El ascenso y la caída de Chirola Yazalde, otro crack de Villa Fiorito que llegó al jet set y murió en soledad
Se cumplen este sábado 25 años de la muerte del delantero que surgió de Piraña, un club humilde del sur porteño, y desde Independiente pasó al fútbol europeo. Se casó con una modelo pero falleció joven, alcohólico y depresivo.
Héctor Casimiro Yazalde comparte localidad de nacimiento con Diego Armando Maradona: surgió de una familia muy humilde de Villa Fiorito y tuvo que trabajar desde chico. Se las rebuscaba como podía y le daban algunas monedas por esas tareas, lo cual dio origen a un apodo, Chirola, que lo acompañaría durante toda su carrera.
Las pruebas fallidas de Yazalde y su primer club
De niño jugaba en las calles con la ilusión de algún día ser como el brasileño Paulo Valentim, goleador de Boca en los comienzos de la década del 60. Acudió a algunos clubes con esa expectativa, pero ninguno confió en él. Los Andes y Racing fueron dos de los que lo rechazaron.
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En 1965 concurrió a probarse al Club Atlético Piraña de Parque Patricios y quedó, luego de que le prestaran ropa y calzado para realizar la práctica. De arranque deslumbró a compañeros y rivales: en su campaña debut como titular en Primera D metió 25 goles y llamó la atención de Julio Humberto Grondona, por entonces presidente de Independiente.
Campeón en el Rojo y salto a Europa
Por la suma de 1.800.000 pesos de la época, que le sirvieron a Piraña para construir la pileta de natación, Independiente se llevó al joven centro delantero y rápidamente le sacó provecho. Chirola jugó poco más de tres temporadas en el Rojo de Avellaneda y convirtió 73 goles en 117 partidos.
Además, se dio el lujo de dar dos vueltas olímpicas ante Racing: la primera, en el Nacional 1967 (en el que hizo 10 tantos en nueve encuentros) y luego en el Metropolitano 1970. En aquel certamen, el Rojo peleó el campeonato mano a mano con River y en la última fecha -un lunes a la tarde- visitó a la Academia: cuando el partido concluía con un empate 2-2 que consagraba al Millonario, después de 13 años de frustraciones, apareció Yazalde y le dio el título a Independiente. Luego del Nacional, con la distinción de mejor jugador argentino bajo el brazo, fue vendido a Portugal.
Chirola Yazalde: goleador europeo, galán sudamericano
Su adaptación al Sporting Lisboa fue inmediata: en las dos primeras temporadas conquistó 40 goles en 63 actuaciones y una Copa de Portugal (cinco tantos en siete fechas). Los títulos de Liga, no obstante, fueron para el clásico rival, el poderoso Benfica de Eusebio.
Ni bien arribó al país luso, Chirola conoció -y con el tiempo, enamoró- a la modelo María Do Carmen Resurrección De Deus, más conocida en nuestro país como Carmen Yazalde. También actriz de cine y teatro, fue vital en su desempeño en Europa. “Lo hice sentar cabeza”, declaró la rubia años más tarde.
Yazalde había participado de las Eliminatorias para el Mundial de México 1970, en el que Argentina se quedó afuera. Para Alemania 1974 pasó a ser una fija y así lo demostró durante toda la temporada, con un registro anotador que fue el más alto de Europa por casi cuatro décadas.
Chirola sumó 46 goles, Sporting salió campeón y él se quedó con la Bota de Oro al máximo scorer de ligas europeas, con un récord que recién superó Lionel Messi (50) en la 2011/12. Yazalde recibió su premio en el Teatro Lido de París, en una gala donde, entre muchas otras figuras, estuvieron los alemanes Gerd Muller (El Bombardero de la Nación) y Franz Beckenbauer (El Kaiser, capitán de la selección campeona del mundo).
De Villa Fiorito a Francia y sus amistades
El Mundial no fue de lo mejor para la Selección: Chirola logró un doblete ante Haití en la única victoria de Argentina, que quedó afuera tras perder con la Holanda de Cruyff y el Brasil de Jairzinho. Yazalde jugó otra temporada en Portugal -con más goles (36) que partidos (33)- y fue vendido a Francia.
Viajó a Marsella con su mujer y en su primer año en el Olympique terminó con 19 tantos, sexto en la tabla de goleadores que lideró su compatriota Carlos Bianchi. Justamente el Virrey era uno de los que iban a comer a la casa de los Yazalde, donde además de futbolistas que actuaban en Francia solía ir Carlos Monzón.
La vuelta a Argentina y el comienzo de la caída
Chirola se cansó de Europa y quiso retornar al país. El club que lo contrató fue Newell’s Old Boys de Rosario, lo que provocó la primera separación con su mujer: ella se quedó a vivir en Buenos Aires, aunque se veían los días libres. En la Lepra tuvo números de goleador, aunque más terrenales: 53 goles en 120 presentaciones, entre 1977 y 1980.
Cuando dejó Newell’s se fue a Huracán, donde apenas jugó una vez. Ya retirado, acompañó al uruguayo Luis Cubilla como ayudante en River y Olimpia de Paraguay y fue representante de futbolistas. Sin embargo, no tomó bien ese ostracismo y su desgano para realizar nuevas actividades fue desgastando su relación con Carmen.
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El divorcio de su mediática pareja lo llevó a una fuerte depresión y agravó su adicción al alcohol. Chirola, aquel crack de Independiente, murió el 18 de junio de 1997, justo un cuarto de siglo atrás, producto de una hemorragia interna. Tenía 51 años y unas estadísticas de crack, dignas de recuerdo.