Angustia por las tres chicas desaparecidas en La Matanza: un cliente de US$ 300, dudas y búsqueda contra reloj
Desde el viernes no hay pistas de Lara Morena Gutiérrez (15), Morena Verri (20) y Brenda Loreley Del Castillo (20). Creen que tenían una cita con un hombre pero fueron engañadas. Sus teléfonos están apagados. «Espero lo peor», dijo una de las madres.

Lara Morena Gutiérrez (15), Morena Verri (20) y Brenda Loreley Del Castillo (20), las tres chicas desaparecidas el viernes pasado en Ciudad Evita.
Crece la angustia por las tres chicas desaparecidas de entre 15 y 20 años en Ciudad Evita luego de asistir a una estación de servicio en el partido bonaerense de La Matanza. Allí habrían acordado encontrarse con un hombre. A estas horas, la Polícía y sus familiares las buscan desesperadamente ya que nada más se supo de ellas.
Fuentes policiales informaron que se trata de Lara Morena Gutiérrez (15), Morena Verri (20) y Brenda Loreley Del Castillo (20), quienes partieron a las 2.15 desde el Monoblock 20, Escalera 25, Complejo 17 de Camino de Cintura en dirección a una sucursal de YPF situada en Avenida Crovara y Monseñor Bufano.
La madre de Morena, Sabrina Mara Del Castillo, radicó la denuncia por «averiguación de paradero» y las progenitoras de las otras dos damnificadas ratificaron los hechos. Las denunciantes afirmaron que sus hijas ejercían prostitución, al tiempo que habrían sido contactadas mediante Lara para llevar a cabo un «trabajo» y recibirían 300 dólares cada una.
Lara, Morena y Brenda: las chicas desaparecidas en La Matanza
Se analizan las imágenes de las cámaras de seguridad, se examinan los movimientos registrados en las redes de telefonía a fin de constatar los últimas ubicaciones antes de perder su rastro. De lo que están seguras las madres de las chicas es que fueron «engañadas». Les dijeron algo y «luego algo pasó».

En tanto, el municipio de La Matanza lanzó una campaña por redes sociales con los rostros de las tres jóvenes para pedir información que pueda sumar al caso. Además, dejaron un número para poder aportar datos. «Si las buscamos, no desaparecen«, reza el flyer difundido.
Según la madre de una de las chicas, ella cree que podrían estar en una casa quinta de la zona de Canning, aunque esta hipótesis no fue confirmada por la Justicia. Para colmo, la falta de información oficial envuelve en un halo de misterio la desaparición de las tres jóvenes buscadas en La Matanza. El fiscal a cargo, Gastón Duplaá, de la UFI Descentralizada Nº 2 de Laferrere, ha bloqueado todos los canales de comunicación y ni siquiera derivó un comunicado a la prensa a través de la Fiscalía General, lo que ha contribuido a multiplicar versiones y especulaciones, mientras crece la desesperación de las familias.
No es la primera vez que Duplaá queda en el centro de una polémica: en abril de 2023, fue duramente cuestionado por el entonces ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, por haberse tomado vacaciones en medio de la investigación por el asesinato del colectivero Daniel Barrientos, lo que motivó su salida de la Fiscalía de Homicidios.
Hoy, a días de la desaparición, no hay resultados concretos. Los teléfonos de las tres jóvenes siguen apagados, sin registrar llamadas ni mensajes. La hipótesis de que se fueron por voluntad propia pierde fuerza con el paso de las horas, especialmente porque una de ellas es madre de un bebé de apenas un año. ¿Dónde están, entonces? Esa es la pregunta que nadie puede responder y que retumba con más fuerza en medio del silencio judicial.

La poca información oficial disponible indica que la Policía trabaja en la recopilación de imágenes de cámaras de seguridad para intentar reconstruir el trayecto de las jóvenes. Una de las versiones indica que las chicas habrían ido a una estación de servicio para encontrarse con un presunto cliente, a cambio de 300 dólares. Sin embargo, en este punto surgen otras preguntas inevitables: ¿Importa si las jóvenes ejercen la prostitución? ¿Son víctimas de una red de trata de personas? La falta de precisiones y el hermetismo de la investigación alimentan la incertidumbre.
Según relataron las madres de las jóvenes, Brenda había quedado en encontrarse con su prima Morena, y a ese encuentro se sumó Lara, amiga de ambas. Esa fue la última vez que se las vio. Desde entonces, todo son versiones familiares y rumores, sin una voz oficial que las confirme o las desmienta. Lo único cierto y dolorosamente concreto es que las chicas siguen sin aparecer.
Y la angustia crece. A la mamá de Lara cuando le preguntaron por su instinto, quebró en llanto. «Espero lo peor. Si les hicieron algo malo, si las violaron y las tiraron por ahí», dijo visiblemente afectada.
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