Pidió ibuprofeno para su hijo en Ramos Mejía pero le vendieron viagra y el nene fue internado: qué respuesta dio la farmacia
Eduardo Padilla, de 33 años, compró las pastillas para su hijo de 7 años porque estaba con fiebre. El chico debió ser atendido en una clínica por mareos y vómitos. Volvió al local y grabó la respuesta de las farmacéuticas.
El lunes, Eduardo Padilla, un venezolano de 33 años que desde 2018 vive en Ramos Mejía, sufrió un momento de mucha angustia cuando, por un error ajeno a él, puso en riesgo la vida de su hijo de 7 años al darle dos pastillas de viagra.
El hombre, que se desempeña como ingeniero informático, acudió a una farmacia de la calle Medrano al 800, en la mencionada localidad del oeste del Conurbano, para comprar ibuprofeno, ya que el nene tenía fiebre.
Su intención era conseguir las «pastillas masticables de uso pediátrico». Por ello, explicó: «Le pedí a la muchacha que me atendió pastillas masticables para niños. Ella sacó de un cajón un blíster y me dijo ‘estas son’. Le pregunté el componente y no me supo decir, pero me contestó que eran esas y que tenía sabor a menta o frutilla».
Confió, pagó y al llegar a su casa le dio dos de las pastillas a su hijo «porque la cantidad de miligramos eran pocos, normalmente son de cien y estas eran de cincuenta». Después de haber ingerido el medicamento, el nene «empezó a tener dolores de cabeza, mareos, se puso rojo y empezó a vomitar». Fue entonces cuando llegaron a la conclusión de que le habían dado un remedio equivocado. «Revisamos las pastillas porque no tenía esos síntomas antes y el nombre nos causaba duda, Sildenafil, que no lo conocíamos. Al buscarlo en internet nos dimos cuenta que era viagra», sostuvo.
Al nene lo llevaron a la clínica La Trinidad de Ramos Mejía, donde le tomaron la presión y detectaron que tenía taquicardia. Lo tuvieron varias horas en observación hasta que, en la madrugada siguiente, le dieron el alta. Sin embargo, debieron volver a llevarlo horas después porque continuaba con vómitos, pero le dieron medicación para frenarlos y su salud lentamente comenzó a recomponerse.
El padre fue a increpar a las farmacéuticas que le vendieron viagra
Padilla considera que lo que ocurrió fue un caso de negligencia y volvió a la farmacia de Ramos Mejía a increpar al personal que le vendió viagra en lugar de ibuprofeno. Les explicó lo ocurrido a dos farmacéuticas, una de ellas la que el señala como quien lo atendió ese día, y le dijo: «Pudiste haber matado a mi hijo. ¿Entiendes la gravedad del asunto?». Ella le contestó que «no me dijiste que querías un remedio para niños», con visible angustia en su rostro.
Tras grabar ese encuentro en un video, que se difundió en las redes sociales, lo cierto es que el hombre fue a la Comisaría 2° a radicar la denuncia penal, en la que adjuntó el comprobante de pago de los dos blíster de viagra, que le costaron $600.
La empleada asumió que tuvo una confusión, creyendo que el hombre le había pedido esa droga para la disfunción eréctil «en clave», dado que por pudor muchos clientes suele pedirla así. De todas formas, la farmacia indicó que cuentan con un seguro para este tipo de casos, por algún error en el suministro de medicamentos, pero que la situación les resulta extraña dado que, a excepción de las Aspirinetas, el formato del medicamento para menores de edad es en jarabe y no en pastillas.