Banfield, Lanús y la historia de los primeros clubes que se les pararon de manos a los poderosos del fútbol argentino
El Taladro y el Granate lograron sus primeros títulos en las últimas tres décadas, pero mucho antes ya habían sido grandes protagonistas de torneos que los tuvieron cerca de la gloria. Se vuelven a enfrentar este lunes.

Banfield y Lanús fueron los primeros en pelear cara a cara con los clubes grandes.
El de Banfield y Lanús, que este lunes sumará un nuevo capítulo a una historia llena de momentos inolvidables, es un clásico moderno, de fines del siglo XX y principios del actual. La continuidad de ambos en Primera fue decisiva para esta construcción. Otras instituciones con preponderancia en la zona sur del GBA, por ejemplo Quilmes, Temperley y Los Andes, han quedado relegadas.
Existen antecedentes también que ayudan a posicionar a Banfield y Lanús como los más importantes de esa región del conurbano bonaerense. En el plano estrictamente deportivo fueron los primeros clubes que desafiaron el poder de los más grandes en la etapa profesional, cuando la disponibilidad de recursos económicos pasó a ser decisiva para el armado de los planteles.
El Banfield subcampeón de 1951
A fines de los 40 y principio de los 50 el equipo dominante del fútbol argentino fue Racing. Una huelga de jugadores, en los últimos meses de 1948, le impidió coronarse ese año, pero sí lo hizo en los tres siguientes para transformarse así en el primer tricampeón del período iniciado en 1931.
Los de Avellaneda la tuvieron muy difícil en 1951, cuando les surgió un adversario inesperado en la lucha por el título: Banfield. En la tercera fecha del torneo, con un triunfo 2-1 sobre Boca, el cuadro de la banda verde avisó que estaba para dar la pelea grande.

Eliseo Víctor Mouriño, alias el Gallego, un crack de la media cancha valorado por sus cualidades como jugador y persona; Juan José Pizzuti, Tito, volante ofensivo de poderoso remate, y Gustavo Albella, cordobés que había surgido de Talleres y cumplió un breve ciclo con la camiseta xeneize, eran las figuras más destacadas de aquel Banfield.
La competencia fue palo y palo. A la fecha de cierre llegaron igualados en 42 puntos. Como para darle aún mayor atractivo (y morbo) a la definición, a Racing le tocaba con Lanús mientras que Banfield recibía a Independiente. Golearon los dos: la Academia por 5-3 y el Taladro por 5-0.
Hubo necesidad de un desempate y como el primer partido, en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, terminó 0-0, se debió jugar un segundo, cuatro días después, nuevamente en cancha de San Lorenzo. Se impuso Racing por 1-0 con un furibundo remate de Mario Boyé, el Atómico, y postergó de esa manera un sueño banfileño que recién se concretaría en 2009.
El Lanús subcampeón de 1956
Al período hegemónico de Racing le sucedió un brillante ciclo de River. Con la denominada Maquinita, que conservaba a Ángel Labruna y Félix Loustau de La Máquina original y había sumado al estelar uruguayo Walter Gómez, los de Núñez coronaron cinco veces entre 1952 y 1957. Boca, con su festejada conquista de 1954, cortó una seguidilla impresionante.
De ese fantástico quinteto logrado por el Millonario, el de 1956 tal vez haya sido el que más esfuerzo le costó. Y mucho influyó, para que eso sucediera, la campaña de Lanús, que terminó segundo en esa temporada con apenas dos puntos menos que River.

Tan bien jugaba aquel equipo del Sur que a un ingenioso periodista del diario Crítica se le ocurrió bautizarlo como los Globetrotters, en honor a la troupe de basquetbolistas norteamericanos que recorría el mundo con sus destrezas y toques humorísticos. José Nazionale, Juan Héctor Guidi, Dante Homérico Lugo y un joven Alfredo Hugo Rojas (El Tanque, luego ídolo de Boca) sobresalían en la formación.
Contaban los veteranos de Lanús que otra hubiera sido la historia en 1956 si Pipo Rossi -el vehemente volante central de River- no lesionaba de gravedad, en un partido correspondiente a la novena fecha, al delantero Benito Cejas, una joyita de las Inferiores granates que ya había mostrado su clase en los encuentros anteriores.
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Lanús debió esperar hasta 2007 para festejar su primera consagración en la máxima categoría. Y un poco más, hasta el verano de 2017, para desquitarse en forma de River: le dio un baile en La Plata, lo venció 3-0 y se quedó con la Supercopa Argentina.







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