A 30 años del último gran festejo de Quilmes en su antiguo estadio de Guido y Sarmiento
El equipo dirigido por Hugo García ganó el ascenso a Primera luego de vencer en la fecha 42 de un maratónico campeonato Nacional B a Almirante Brown. La gente invadió el campo para celebrarlo.
Los tablones del antiguo estadio de Guido y Sarmiento resisten como pueden el salto repetido, la alegría desbordante de 20.000 hinchas de Quilmes. Hay gran festejo porque el equipo acaba de vencer 1-0 a Almirante Brown y concreta así su regreso a Primera División.
«Quilmes se va de la B, Quilmes se va de la B, se va porque tiene huevos y le sobra hinchada para no volver», canta la multitud en aquella tarde gris y desapacible del sábado 1 de junio de 1991, que se vuelve luminosa y emotiva por el retorno del Cervecero a la máxima categoría.
Cerca de ahí ya se empezó a trabajar en la construcción de un nuevo estadio, más grande, moderno, funcional, pero lo que cuenta ahora es la euforia que hace crujir las maderas percudidas. Lo único que vale es la alegría por ver otra vez al cuadro de los amores mezclado entre los grandes, después de una estadía de nueve años en el segundo nivel que, por momentos, fue difícil de soportar.
Transcurrieron ya tres décadas de aquel acontecimiento, pero para los de aquella época, sobre todo para quienes tuvieron el privilegio de ser testigos directos, la emoción todavía se vive en tiempo presente.
Ese gol de Gómez que desató el festejo
Tenía que llamarse Gómez, como el inolvidable Indio Omar Hugo, el autor del gol de la victoria quilmeña en ese último partido del Nacional B, temporada 90/91. Y debía ser Hugo Manuel García -el recordado Gallego, vecino e hincha, apasionado por el fútbol- la persona para conducir a un equipo que supo mezclar la frescura de algunos pibes de las divisiones inferiores con la experiencia de veteranos de mucho trajinar las canchas del ascenso.
Además del Tortuga Gómez, zurdo de buena pegada y tranco lento como sugiere su apodo, los integrantes del plantel salen de memoria: Alejandro Mulet, Guillermo Escalante, Alfredo Grelak, Alberto Rodríguez, Emilio Kalujerovich, Leonardo Colombo, Martín Di Diego, Cristian Montenegro, el goleador Marcelo Fabián Rufini, Carlos Scime, Alfredo Juárez, Gabriel Pedrazzi y José Luis Acosta, entre los de más participación.
La gran campaña de Quilmes hace 30 años
Diecinueve triunfos, 16 empates y siete derrotas fue el saldo estadístico del recorrido de Quilmes por aquel extenuante Nacional B de 42 fechas, con varios y largos traslados al Interior del país. Veintinueve goles en contra dan la pauta de que costaba entrarle a esa formación granítica diseñada por el Gallego García, un estudioso de rivales y detalles.
La cosa, sin embargo, no había empezado bien, con un inesperado 0-1 de local ante los rionegrinos de Cipolletti. Al fin de semana siguiente era igualdad 0-0 en Nueva Italia contra el Racing cordobés cuando un proyectil desde la tribuna tumbó a Emilio Kalujerovich. Se suspendió el partido y la AFA se lo dio por ganado a Quilmes, que desde esa tarde empezó a sumar con planteos ordenados, que no concedían ventajas y buscaban aprovechar fallas contrarias.
En los clásicos con los vecinos del Sur siempre estuvo a la altura: 1-0 y 1-1 contra Defensa y Justicia, 2-0 y 1-1 con Talleres de Remedios de Escalada y 1-1 y 2-2 ante Banfield. Totalizó 54 puntos (todavía otorgaban dos por victoria) y aventajó por dos unidades a Atlético Tucumán y Belgrano. Los cordobeses acabarían por lograr la segunda plaza a Primera tras imponerse en un infartante dodecagonal.
Fue la última vez que Quilmes ganó un título pues sus posteriores ascensos se produjeron en segundas instancias, no como campeón. Y fue también la última gran fiesta en el viejo estadio de Guido y Sarmiento, el de madera, el de la platea con techo de chapa, el de resabios de los lejanos orígenes ingleses, el de las postales inolvidables.