El día que nació la paternidad de Independiente frente a Racing con un récord de Ricardo Bochini
El 24 de marzo de 1974, el Rojo ganó 4 a 1 con una actuación inolvidable del Bocha: con sólo 20 años hizo tres goles por única vez en su carrera. Desde entonces, Racing está en desventaja en el duelo del barrio.
La estampa de Ricardo Enrique Bochini, el gran ídolo histórico de Independiente.
Entre tantas otras razones que justifican la idolatría del público de Independiente, Ricardo Bochini acredita la virtud de haberse destacado en las situaciones límite, en los cruces decisivos, cuando un acierto o un error definen resultados, títulos, tendencias… Racing, el adversario del barrio y de toda la vida, sabe como pocos de esa capacidad del Bocha para aparecer en los momentos cumbres.
El Metropolitano de 1974 se disputó en dos grupos, ida y vuelta, con interzonales para enfrentar a los clásicos rivales. Independiente no se pudo clasificar al cuadrangular final, pues quedó detrás de Newell’s (el campeón) y Boca (lo venció en la Doble Visera y la Bombonera). Sin embargo, le quedó la alegría de haber superado las dos veces a la Academia y ambas por goleada.
El primero de los dos encuentros fue en el actual Libertadores de América, un soleado domingo 24 de marzo. Independiente salió a la cancha con esta formación inicial: Miguel Ángel Santoro; Héctor Cabezal, Francisco Pedro Manuel Sá, Osvaldo Carrica, Ricardo Pavoni; Alejandro Estanislao Semenewicz, Rubén Galván, Bochini; Agustín Balbuena, Ricardo Ruiz Moreno y Luis Alberto Giribet.
La memoria fiel de Ricardo Bochini
“Me acuerdo todo de aquel primer partido. Metí los dos primeros de rebote y otro muy lindo en el que la clavé en un ángulo. La gente de Racing siempre me dice que hasta ese momento el historial estaba parejo. Me tocó la suerte de ganar la mayoría de los clásicos. En esa época teníamos grandes equipos y la verdad es que ellos no andaban muy bien”, rememora Bochini aquellos tiempos.
El relato del nacido en Zárate el 25 de enero de 1954 se ajusta a la verdad. Un detalle, además, vuelve especial la evocación: fue la única vez en su extensa campaña profesional, de casi dos décadas, que convirtió tres goles en un mismo partido. Al Bocha se le computan 97 tantos en 638 juegos oficiales de Primera División, todos con la única camiseta de club que vistió en su carrera: la de los Diablos Rojos.
El 4-1 de 1974 a Racing (el formoseño Galván marcó el restante, con un bombazo de larga distancia) tuvo otra particularidad que lo realza: Independiente ingresó por primera vez a un campo con Boneco, el perro cábala que acompañó a los de Avellaneda en los tramos más gloriosos. La mascota solía posar junto a los jugadores, en la tradicional foto previa al comienzo de los partidos.
Adicionalmente, aquel 4-1 significó el comienzo de una seguidilla de notables demostraciones de Independiente ante su vecino. En la segunda rueda del Metro lo apabulló por 5-1. Y repitió esos resultados en los dos choques del año siguiente. Fue 5-1 como visitante (Ruiz Moreno, Balbuena por dos, Giribet y Pavoni los goles) y 4-1 como local (doblete del Bocha, otra vez Giribet y Ricardo Daniel Bertoni).
Los gritos inolvidables de Bochini en Independiente
Hay, por supuesto, otros goles con mayor trascendencia en su palmarés: el que señaló ante la Juventus en Roma para levantar una de las dos Intercontinentales del club, otro a Peñarol por Copa Libertadores en el que eludió a cuanto uruguayo se interpuso, dos espectaculares al Pato Fillol en la final del Nacional 78… Uno al Loco Gatti en la Liguilla 87, luego del cual fue ovacionado por la gente de Boca.
La década del 70 fue ampliamente favorable a Independiente en el clásico de Avellaneda: obtuvo 16 triunfos, empató en 11 oportunidades y apenas perdió cuatro veces. Además, como se recordará, el Rojo cosechó durante ese período cuatro de sus siete Libertadores. Racing, en cambio, inició un declive deportivo e institucional que en 1983 lo condenó a bajar a la segunda categoría.
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Cuando Bochini conquistó aquellos tres goles en 1974 no se conocía en estas tierras la denominación de hat-trick. Tampoco estaba instalada la costumbre de entregarle el balón como souvenir al autor de la hazaña. Al margen de eso, existen registros fílmicos en blanco y negro de la gesta del Bocha y, por supuesto, su testimonio, que para los hinchas de Independiente es palabra de Dios.
