Qué es de la vida de Jota Jota López, el crack que brilló en River, jugó en Boca y el descenso lo borró del fútbol
Como futbolista fue una gran figura en el Millonario, pero haber sido el DT que se fue a la B lo condenó. Desde entonces, sólo dirigió dos equipos del Interior y lleva casi seis años sin trabajar. Y nunca más volvió al Monumental.
Jota Jota López en su último trabajo, en Juventud Antoniana de Salta.
Juan José López es parte de la historia dorada de los 70 y 80. Volante exquisito, fue ídolo de River, pasó con suceso por Boca y hasta llegó a la Selección. Pero el fútbol a veces es cruel y el gran Jota Jota también sufrió la peor cara del deporte.
El descenso con el Millonario, un evento histórico por su trascendencia, lo marcó para siempre. Y es por eso que, pese a todos sus laureles, no logró volver a reinsertarse en el fútbol después de aquella caída del 26 de junio de 2011. Queda, incluso, sobrevolando la sensación de que fue borrado del fútbol, una mirada que también estuvo implícita en sus propias palabras.
“Yo siempre salí a la calle, no me oculté. Yo no me aislé, sino que a veces te aíslan, que es diferente. Era el técnico del equipo que se fue al descenso, te hacen responsable y yo me hice cargo. Pero le puse el hombro a River, como lo hice siempre, aun sabiendo que era un momento difícil”, admitió López.
De hecho, también graficó cómo lo trata el hincha del Millonario en el contacto cotidiano, al que se cruza en la calle pero no en la cancha, porque nunca más volvió al Monumental. “Me mira con mala cara el pibe que no me vio jugar, el que no sabe mi historia y que no tiene idea que estuve desde los 12 años en River. ‘Nos mandaste al descenso’, me reprochan. ¡No me digas! Si los primeros interesados en no irnos al descenso éramos los jugadores, los dirigentes y yo. El que peina canas, en cambio, reconoce que River no venía bien y me alienta”.
El lado brillante de Juan José López
Jota Jota nació en Ciudadela, el 31 de octubre de 1950, pero toda su infancia la pasó en Guernica, localidad sureña de la provincia de Buenos Aires. Ámbito de campo y grandes baldíos, rápidamente se enamoró de la pelota, la diversión para los pibes de la zona. Aunque de muy chico empezó el coqueteo con un River deslumbrado por su calidad, recién a los 13 años se sumó a las Inferiores del Millonario.
En 1970, de la mano del legendario entrenador brasileño Didí, debutó en la Primera del club. En 1975 hizo historia (de la buena) para River: fue parte del equipo que logró quebrar la racha de 18 años sin éxitos. Formó un mediocampo que se repetía de memoria junto con Reinaldo Carlos Merlo y Norberto Osvaldo Alonso. Su gran nivel hizo que mereciera una citación a la Selección dirigida por César Luis Menotti.
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En 1982, luego de algunos conflictos con las autoridades de la institución, resolvió irse de River y aceptar la propuesta de Ángel Amadeo Labruna, DT en su época de gloria, para mudarse a Córdoba y vestir la camiseta de Talleres.
En 1983, sin embargo, volvió a Buenos Aires. Y con mucho ruido… Juan José López se integró a Boca, sin dudar pese a la eterna rivalidad con River. Luego de un paso por Argentinos Juniors, donde ayudó a conquistar la Copa Libertadores, volvió a cruzar de vereda y se puso ropa celeste: Belgrano, clásico de Talleres, fue su nuevo hogar.
Jota Jota se retiró en el Pirata. Y fue una premonición para su futura carrera como entrenador…
Un director técnico sin suerte
Juan José López empezó su carrera como DT en 1997, en Racing de Córdoba, la provincia que lo terminó adoptando. Luego pasó por Instituto, Unión, Rosario Central y Talleres. Fue con los albiazules con quienes tuvo su primer tropiezo: pese a un gran performance en el primer semestre de 2004, el Matador se vio forzado a jugar la Promoción debido a malas campañas anteriores y Jota Jota sufrió el descenso al caer en esa instancia decisiva ante Argentinos Juniors.
De andar irregular como entrenador, tuvo una oportunidad inesperada en 2010, cuando su amigo Daniel Alberto Passarella -compañero en el rutilante River de fines de la década del 70 y por entonces presidente de la entidad- lo convocó para reemplazar a Ángel Cappa.
El desenlace fue triste y es conocido: Jota Jota no logró revertir la debacle y el club de Núñez descendió a la B Nacional al cabo de una jornada llena de incidentes dentro y fuera del estadio. “Hubo dos momentos en los que lloré mucho: cuando murió mi viejo y con el descenso de River”, dijo tiempo después Juan José López.
JJ renunció al cargo tras aquella Promoción ante Belgrano. Y su carrera luego de semejante adversidad fue cuesta arriba. Mientras a Daniel Passarella, el entonces presidente del club, lo apuntan como el máximo responsable de la debacle deportiva, en River López parece estar relegado a una indiferencia que lo pone cerca del olvido. Algunas afirmaciones que expresó en los últimos tiempos tampoco lo han ayudado.
“Descender es peor que perder una final contra tu clásico rival. Descender es muy duro para una institución como River, pero creo que a veces los golpes te hacen ver cierta realidad de que las cosas se venían haciendo mal desde los periodos anteriores. La historia dice que nos fuimos al descenso y eso no es nada bueno. Si se hace un análisis de todo, el hecho de que River jugara en el Nacional B conmovió a la Argentina. La gente lo acompañaba donde iba, llenaba estadios en todo el interior, la convocatoria a nivel hinchas fue buenísimo. Hay gente que se hizo hincha con más fervor de antes”, admitió el ex entrenador.
La vida después del descenso de River
El Negro, como lo apodaron cuando empezaba a asomar con el número 8 en nuestras canchas, intentó relanzar su campaña en clubes del Interior. Después del dramático descenso con River, pasaron más de tres años en que le apareciera una nueva oportunidad. La primera experiencia fue en 2014, al comando de San Martín de Tucumán -uno de los gigantes del Jardín de la República- en el Federal A. Como no se alcanzó el objetivo de conseguir el ascenso de categoría, Jota Jota se fue del albirrojo en diciembre del mismo año.
Su segundo intento fue en otro club muy popular del norte de nuestro país: Juventud Antoniana de Salta. En 2016 le llegó la chance de conducir al Santo y también en el Federal A, pero duró nueve meses: un flojo rendimiento del equipo, alejado de los puestos de ascenso, marcó su final. Su último partido fue en un triunfo contra Concepción FC, el 9 de noviembre de 2016. Desde entonces, pasaron 2.132 días y, con 71 años, no parece sencillo que pueda tener otra oportunidad.
Jota Jota, quien disfrutó del reconocimiento que se les tributa a los ídolos del fútbol, ahora sufre desde afuera. El descenso con River fue un golpe del que no ha podido recuperarse.
“Tuve dos momentos que lloré mucho: cuando murió mi viejo y con el descenso de River”, sorprendió López en 2021. Y argumentó: “Con mi mamá no me pasó, porque tenía una enfermedad crónica y le pedí a Dios que se la lleve para que no sufra más. En cambio, lo de mi viejo fue distinto, porque yo estaba jugando en la Primera de River en 1974 y fue de golpe. Con él tenía muchos proyectos con la plata que ganaba en el club. Él anotaba todos los gastos que hacía para tener todo claro. Su honestidad marcó mi educación. Y hoy mi honestidad sigue intacta”, reflexionó.
