Adiós a la Capitana Marvel: se disfrazaba para alegrar a chicos oncológicos y le dio pelea al cáncer hasta el último aliento
Marcela Martinelli tenía cáncer. Madre de tres hijos, recorría hospitales y casas para llevarles alegrías a chicos en su misma condición. Dolor entre las organizaciones solidarias del Oeste del Conurbano.
Marcela Martinelli era conocida como la Capitana Marvel. Recorría hospitales para llevarle felicidad a niños con cáncer.
Dicen que todo lo que uno da en la vida, vuelve. Y así le sucedió a Marcela Martinelli, la «Capitana Marvel» de Merlo, o como sus amigos la llamaban, la «Capitana Marcel». La mujer, un ícono de la solidaridad en el Oeste del Conurbano, falleció en las últimas horas pero el amor que en vida les brindó a cientos de chicos le fue devuelto en forma de felicidad, y con creces.
La noticia golpea duro, pero el legado es tan grande que supera todo el dolor de estas horas. La vecina de Merlo que bajo el disfraz de capitana Marvel fue noticia en 2019 tras una campaña viral que hizo explotar las redes sociales en busca de un medicamento para el cáncer que la aquejaba.
Desde entonces, Marcela Martinelli dedicó los últimos años de su vida a visitar a nenas y nenes con cáncer en hospitales y en casas, con el único objetivo de llevarles una sonrisa.
Luego de dar batalla por varios años contra la enfermedad, Martinelli falleció el domingo por la noche, cerca de las 23. «Estaba sufriendo mucho», contó a Primer Plano Online Gabriela Peirano, titular de la ONG «El Ejército de Alejito», con quien hace varios años hacía movidas solidarias con ella.
Mamá de Florencia (25), Camila (22) y Matías (19), Marcela fue noticia en 2019 en medio de una campaña para poder acceder a una medicación que le negaba su cobertura social para combatir su cáncer.
«Cuando vemos a un nene que la está pasando mal, siempre les decimos que ellos son los verdaderos superhéroes, los que cada día se bancan lo que se bancan, y los padres también. Nos vamos de cada lugar que visitamos con el corazón lleno de amor y de energía, porque recibimos mucho más de lo que damos», fue su reflexión sobre las actividades solidarias que realizaba.
Gabriela Peirano la despidió con un sentido mensaje en las redes sociales: «Lo que aprendí de ella es muchísimo y jamás voy a olvidarla. Además ya tengo línea directa con el cielo! Tantos somos los que hoy lloramos por tu ausencia, pero no nos retes! Sabemos que no querés eso pero danos un tiempito para que se nos desanude el bollito en el alma! Ejemplo de fortaleza, de tener bien en claro lo que importa en la vida! De disfrutar cada instante sabiendo que la vida es un regalo diario y que mañana quizás no estemos», reflexionó.
Y cerró: «Cada vez que pise el mar le voy a decir a una olita que te lleve un beso, cada vez que vea un superhéroe voy a gritar que yo conocí a la Capitana y mujer maravillosa, porque maravilla te queda chico».
Capitana Marvel de Merlo: la historia de Marcela Martinelli
Marcela era donante de sangre hasta hace cinco años, cuando se enfermó. Un día se presentó a su rutinaria visita a un hospital disfrazada de Capitana Marvel y notó el impacto que generaba en los chicos. Así, comenzó junto a sus compañeros de la ONG Superhéroes Solidarios a visitar pacientes con cáncer para darles un mensaje esperanzador, interpretando al mismo personaje. «Nuestro objetivo es sorprenderlos y cambiar su día por un rato», señaló.
En 2019 le diagnosticaron a ella la enfermedad. El pedido por Marcela se focalizó en un video que se extendió a través de las redes sociales y tuvo mucho impacto. Asimismo, el laboratorio se comprometió a otorgar la medicación -Ribociclib- hasta que «el Estado se haga cargo». Desde entonces la venía peleando contra el cáncer de mama que derivó en la metástasis ósea que derivó en su fallecimiento.
«Esto no me pasa solamente a mí por eso quiero que mucha gente reciba el mensaje. Somos muchos los que estamos luchando la misma batalla», contaba entonces Marcela.
«Les decimos a los chicos enfermos que en realidad ellos son los superhéroes porque son los que están luchando y aguantan los pinchazos». Y concluye: «Es jugar con su fantasía y olvidarse por un momento que al lado suyo existen los sueros y las vendas. Aunque realmente uno quisiera tener superpoderes para curarlos a todos».
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