La historia del médico de Quilmes que cambió la vida de más de 1.000 personas en África
El prestigioso oftalmólogo Gerardo Valvecchia (51) viajó en enero a Senegal como integrante de una misión humanitaria que hizo más de un millar de cirugías de cataratas para curar a adultos y niños en aquel país.
A mediados de enero, Gerardo Valvecchia (51), un prestigioso oftalmólogo de Quilmes, volvió al país con una sensación enorme de satisfacción. Integró el equipo de médicos que, durante una semana, estuvo n Senegal, en la costa este de África. Trabajaron para mejorar la salud y la vida de más de mil personas.
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La iniciativa fue impulsada por la Fundación Elena Barraquer, creada por una eminencia de la oftalmología, la española Elena Barraquer Compte, que se dedica a realizar misiones humanitarias por todo el mundo curando la vista de sus pacientes.
En ese contexto, un equipo de médicos viajó al Hospital Militar de Dakar, en la capital senegalesa, donde en cinco días hicieron 1.062 cirugías para curar la ceguera por cataratas tanto de adultos como de niños. «Yo atendí a unos 50 o 60 pacientes por día. Hubo otros colegas que atendieron más, pero como era yo uno de los más experimentados, me daban los casos más complejos y demoraba más», relató Valvecchia, que tuvo que pagar el costo de su viaje como cada uno de los profesionales y llevar su propio instrumental quirúrgico.
En total el equipo estuvo formado por 31 personas entre oftalmólogos, instrumentistas y técnicos en anestesia de España, Venezuela, Italia y Sudáfrica. El fue el único argentino.
«Cargamos más de 80 bolsos porque hay que llevar desde las gasas hasta las agujas, los sueros que usamos, los lentes… No puede faltar nada porque habitualmente cuando llegamos a África contamos solo con el espacio físico», agregó el quilmeño. Y explicó que las cirugías, que en el caso de los niños fueron financiadas por la Fundación Leo Messi, permiten «cambiar la vida de una persona en pocos minutos».
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Las cataratas son la principal causa de ceguera en el mundo y suceden cuando el lente natural del ojo se nubla. La única forma de curarla es a través de una operación, que aspira la catarata y limpia nuevamente el cristalino ocular.
«En los países en vías de desarrollo, 4 de cada 5 personas que son ciegas podrían no serlo. Es una pena, por no decir una vergüenza, que haya 25 millones de personas ciegas en el mundo por una catarata que les podríamos quitar y resolver su problema», remarcó Elena Barraquer.
Si bien el quilmeño confesó que operar a niños siempre «moviliza», la experiencia que le quedó «grabada» fue la de un senegalés adulto, de 50 años, carpintero de oficio. «Cuando se quedó ciego tuvo que vender todas sus herramientas para poder seguir viviendo. Después de que lo operamos y recuperó su visión, nos dijo que le habíamos devuelto también sus herramientas. Fue muy emocionante», contó.
El médico de Quilmes y su compromiso social
«Conocí a Elena Barraquer en 2017 durante un curso de oftalmología en España y le pedí que me incluyera en sus misiones humanitarias. A los tres meses estaba viajando a Mozambique», contó Valvecchia, quien se crió en Don Bosco y vivió toda su vida en el centro de Quilmes.
Tiene una trayectoria profesional de 27 años y sus inicios fueron en el Hospital Durand y en el Evita Pueblo, pero desde hace 24 años es director asociado del Centro Ojos del Sur en Quilmes y además trabaja en el Centro Oftalmológico San Camilo de la Municipalidad de Berazategui, también en el sur del Conurbano.
Desde 2017, ha viajado también a otros países de Latinoamérica y ha sumado innumerables cruzadas de medicina solidaria en las provincias de Argentina. Tiene previsto desde marzo hacer cirugías de cataratas en Berazategui, Chaco, Salta, Córdoba y Rosario. «Me motiva llevarle la medicina al paciente, en lugar que venga donde yo estoy. Es parte de mi vida, lo voy a hacer siempre. Hay que devolver algo de lo que uno recibe», concluyó.