La historia de Alexis Messidoro, del pibe de José C. Paz que prometía en Boca a jugar en Indonesia
Por su apellido incluso lo llegaron a comparar con Leo Messi. Mediocampista creativo, en el Xeneize había llamado la atención por su paso en Inferiores. Pero no se afianzó y empezó un derrotero que lo llevó a Oriente.
Los caminos del fútbol son impredecibles y Alexis Nahuel Messidoro lo sabe bien. Desde su debut en Primera con la camiseta de Boca, seis años y medio atrás, este oriundo de José C. Paz atrajo flashes y rarezas: por su apellido y el juego de palabras con Leo, entonces astro del Barcelona, llamó la atención de los diarios. Pero su carrera fue cada vez más extravagante y hoy tira pases en las lejanas tierras de Indonesia, defendiendo una casaca rojiblanca, la del Persis.
Alexis Messidoro, de José C. Paz a la Bombonera
La primera vez de Alexis Messidoro fue como la habrá imaginado tantas noches en su humilde casa del GBA. Transcurría enero de 2016 cuando, bajo la dirección técnica de Rodolfo Arruabarrena y en un Boca que venía de salir campeón del torneo y de la Copa Argentina, hizo su presentación en un amistoso internacional ante Emelec, de Ecuador, en San Juan. Metió un gol y entregó una asistencia.
La dura infancia en San Martín de Enzo Fernández, el crack de River al que espera Benfica
El Xeneize ganó 3-0 y el pibe no dudó: «¿Quién no sueña con esto?», declaró desde tierras cuyanas. Había sido una de las figuras de un equipo que tenía entre sus filas a Carlos Tevez, Cristian Pavón y Nicolás Lodeiro, entre otros consagrados. Algunos de ellos le recomendaron que quitara un tatuaje alusivo a San Lorenzo, el cuadro de sus simpatías infantiles.
Tiempo después llegó el momento del estreno oficial: en su primer partido por los puntos, convirtió ante Aldosivi en la Bombonera en un 4-1, tres meses después de aquella goleada a los ecuatorianos. Parecía que el pibe iba a empezar a ganarse un lugar en el Xeneize, pero nunca resultó sencillo para los canteranos…
El raid americano de Messidoro
A inicios de 2017, ya con Guillermo Barros Schelotto en el banco de Boca, Messidoro se encontró con un panorama habitual para muchos juveniles del Xeneize: ni siquiera fue citado a la pretemporada con el plantel profesional y no había lugar para demostrar su valía. Fue por ese motivo que decidió emigrar y apostó por una plaza cercana, siempre interesada en futbolistas argentinos: se fue a través de un préstamo al Sport Boys de Bolivia.
Con roce internacional, ya que en el equipo boliviano logró disputar la fase de grupos de la Copa Libertadores de aquel 2017, Alexis metió un salto inesperado para el ambiente futbolero: se incorporó al Cruzeiro de Brasil, una potencia en el continente, dos veces campeón de América.
Allí compartió plantel con Ramón Wanchope Ábila, justo antes de que el delantero cordobés fuera adquirido por Boca. Tras seis meses con escasa actividad, Alexis tuvo que volver al Xeneize, dueño de su ficha, sabiendo que iba a contar con pocas oportunidades para hacerse ver.
A partir de allí, Messidoro deambuló por varios clubes de la Argentina y hasta de Uruguay: Talleres de Córdoba, Cerro Largo, Estudiantes de la Plata y el recientemente ascendido Platense fueron algunos de sus destinos laborales hasta que, sin lugar en el país, decidió jugársela y emigrar a Europa: fue contratado por el Ierapetras FC de Grecia.
Tampoco allí pudo terminar de asentarse ni sumar minutos, pero él nunca aflojó y continuó intentando buscarse su lugar dentro del fútbol. Con esa meta entre ceja y ceja, el siguiente paso que decidió dar fue aún más extraño.
Un argentino suelto en Indonesia
El Persis Solo (Persatuan Sepakbola Surakarta su nombre completo) es un club de Java, la capital de Indonesia, con 87 años de antigüedad y un estadio para 20.000 personas. Allí, con su fútbol y su apellido llamativo como carta de presentación, recaló Alexis Messidoro en este mercado de pases. Recientemente ascendido, el Persis Solo apostó por Alexis, dos brasileños y un español para tratar de mantener la categoría.
«Nuevo comienzo: gracias Persis por confiar en mí y brindarme esta oportunidad. Que sea un año con muchas alegrías, vamos con todo», fue el posteo en Instagram de un Messidoro que suma su octavo club tras aquel debut en Boca, esta vez en tierras más lejanas que nunca. Eso sí: con las mismas ganas que cuando empezó a gambetear en los potreros de José C. Paz.