apareció muerto el miércoles 12 de enero en la caja de su camioneta, junto a un camino rural en Luján, con heridas cortantes y quemaduras por pasar horas expuesto al sol. La Justicia también ordenó la captura del casero del campo que alquilaban, pero cuando la Policía fue a detenerlo no lo halló y ahora está prófugo.

«Se tardaron varias semanas en dar con los sospechosos porque habían realizado varias maniobras de distracción. Se llegó a este resultado por las distintas pericias tecnológicas. Lo que se encontró dentro del celular de la víctima fue la clave», indicaron fuentes que participaron de la detención de Achard.

Las últimas horas con vida de Marcelo Longhi

Aquel miércoles 12 de enero, el presidente de VILO salió de su casa cerca de las 8 de la mañana del miércoles y cargó nafta a su camioneta Ford Ranger en una estación de servicio Axion de la zona de Pilar. Luego siguió su camino hacia el campo que arrendaba junto a Achard en Tomás Jofre, pero durante ese trayecto se detuvo en un comercio a comprar maíz y se encontró con su socio y amigo, con quien estuvo hasta el mediodía.

Tenían previsto que en la tarde, Achard fuera a VILO a dejar un cordero mientras el ex rugbier iba a ver unos novillos que habían encontrado a buen precio en el Market Place de Facebook en la zona de Navarro. Para realizar esa compra, Longhi llevaba consigo $180.000.

El amigo de Longhi declaró que el encuentro para ver los novillos en Navarro y negociar el precio iba a realizarse el día anterior y que lo iban a hacer juntos. Sin embargo, como ese día era el cumpleaños de la esposa de la víctima, decidieron posponerlo para el día siguiente. Sin embargo, dijo en su declaración, no lo pudo acompañar por cuestiones laborales y por eso se dividieron las tareas. Se despidieron minutos después del mediodía y esa fue la última vez que lo vio con vida.

A las 14.50 del 12 de enero, el celular de Longhi ya no registraba conexión y a las 18 la Policía Rural halló el cadáver en la caja de su camioneta. Encontraron allí su teléfono pero no el dinero. El vehículo estaba a metros de un camino rural que se cruza con la Ruta Provincial 42, en el acceso al paraje La Choza, en el límite entre Luján y General Las Heras.

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Gracias a la autopsia se pudo establecer que el homicidio se produjo entre las 14 y las 16 por un ahorcamiento que llegó a romperle el cuello. El informe detalla que sufrió “traumatismo cervical grave” y que eso derivó en un “hematoma en el bulbo raquídeo”. Por la importante contextura física de la víctima se cree que hubo, al menos, dos atacantes.

Por su parte, las pericias al celular revelaron que el ex rugbier recibió dos llamados telefónicos de números desconocidos en la mañana del día en que lo mataron: una con una característica de otra provincia, que se cree que podría tratarse de una persona del mundo del deporte que se comunicó con él para alguna gestión vinculada a un viaje a Vicente López. La otra llamada, creen, puede haber sido de las personas que iban a venderle un novillo en Navarro.

La Justicia sigue tres líneas de investigación: una de ellas se mantiene en absoluta reserva para no entorpecer la posibilidad de esclarecer el crimen. Otra está vinculada a un robo, por la desaparición del dinero que llevaba Longhi, y la restante vinculada a un posible ajuste de cuentas, aunque es una teoría que, para la fiscalía, no coincide con el perfil de la víctima.

Quién era Marcelo Longhi

Marcelo Longhi fue jugador de rugby y se desempeñaba como presidente del Club Municipalidad de la Ciudad de Vicente López (VILO) desde hacía 10 años, además de trabajar en una fábrica de bolsas de polietileno y polipropileno en Munro.

Hincha fanático de River estaba casado desde 1991 con Viviana Cavadas y padre de tres hijos, también era dirigente radical y hombre de influencia en la ciudad, allegado al intendente en uso de licencia Jorge Macri, con quien compartió distintos eventos durante los últimos años.

Alto y fornido, había sido segunda línea y era un apasionado del rugby. Su muerte causó gran conmoción en todo el distrito, donde fue despedido en redes sociales por vecinos, representantes de otros clubes, del Municipio y de la política local.

Lo velaron en el club VILO, donde dejó su legado al construir una cancha de handball y al impulsar otras obras muy celebradas en la institución. Una empleada municipal cuyas dos hijas practicaban deporte allí, lo recordó como alguien amable y divertido que «vivía a mil, siempre estaba encarando proyectos. Tenía una vida acelerada, pero siempre se hacía tiempo para hablar con los socios». Los deportistas también destacaban su presencia y constante acompañamiento a todas las disciplinas.