Un campeón mundial de 1978 pega el salto hacia la política y quiere ser concejal en Ezeiza
Se trata de Alberto César Tarantini, de largo recorrido futbolístico en Boca, River y la Selección. Junto a su actual pareja, una abogada, integrará la lista del economista José Luis Espert. Su objetivo es llegar a la intendencia en 2023.
A los 65 años, alejado del deporte donde supo destacarse como figura de Boca, River y el seleccionado campeón mundial en 1978, Alberto César Tarantini decidió incursionar en la política. En las PASO del 12 de septiembre irá como candidato a concejal en Ezeiza, el municipio donde vivió casi toda su infancia. La noticia se confirmó poco antes del cierre de listas, previsto para este sábado 24 de julio.
Tarantini (El Conejo, Beto o Taranta, tales los apodos de su época de pantalones cortos) fue convencido de la postulación por Adriana Volosín, su actual mujer, una abogada que a la vez se postulará para diputada provincial en la Tercera Sección electoral.
La pareja integrará las nóminas del economista José Luis Espert, quien luego de algunos intentos fallidos de alianzas con espacios de centro-derecha, resolvió armar la agrupación Unite Buenos Aires.
“Quisiera hacer algo importante por el distrito. Soy de Ezeiza, nací y viví en el Barrio Uno hasta después de salir campeón mundial”, recordó el ex defensor. Y avisó: “Mi precandidatura a concejal va a ser un primer paso para llegar a la intendencia en 2023”.
El actual jefe comunal del partido es Alejandro Granados, hombre vinculado al fútbol desde su rol de dirigente en Tristán Suárez, por más que profese simpatía riverplatense. Ezeiza -vale destacar- es donde tienen sus predios los dos grandes del fútbol local y la AFA.
De Barrio Uno en Ezeiza a la Primera de Boca
A comienzos de los 70, como ahora, Boca promovía a muchos valores de sus divisiones inferiores. Tarantini debutó en la Primera del club en 1973, con apenas 17 años, en un 2-0 ante Central. Empezó como marcador lateral izquierdo, pese a su perfil diestro, y durante una larga trayectoria deportiva ocupó todos los puestos de la zaga.
En 1977, consolidado en una última línea que salía de memoria con Hugo Gatti, Vicente Pernía, Francisco Sá y Roberto Mouzo, entró en conflicto con Boca por la renovación contractual. No hubo acuerdo con el entonces presidente Alberto J. Armando y quedó libre. En tal condición fue integrante del plantel de Argentina en el Mundial del año siguiente.
Por entonces, su fama había trascendido las páginas deportivas de diarios y revistas. Se vinculó con Pata Villanueva, una de las modelos top de la década. Y alcanzó un perfil alto que en algún momento de su carrera le provocaría grandes dolores de cabeza.
Tarantini, campeón mundial en 1978
César Luis Menotti creyó siempre en sus condiciones, a pesar de las críticas que recibía el Conejo por su vida privada. Argentina ganó el Mundial 78 con una defensa que alcanzó su píco máximo en la final ante los holandeses: Ubaldo Fillol, Jorge Olguín, Luis Galván, Daniel Passarella (capitán) y Tarantini de 3.
La incorporación del Conejo a River, en 1980, le generó una bronca todavía perdurable por parte de los hinchas de Boca, que le habían dispensado un gran cariño durante sus inicios en la institución. En cada superclásico era común escuchar cantitos hirientes hacia Tarantini y la popular Pata.
El Flaco Menotti resolvió mantener a la base del campeón mundial 1978, con las incorporaciones de Diego Maradona, Ramón Díaz y Juan Barbas, para defender el título cuatro años más tarde en España. Sin embargo, las derrotas contra Italia y Brasil provocaron la eliminación de nuestro seleccionado y el cierre de un ciclo exitoso.
Ya con la asunción de Carlos Salvador Bilardo, Tarantini no fue tenido en cuenta durante el proceso que desembocó en la angustiosa clasificación para el Mundial de México. Aun así, mantuvo un alto nivel de competitividad como lo prueban sus actuaciones en las ligas de Inglaterra, Francia y Suiza.
Aquel tiempo ya quedó atrás. También un pasado oscuro de farándula, trasnoches, cargos por tenencia y distribución de drogas, problemas de adicciones… Hoy, con la chapa que le da haber sido campeón mundial y viejo habitante de Ezeiza, Tarantini pega el salto a la política.