La leyenda del Zurdo Almada, el Messi de los penales en La Matanza que se retiró del fútbol a los 62 años
Sus conocidos y allegados le hicieron un emotivo homenaje en González Catán que, obviamente, incluyó una pelota y un asado. La historia de un talento barrial que despertó mucho cariño por sus gestos de solidaridad.
Mientras un país entero disfruta los flashes y el fútbol de primer nivel del Mundial de Qatar, en La Matanza rodó la pelota sin tanto glamour alrededor pero no con menos pasión. Fue en el marco de una despedida: la última vez que se vio la magia del Zurdo Almada, una leyenda barrial de esa zona del oeste del Conurbano en los torneos por plata.
Tiene 62 años y lo que despierta en los vecinos es una admiración similar a la que hay por un futbolista profesional. Quienes lo vieron jugar lo describen como el mejor pateador de penales de la historia de los torneos barriales y, en un país cargado de grietas, lo hacen sin dudar: todos están de acuerdo en eso.
En la cancha de González Catán donde se llevó a cabo el encuentro no faltó el asado, una religión para las tardes de fin de semana luego del fútbol. La pelota, otrora protagonista junto a él, fue una actriz de reparto: quedó opacada por los abrazos y las innumerables muestras de afecto que recibió el Zurdo Almada durante la jornada.
Un compañero que jugó con él eligió una curiosa frase para describirlo: «En el fútbol profesional, Diego Maradona es lo máximo. En el fútbol amateur que jugamos nosotros, es él”, resumió. El mito que existe alrededor suyo es similar al que había con el Trinche Carlovich, aquel mediocampista ídolo de Central Córdoba de Rosario, de quien decían que «era mejor que Pelé».
El mito del Zurdo Almada en La Matanza
Los vecinos se acostumbraron a verlo pateando y atajando penales en los torneos barriales de La Matanza y muchos de ellos disfrutaron de sus golazos y grandes tapadas. En su despedida, algunos recordaban varias de sus hazañas y las describían con nostalgia, como si se transportaran al pasado en ese momento.
Como era de esperarse, las estadísticas del Zurdo Almada no se encuentran en los sitios web especializados pero él mismo sorprendió al revelar que llevaba anotados sus números en un cuaderno. Sin embargo, esos registros ya no están disponibles.
«Cuando me separé, mi mujer me quemó el cuaderno donde tenía anotado todos los torneos que jugué y los que gané», reveló la leyenda con tristeza, pero remarcó que más allá de aquel episodio, él pudo memorizar sus estadísticas y las compartió: dijo que jugó 1482 campeonatos de penales y ganó 1241.
Sus vecinos no sólo lo admiran por sus proezas, sino también por sus gestos de solidaridad. El «Manteca», uno de sus amigos, contó que gracias a él pudo comprar los 500 ladrillos que le faltaban para terminar su casa. La plata se la dio el Zurdo Almada tras ganarla en un torneo de penales y en el tiro definitorio lo miró y le dijo: «Este lo atajo por vos, Manteca».
«Cuando tenés el buffet o la organización del torneo te deja una ganancia, y siempre lo organizaban los que no tenían trabajo. Aunque no lo creas con eso se tironeaba la semana”, explicó una vecina, dejando claro que este mito viviente de La Matanza era, para muchos, la gallina de los huevos de oro. Pero él, lejos de importarle eso o sus hazañas, concluyó emocionado y con humildad: «Yo nunca quise ser el mejor, a mi lo que me gustó es esto, la amistad”.