La conmovedora lucha de un joven que fue atropellado en San Isidro y pasó 19 días en coma
Bruno Martín fue embestido en la espalda por un motociclista que hacía «willy» e iba en contramano. Tuvo múltiples fracturas y en más de una oportunidad los médicos les dijeron a su mamá y a su hermana que se despidieran de él.
La vida de Bruno Sebastián Martín cambió para siempre a las 19:11 del martes 16 de marzo de 2021. Por aquel entonces hacía entregas para Mercado Libre con la camioneta de su abuelo y el circuito que tenía previsto lo llevó hasta Martínez, partido de San Isidro, donde estacionó el vehículo, bajó y dio unos pocos pasos buscando llegar a su destino.
Todo lo que ocurrió después se lo contaron. Un motociclista que venía haciendo «willy» lo atropelló a la altura de diagonal Tucumán y el cruce con Rodríguez Peña y Monteagudo. El brutal golpe lo agarró de espaldas y le generó fracturas en el cráneo, en la órbita del ojo izquierdo, en la segunda y la tercera vértebra cervical, en la pelvis y en un fémur, además de una hemorragia cerebral.
Fue llevado de urgencia al Hospital Central de San Isidro, donde los médicos le dijeron a su familia que la el cuadro del joven de 22 años que había estudiado en el Instituto Leonardo Murialdo de Villa Bosch, a pocas cuadras de la casa que alquila y donde vive con María del Rosario, su mamá, y Belén, su hermana, era realmente complicado.
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Esa fatídica jornada laboral que tuvo lugar 511 días atrás había comenzado en un depósito ubicado en Villa Lynch donde el delivery organizó un reparto que incluía paradas en Vicente López, San Isidro, San Fernando y cuyo cronograma todavía conserva. “Yo había arreglado que me dieran Zona Norte no sólo porque me quedaba cerca de casa, sino fundamentalmente por seguridad”, contó Bruno Martín a Infobae.
Al llegar a diagonal Tucumán, puso las balizas, estacionó, se desprendió su cinturón de seguridad, agarró el celular y el paquete y abrió la puerta. “Vi que venía una moto enfrente. La miré, estaba en la esquina y bien pegada al cordón de su mano. Es una calle angosta, pero de doble mano. Me fijé que no fueran dos tipos. Yo ya estaba rescatado», empezó a relatar el joven al mismo medio.
Luego, continuó: «No me habían choreado nunca, pero a un par de compañeros sí. Si estás en Moreno, hacé rápido porque sos pollo. Pero ahí, en San Isidro, estaba más tranquilo. No sé por qué se me hizo la pinta de que era delivery. Y bajé, con el paquete y el celular. Me fui para atrás de la camioneta y me desperté un mes después. No escuché nada, no sentí nada, ningún dolor, nada. Así fue”.
La persona acusada de atropellar a Bruno Martín se llama Leandro Lafratta. Estaba haciendo “willy” con una Honda Tornado de 250 cc, cilindrada superior a la que autorizaba su licencia de conducir y en contramano. El golpe con la rueda delantera fue en la espalda.
Fue tal el ruido que se generó que toda la cuadra salió a la calle. Muchos vecinos no dudaron el ayudar a la víctima de distintas maneras: lo taparon con una manta, guardaron su celular y hasta evitar que el sospechoso huyera del lugar.
“A mí me vino a buscar la Policía. Tenemos domicilio legal en la casa de la abuela y yo justo estaba ahí. Eran las ocho y media de la noche. Me preguntaron si yo era familiar de Bruno Martín. Le respondí que sí. Me dijeron que estaba en el Hospital Central de San Isidro y que había tenido un accidente. Nada más. No sabíamos si había chocado, si le habían robado, no sabíamos cómo estaba. Te pasan mil cosas por la cabeza cuando te enterás de algo así. Y la llamé a mi mamá: ‘Mami, vino la Policía diciendo que Bruno tuvo un accidente, por favor no te asustes. La abuela está muy nerviosa’. Fue lo único que le pude decir”, recordó Belén.
