Alberto Samid violó la prisión domiciliaria para ir a comer en Ramos y se fue tras un escrache
El empresario de la carne, quien cumple una condena que no le permite salir de su hogar, almorzaba en un local de Avenida de Mayo cuando un grupo de clientes lo filmó y le preguntó si tenía puesta la tobillera electrónica.
En las últimas horas trascendió un video en el que se lo ve a Alberto Samid, quien debe cumplir prisión domiciliaria por integrar una asociación ilícita dedicada a la evasión de impuestos, comiendo en un restaurant de Ramos Mejía, partido de La Matanza, y siendo escrachado por un grupo de clientes, lo que obligó al empresario de la carne a retirarse del lugar cuando todavía no había terminado su plato. El hecho ocurrió este lunes al mediodía.
De acuerdo con lo que se puede ver en las imágenes, Samid se hallaba sin el barbijo puesto y comiendo junto a otros dos hombres en una mesa interna de Paja Rota, el local gastronómico ubicado en Avenida de Mayo 836, en pleno centro comercial de Ramos Mejía. Ante las protestas, los tres abandonaron el local.
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El empresario se hallaba almorzando un bife con ensalada cuando dos mujeres se acercaron a su mesa y una de ellas empezó a filmarlo con la cámara de un teléfono celular. «A usted vergüenza le tiene que dar. ¿Dónde tiene la tobillera? A ver, muéstreme la tobillera. ¿Dónde la tiene? Vergüenza le tiene que dar. Tiene una tobillera y tiene prisión domiciliaria», se escucha decir a una señora, al tiempo que Samid se levanta de la mesa.
Luego, ya con el condenado rumbeando para la salida, empezaron los gritos de distintas personas que le pedían que se vaya entre aplausos, a la vez que quien había iniciado el escrache le decía: «Andate, chorro, ladrón, mafioso, andate por mafioso, por vos estamos así, por gente como ustedes».
Samid nunca contestó y solo atinó a mirar un par de veces a la cámara e incluso se llevó un último bocado de carne antes de levantarse de la mesa. Al inicio del intercambio, uno de los acompañantes del empresario le había preguntado a las mujeres si eran policías y una de ellas respondió “a lo mejor sí, a lo mejor soy de un juzgado».
Gabriela, una de las protagonistas el video, contó esta tarde en Radio Rivadavia qué la llevó a hacer el escrache: «Lo hice porque estoy cansada de la Justicia que no otorga respuestas. Me siento responsable por el país que le estamos dejando a nuestros hijos. Uno de mis hijos vive en el exterior. No me gusta hacer este tipo de cosas, pero me sentí en la obligación de hacerlo porque no se puede soportar más la impunidad».
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La mujer relató también que tenía el dato que Samid vivía a unas seis cuadras del lugar donde se lo cruzó y que, según le contaron las mozas del restaurant, tanto el empresario como sus dos compañeros se estaban yendo sin pagar, por lo que el encargado tuvo que salir a buscarlos para que salden la cuenta de 4.000 pesos de lo que habían consumido. «Cuando les preguntaron quién pagaba, dijeron: ‘Que lo pague la señora que grabó el video'», contó Gabriela en la misma entrevista.
La causa contra Alberto Samid
La Cámara de Casación condenó el 27 de noviembre del año pasado a Alberto Samid a cuatro años de prisión ratificando el fallo en primera instancia de abril de 2020. El empresario de la carne fue declarado culpable por integrar una asociación ilícita que evadió impuestos durante la década del ’90. En la misma causa fue juzgada su hermana Alicia.
El Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) 1 también le ordenó pagar unos 282 mil pesos para cubrir los costos de su captura, calculados por la Policía Federal, durante los días que estuvo prófugo. Samid fue detenido después de que se escapara al paradisíaco Belice, donde finalmente fue atrapado en abril de 2019.
Por su edad, 71 años, y sus problemas de salud, ya que los forenses confirmaron que sufre de afecciones cardíacas, hipertensión, diabetes y un severo cuadro de estrés, la Justicia dispuso otorgarle prisión domiciliaria, condena que violó con su última aparición pública en Ramos Mejía.