El caso de Paula Martínez, la joven que violaron en manada: por qué crece la hipótesis del homicidio
La joven de Florencio Varela, que había sufrido un brutal abuso en 2016, fue encontrada sin vida días atrás en su casa. Inicialmente se pensó que se había quitado la vida. Esperaba por el inicio del juicio contra sus atacantes.
La muerte de Paula Martínez sigue generando conmoción y crecen, cada vez más, las dudas sobre las circunstancias de su trágico fallecimiento. La joven de 23 años había sufrido una violación en manada en 2016 y esperaba el inicio de un juicio que nunca llegará a ver. Destratada por la Justicia y con más de 30 denuncias por amenazas y hostigamiento de parte de las familias de los violadores, fue encontrada sin vida en su casa de Florencio Varela el último domingo 26 de diciembre.
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Su tío la encontró ahorcada con una cadena que colgaba de un ventilador de techo en su vivienda de la calle Guardia Nacional al 1500, en el sur del Conurbano. Por eso, la hipótesis inicial de la investigación era que la chica se había quitado la vida. La causa, de hecho, sigue caratulada como «averiguación de causales de muerte» por la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°5, a cargo del fiscal Federico Pagliuca.
Sin embargo, en las últimas horas comenzó a tomar fuerza la posibilidad de un homicidio. El abogado de la familia, Daniel Giaquinta, pidió esta semana que se abra una investigación al respecto. Las dudas principales giran en torno a la escena en que encontraron el cuerpo de Paula Martínez. «Ella estaba ahorcada con una cadena en un ventilador de techo que no es muy fuerte. Debajo de donde estaba colgada había una mesa y una silla pero uno de los pies de ella estaba completamente en el piso», explicó Noelia Quiroga, amiga de la joven.
Giaquinta, por su parte, explicó al portal Infosur: «Un pie trabado en una silla, el otro pie apoyado en el cerámico sostenida por una cadena que está enganchada en un ventilador. No estaba colgando. No tenía la distancia suficiente como para un suicidio. Alguien acomodó el cuerpo, le puso la cadena, pero esa cadena no puede nunca haber soportado el peso, se tenía que haber roto, se tenía que haber caído en caso de suicidio. El cuerpo no estaba suspendido».
Cómo fue la violación en manada que sufrió Paula Martínez
El aberrante episodio que marcó la vida de Paula Martínez se dio en una fiesta a la que ella había asistido. Fue en una casa frente a la suya, en la calle Guardia Nacional al 1500, en Florencio Varela. Denunció que allí la drogaron, la secuestraron y la llevaron a otro sitio donde fue violada por un grupo de unos diez hombres, aunque ella sólo pudo reconocer a cinco. Sigue prófugo de la Justicia uno de los acusados. El juicio fue fijado para febrero de 2022.
Tres hombres de entre 29 y 40 años fueron detenidos por la Policía en el inicio de la investigación y luego se capturó a otros dos en 2019. Eran todos vecinos de la víctima. Ahí empezó la tortura: mientras la Justicia avanzaba y la joven pedía más celeridad en la causa, comenzó a ser amenazada y hostigada por las familias de los imputados, que incluso llegaron a interrumpir un móvil televisivo en 2020 cuando ella contaba su caso. Llegó a realizar más de 30 denuncias, pero reveló sentirse ignorada por las autoridades.
En una entrevista en televisión, Paula Martínez relató cómo fue la secuencia del episodio que, según su entorno, «la mató en vida». Contó: «Estaba con mi mamá y mi papá en mi casa, y vino la sobrina de los dueños de la casa de enfrente, con la que jugábamos cuando éramos chicas. Una semana antes del cumpleaños, ella me pidió trabajo y le dije que sí, que me dé su currículum. Me dijo que sí y aprovechó para invitarme a la fiesta de cumpleaños».
Luego dio más detalles del hecho: «El día de la fiesta (la vecina) me vino a buscar tres veces: las primeras dos le dije que no y la tercera accedí. Cuando voy, el primo de ella, uno de los violadores, me dio una bebida que yo creo que ahí estaba la droga. De ahí empecé a sentirme mal, mareada, se me acerca otro de los violadores que es el que me habló y me volvió loca toda la noche y desde ahí recuerdo poco y nada».
La secuencia continuó con ella en un estado de extrema vulnerabilidad, de la que rápidamente se aprovecharon un grupo de hombres. «De ahí me llevaron a la esquina, me subieron a una camioneta blanca tipo Traffic y ahí me llevaron a la casa de otro de los violadores. Yo recuerdo que eran más de cinco (personas) porque vi sombras y siluetas, pero no sé quiénes son. Los únicos que reconozco son los cinco de la foto (que tenía en su mano)».
Paula Martínez y su entorno siempre se encargaron de denunciar el maltrato y revictimización que sufrió de las autoridades cuando denunció el hecho. Comentó que cuando se presentó en la comisaría de esa jurisdicción de Florencio Varela, antes de las 72 horas posteriores al abuso sexual, aclaró que había sido drogada y los policías dejaron asentado que «estaba alcoholizada». Y remarcó que sufrió maltratos del profesional médico a cargo de la examinación, que fue un hombre pese a que pidió que fuera mujer.
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Incluso su amiga Noelia dijo que durante el abuso sexual se grabaron videos que «la Policía hizo perder» y que en la causa «hubo tres fiscales: el primero le preguntó si alguna vez había participado en tríos o en orgías para ver si el sexo grupal era habitual en ella. Por eso fue removido».