Clausuraron en Moreno un campo nudista que se hacía llamar «la pequeña Ibiza»: cómo eran las fiestas que organizaba
La quinta funcionaba a metros de la Ruta Provincial N°24 y no contaba con la habilitación municipal. Al momento de la inspección desalojaron más de 60 personas. Alojamiento, piscina, fiestas y bebidas alcohólicas, entre sus ofertas.
Conocido como “La pequeña Ibiza» del Conurbano, Palos Verdes es un campo nudista que fue clausurado ayer en el municipio de Moreno por no contar con la habilitación correspondiente. Ubicado en General Savio y Ruta Provincial 24, localidad de Francisco Álvarez, la quinta ofrecía alojamientos para parejas, fiestas, piscina, restaurante, pista de baile y expendio de bebidas alcohólicas.
De este modo, el club se dedicaba a ofrecer servicios para todos aquellos que quisieran asistir solos o en pareja. Los ingresantes eran identificados con pulseras de colores de acuerdo con el tiempo de permanencia que habían abonado, puesto que había distintas tarifas.
Además, el club nudista iba a llevar adelante tres fiestas durante este fin de semana largo, antes de que el municipio de Moreno lo clausurara preventivamente por no cumplir con la habilitación municipal ni las medidas de seguridad correspondientes.
De acuerdo con los informado por la Coordinación General de Inspecciones de Comercio e Industria dependiente de la Secretaría de Economía del distrito, en el preciso momento de la inspección había 40 vehículos en el predio y más de 60 personas, quienes debieron ser desalojadas inmediatamente. Allí se certificó que Palos Verdes no contaba con las medidas de seguridad reglamentarias ni la habilitación municipal permitida para su correcto funcionamiento, de modo que el municipio procedió a la clausura preventiva con un operativo articulado con la Secretaría de Seguridad.
Fiestas, piscina y alcohol: cómo funcionaba Palos Verdes, el campo nudista de Moreno
“La Pequeña Ibiza”, tal como se le llamaba en el ambiente a esta enorme quinta nudista, ofrecía instalaciones para parejas y para visitantes solteros. El predio de 400 metros cuadrados contaba con piscina, solárium, restaurante, cabañas para alojarse, venta de bebidas alcohólicas y un espacio llamado “Hangar Disco”, que se utilizaba como pista de baile.
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Bajo la premisa “sentite libre mientras disfrutás”, el campo nudista ofrecía distintos tipos de abonos para quien deseara ingresar y cobraba algunas de sus tarifas en dólares. La estadía por toda la temporada sale $85.000, mientras que una parcela de 24 metros cuadrados sale 600 dólares por todo el año, y una cabaña anual se estima en 1600 dólares.
En tanto, las entradas por única vez cuestan $2500 los días de semana y $4200 los fines de semana. También se vendían un FreePass para quienes lo visiten por primera vez, con copa de recepción incluida y permanencia hasta las 22 horas, o bien promociones para quien quisiera quedarse por dos o tres días.
Antes de que llegara la repentina clausura, Palos Verdes había organizado fiestas en el espacio “Hangar Disco” para este fin de semana largo. El sábado 18 de febrero iban a ofrecer la “Party Night Sex” en la piscina desde las 24 hasta las 05 horas, mientras que el domingo 19 harían la “Fluo Sex Party” en el mismo horario.
Por último, iban a cerrar el fin de semana con otra fiesta llamada “Ataque Ochentoso”. Las damas solas podían ingresar sin cargo, mientras que los hombres solos debían pagar $3000 la entrada y las parejas $2000, según se detalla en su página web.
En tanto, el predio cuenta con normas de convivencia y con un reglamento interno que debe ser cumplido o, de lo contrario, podría aplicar sanciones desde el apercibimiento hasta la expulsión permanente del club. Por ejemplo, los ruidos molestos y las reuniones de más de 25 personas se encontraban prohibidos. Asimismo, también está prohibido el ingreso de bebidas alcohólicas puesto que la administración solo permitía el consumo de bebidas que provengan de las barras del Hangar.