La pelota del último gol de Messi en el Mundial está en el Conurbano: cómo se la llevaron dos hermanos de Castelar
Se llaman Juan e Ignacio. Además del recuerdo de la inolvidable noche en el estadio Lusail de Qatar, lograron traerse un invaluable «souvenir»: el balón del tercer gol en la final contra Francia. La increíble «avivada» para quedársela.
Pasan los días y la final del Mundial de Qatar sigue aún muy fresca para todos los argentinos. Y dos de ellos, hermanos oriundos de Castelar, no sólo la recuerdan sino que se trajeron al país un souvenir invaluable: la pelota del tercer gol de Lionel Messi ante Francia, el que dio esa ventaja parcial durante el tiempo suplementario que duraría sólo unos minutos hasta el empate que haría estirar la angustia.
Juan e Ignacio son los protagonistas de esta historia que los tuvo en las tribunas del imponente estadio Lusail donde, en el instante después al gol del astro argentino, tuvieron la lucidez de detectar una situación en medio de toda la emoción y la euforia de los miles de compatriotas que saltaban y cantaban como locos junto a ellos.
Notaron que en medio del festejo dentro del campo de juego, el recién ingresado Paulo Dybala pateó la pelota violentamente hacia el cielo y había caído cerca suyo. Ignacio comentó: «La agarró un francés, me acerqué para explicarle que tenía que devolvérsela a la Policía. Fueron segundos tensos porque él se estaba sacando fotos, pero finalmente me la dio. Ahí me la quedé y no la solté nunca más».
Fue con esa viveza criolla que el oriundo de Castelar se quedó con ella. Una suerte de engaño, que le dio la chance de ese primer paso de apropiársela pero que luego iba a demandar más firmeza cuando uno de los agentes se acercó para ordenarle que se la entregue. «Le dije que no se la iba a dar, yo no pensaba soltarla. Ahí llegó un supervisor y dijo que me la podía quedar».
Juan, su hermano, también hizo lo suyo: recibió la pelota de Ignacio y se fue escabullendo entre la gente «para pasar la euforia de todos los que se acercaban a ver la pelota». Incluso mencionaron que el famoso conductor televisivo conocido como Marley «estaba ahí y me pidió tocarla».
Cuando lograron salir, más gente los vio con el balón e intentó quedarse con él. «Nos hicimos muy amigos de unos jeques a los que les habíamos conseguido entradas y un qatarí nos ofreció alrededor de 21.000 dólares, pero no la vamos a vender”, mencionaron los hermanos, que en ese momento tenían un único objetivo: traerla a Castelar.
Castelar: qué harán con la pelota del histórico gol de Lionel Messi
Otro momento clave fue a la hora de abordar el vuelo de regreso a la Argentina. «La pelota no la despachamos en las valijas, que se quedaron en Etiopía. Sabíamos que podía pasar eso, entonces dije que se venía conmigo. El riesgo era muy alto, por eso la pelota viajó conmigo todo el tiempo», remarcó Juan.
Y también reveló otra anécdota de la que seguro no se olvidarán: cuando hacían el check-in, un representante de la aerolínea en la que iban a viajar «me preguntó si se podía sacar una foto con la pelota del tercer gol de Messi, le dije que sí y nos hizo volver en primera clase”.
Ahora, la pelota está en proceso de certificación, documentación en la que está trabajando su abogado con un escribano, cuando puedan corroborar el chip del VAR que lleva dentro. Y los hermanos de Castelar tienen claro que hacer con ella: «Solo se la daríamos a Messi si nos la pide. Si no la quiere, nosotros necesitamos que la firme».