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María del Rosario decidió llamar al celular de su hijo y quien atendió fue una de las personas de la cuadra que se había sumado a dar una mano. Al llegar al centro de salud, el panorama fue desolador. “Señora, vaya a despedirse”, le dijeron a la mujer.
El parte médico no brindaba mayores esperanzas: “Terapia intensiva con soporte ventilatorio y un estado crítico. Diagnóstico principal de traumatismo encéfalo craneano grave con múltiples fracturas de cráneo y de columna cervical». “Todos los días nos decían ‘hoy todavía no se murió’”, contó Belén.
Quedar en estado vegetativo era una posibilidad, por lo cual las fracturas o hasta el colapso de un pulmón o los problemas en los riñones eran a esa altura cuestiones secundarias. El lunes 22 de marzo, seis días después del incidente, una bacteria intrahospitalaria comprometió todavía más la salud del vecino de Villa Bosch. Fue la primera vez que Belén pudo volver a verlo.
Bruno Martín pasó esa noche, y las siguientes hasta que, finalmente, 19 días después del accidente finalmente despertó del coma que había interrumpido su vida. “Lo único que pude recordar es que mi vieja me cantaba y me decía ‘vamos a salir, león’”.
También recuerda el ruido de gente hablando y la música de Linkin Park. No era la que le ponía su mamá. Ella le recitaba el poema de Mario Benedetti, «Te quiero», que también le cantaba cuando era niño, y le ponía dos temas en loop: uno era «Ángel» de Cristian Castro, la canción que estaba escuchando de manera azarosa en el quirófano mientras nacía Bruno y la otra era «Nothing Else Matters» de Metallica, su canción favorita de su hijo. Pero él se acuerda más de Linkin Park por culpa de Gustavo, el personal de seguridad de la terapia intensiva del Hospital Central de San Isidro en horario nocturno.
Luego pasó a terapia intermedia, pero surgió otro inconveniente, el económico: como no tenía obra social y mantenía una deuda con el monotributo, su familia organizó una rifa y lograron juntar los poco más de 200 mil pesos para solventar los gastos de nafta y estacionamiento más lo de AFIP. Un mes después de haberse despertado fue derivado a la Clínica Modelo de Caseros.
Bruno Martín estuvo acostado dos días sobre una tabla espinal, cinco semanas comiendo a 45 grados, doce semanas sin sentarse, tres meses y medio con el cuello ortopédico y recién al cuarto mes pudo volver a caminar. El martes 13 de julio de 2021 regresó a su casa con 20 kilos menos y la dependencia de los anteojos porque el nervio óptico del ojo izquierdo ya no funciona bien. Todavía le queda una larga recuperación por delante.
Cómo sigue la investigación del choque en San Isidro
Lafratta quedó detenido el día del hecho y puesto a disposición de la fiscalía descentralizada de Martínez, a cargo de Gastón Garbus, quien ordenó su aprehensión. Tras ser indagado, recuperó la libertad a las 48 horas del choque.
Ante la Justicia declaró haber hecho “willy” sin querer y dijo que la moto “se le levantó”. La causa está caratulada como “lesiones culposas calificadas”, se tramita en el Juzgado en lo Correccional N° 5 de San Isidro, con Julieta Berlingiere como jueza interventora y Estanislao Osores Soler como el secretario que lleva el expediente.
El fiscal le ofreció al imputado un juicio abreviado, a efectos de que le cabría una pena de rango bajo que no es de prisión efectiva. Bruno Martín y su familia lo consideran un premio inmerecido. “En vez de asumir su responsabilidad y firmar un papelito, debería ir a juicio y explicar por qué hizo lo que hizo, y si tiene la posibilidad, defenderse”, reflexionó la víctima.
Los abogados del vecino de Villa Bosch presentaron pruebas y testigos que declararon haberlo visto hacer maniobras igual de temerarias. Consideran que hay material suficiente que justifica el desarrollo de un juicio oral.