El barrio de Ituzaingó que está aislado porque en Hurlingham prohíben el paso de colectivos para cuidar el asfalto
Se trata de Villa Ángela, que está en el límite entre ambos distritos. Los vecinos reclaman por un arco que fue colocado en la calle El Ñandú para impedir la circulación de tránsito pesado, lo que incluye el paso del transporte de pasajeros.
Una medida adoptada por el Municipio de Hurlingham generó enojo en los vecinos del barrio Villa Ángela de Ituzaingó, en el límite entre ambos distritos del oeste del Conurbano: el gobierno del intendente Damián Selci volvió a colocar un arco para impedir la circulación de tránsito pesado en una calle para preservar el estado del asfalto y lo acusan de dejar aislada a la gente de esa zona porque no llegan los colectivos.
Puntualmente, la situación ocurre en la calle El Ñandú, que había sido repavimentada e inaugurada en 2019 bajo la gestión del jefe comunal en uso de licencia y actual ministro de Desarrollo Social de la Nación, Juan Zabaleta. En aquel entonces, además de las mejoras de infraestructura que suponía el nuevo asfalto en un tramo de 700 metros, la nueva iluminación y la posta policial que se instaló allí, se había colocado una estructura metálica en el cruce con la arteria Nicolás Repetto para que no circularan por allí vehículos de gran porte como camiones y colectivos.
Eso hizo que la línea 441, que circulaba por la zona, debiera desviar su recorrido. Por ello, los vecinos del barrio deben caminar varias cuadras para llegar a una parada. A fines del año pasado, un camión chocó el arco y las autoridades estuvieron obligadas a removerlo, lo que hizo que el transporte público retomara su trayecto habitual, pero el último sábado 13 de agosto volvieron a colocarlo.
El reclamo de vecinos de Ituzaingó al Municipio de Hurlingham
León, un vecino del barrio Villa Ángela de Ituzaingó, le dijo a Primer Plano que las consecuencias de que el colectivo 441 no pase por la calle El Ñandú son que ahora quienes viven en la zona deban caminar varias cuadras hasta los lugares donde la línea definió nuevas paradas. En el trayecto, asegura, sufren robos y, en el caso de las mujeres, «situaciones de acoso sexual en el descampado que está en la calle Nicolás Repetto y Patricias Mendocinas».
En ese sentido, manifestó que se sienten «perjudicados por el capricho y atropello del Municipio de Hurlingham con esta medida antipopular de impedir que los vecinos de otro partido, de Ituzaingó, utilicen el servicio público».
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Además, expresó su malestar por la falta de respuesta de las autoridades. El jefe de Gabinete municipal de Ituzaingó había manifestado al mencionado medio sobre el arco metálico que «no deja de ser ingenioso, nunca vi algo así, pero nos pondremos en contacto con la gente de Hurlingham y entiendo que no va a haber problemas». Sin embargo, la estructura continuó allí.
León también reveló que el 7 de febrero de 2019 inició un expediente ante la Subsecretaría de Transporte de la provincia de Buenos Aires pero que tampoco logró obtener respuestas formales de los funcionarios bonaerenses, algo que le despertó indignación y que potencia su preocupación por esta medida que, según él, genera un perjuicio tan grande.