Lanús: quiénes están detrás de «Mr. Bocha», los heladeros que van por los barrios y mantienen una vieja tradición
Son cuatro hermanos que están al frente de un emprendimiento que lleva más de 15 años y que vende por las zonas de Remedios de Escalada, Banfield y Temperley. Su vínculo con los vecinos y la idea que patentaron.
Los tiempos cambian, la modernidad avanza y hay costumbres que se pierden o, mejor dicho, mutan. El Conurbano bonaerense se caracteriza por tener lugares donde algunas tradiciones se mantienen: eso sucede en Lanús, donde cuatro hermanos continúan vendiendo helados de forma ambulante y se encargan de llevar el sabor barrio por barrio, como en los viejos tiempos.
Desde el mediodía hasta la noche, por las calles poco transitadas de localidades como Remedios de Escalada, Temperley y Banfield, los vecinos salen de sus casas cuando escuchan el inconfundible sonido musical que caracteriza a las camionetas de «Mr. Bocha», el emprendimiento que lleva ya 15 años vendiendo cremas heladas bajo esa modalidad.
Lo fundó Leandro García, vecino de Lanús de 38 años. Quiso seguir con el legado familiar que le dejó su padre, que había tenido una heladería convencional en el distrito. Sin embargo, siempre supo que no quería local a la calle sino recorrer distintas zonas y que los clientes lo esperaran en las veredas.
Cómo es la venta de helados ambulante
El camino no fue sencillo: primero arrancó vendiendo en plazas con un carrito. Luego salía con una moto que solía tener problemas recurrentes por el peso de la mercadería que cargaba. Llegó a tener una moto de tres ruedas que tampoco sirvió, hasta que pudo comprar una camioneta. Hoy, su empresa creció tanto que en ella trabajan sus tres hermanos y tiene ya dos vehículos para salir a hacer los reparto.
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Durante el mediodía y las primeras horas de la tarde, los emprendedores de Lanús reconocieron que lo que más se venden son las tacitas y cucuruchos, por la cantidad de chicos que consumen los helados. En cambio, para la noche y más cerca de la hora de la cena, se vende mucho más el helado por kilo. En las camionetas tienen capacidad para llevar hasta 16 sabores y los más elegidos son los clásicos chocolate, frutilla a la crema y dulce de leche granizado.
«Hay muy buena aceptación de parte de la gente. Le gusta nuestro helado y ya se ha generado una amistad con los vecinos. Nos gustaría en el futuro poder conocer algún otro barrio y tener un camión que nos permita llevar más sabores u otro tipo de postres helados o batidos», señaló Leandro García a El Diario Sur.
La idea que patentaron los heladeros ambulantes de Lanús
Leandro también contó que otra cuestión que le costó para hacer crecer Mr. Bocha fue mejorar el sistema de refrigeración para poder vender helado suelto. Pudo desarrollar un dispositivo que, según explicó, «funciona con etilenglicol, un alcohol que sirve para enfriar, que hace que el helado se mantenga frío y no se congele».
«La manera en la que se vendía helado en la calle era con hielo y agua o directamente sin frío. Nosotros inventamos un sistema de frío que está patentado y permite que el helado no se deteriore, que llegue al final del día de la misma manera en que salió», detalló.
El heladero de Lanús dijo que se trata de un sistema «ingenioso» pero que quiere mantener «en secreto» cómo funciona, como un mago que se rehúsa a revelar sus trucos. En este caso, la magia está fría pero se vende «como pan caliente» y deleita a miles de vecinos cuando la camioneta de Mr. Bocha pasa por sus barrios.