El drama de un vecino de La Matanza, víctima de un viudo negro: lo drogó, abusó de él y lo desvalijó
Tiene 34 años y el encuentro se hizo en su casa de González Catán. Tras el hecho, logró localizarlo nuevamente a través de la aplicación, coordinó otra cita y quiso reducirlo pero el agresor logró escapar.
Lo que iba a ser un encuentro íntimo terminó siendo, para un vecino de La Matanza, una pesadilla. Tiene 34 años y, a través de una aplicación de citas, conoció y recibió en su casa a otro hombre que resultó serf un viudo negro: lo drogó, lo violó y le robó sus pertenencias.
Video: una mujer destrozó el Registro Civil de González Catán porque no pudo hacer un trámite
La víctima relató a La Unión que conoció al agresor por Grindr, una aplicación que conecta a personas de diversas orientaciones sexuales. «Hablamos mas o menos por un mes, hasta que un día quedamos en vernos. Entonces yo lo invité para que venga para González Catán, de donde soy. Él me dijo que era de Lomas de Zamora», explicó.
El encuentro tuvo lugar el jueves 10 de marzo. «Él compró unas cervezas y una gaseosa y se puso a tomar acá en mi casa. Yo no tomo alcohol, ni gaseosas, sólo agua, pero me dijo ‘tómese un traguito’, porque es colombiano. Tomé un sorbo y después ya no me acuerdo de más nada», amplió.
Despertó a las 5 del viernes 11, y como estaba desnudo detectó que había sido víctima de abuso sexual. También se percató de que faltaban pertenencias. «Tuvo el lujo de ir hasta a mi cocina a comer algo», relató.
La víctima viajó de La Matanza a Lanús para enfrentar al agresor
Indignado e impotente por lo ocurrido, la víctima se hizo un perfil falso a través de Grindr, donde rápidamente logró volverse a contactar con su agresor. Acordaron encontrarse en la Plaza Mariano Moreno, a metros de la estación de trenes de Remedios de Escalada, en Lanús, zona sur del Conurbano.
«Fuimos con mi hermana y dos amigos. Lo agarramos y yo alcancé a golpearlo, pero el pibe se escapó y se fue corriendo hasta la estación de tren. Ahí unos policías lo reducen. Estaba con mis anteojos, mi gorra, mi campera, mi remera, mi cinto, mi jean, mis zapatillas, mis medias, mi riñonera y mi celular», detalló el vecino de La Matanza.
De allí se fue a radicar la correspondiente denuncia en la Comisaría 4° de Lanús, donde manifestó sentirse destratado por el personal policial. Fue por eso que también hizo pública su acusación sobre el robo y el abuso que sufrió y, gracias a ello, otras personas se contactaron con él y vivieron situaciones similares. De acuerdo a lo que pudo averiguar la víctima, el agresor sería un colombiano de 20 años de la zona de Villa Albertina, en Lomas de Zamora.
Un caso similar y reciente en el Conurbano
Semanas atrás, Luis, un vecino de Moreno de 50 años, sufrió un episodio similar al del hombre de La Matanza. Conoció a un perfil llamado «Sandra Jazmín» a través de la aplicación de citas Tinder. Luego de entablar un vínculo mediante mensajes, decidieron encontrarse: el viernes 4 de marzo la recibió en su casa y ella sirvió algo para beber con él. «Se puso a cocinar y me pidió algunas verduras. Cuando volví, me dijo de hacer un brindis porque se calentaba la bebida. Después de ahí no recuerdo nada», relató.
La víctima se despertó recién el domingo por la tarde, cuando su hermano menor fue a su casa. Como tiene cámaras de seguridad en el interior de su propiedad, revisó las grabaciones y pudo comprobar que había sido víctima de una viuda negra: la mujer lo había envenenado. «Ella saca un envoltorio del corpiño y pone algo en la bebida. Estaba muy apurada para que yo cayera, se ve que no me hizo efecto muy rápido y me dio varias dosis hasta que quedé dormido desde el viernes hasta el domingo», dijo.
Según muestra el video, la mujer sacó una televisión de la pared, pero además se llevó la computadora, dinero en efectivo, ollas de cocina y herramientas. La víctima cree que la mujer tuvo un cómplice para robarle, pero más allá de eso, le preocupa que la droga que le dio pudo haber puesto en riesgo su vida. «Uno de mis parientes es farmacéutico y me dijo que no me morí porque tengo un corazón fuerte», contó.
Arranca otro Lollapalooza en San Isidro: cómo será el operativo de la Comuna en torno al festival
«Quiero que la atrapen para que no pase lo mismo con otras personas. Esto va a terminar en una tragedia porque que yo lo haya soportado no significa que otra persona lo aguante. Si alguien tiene un problema cardíaco no lo va a poder contar», cerró Luis luego de hacer la denuncia ante la Policía.