Tres de Febrero: la robaron de bebé, conoció a su mamá tras 48 años y hoy lucha por la identidad
Marcela Rondeau fue arrancada de los brazos de su madre apenas nació, en San Pedro. Con el tiempo supo la verdad y desde entonces no paró hasta encontrar a su mamá. Hoy, con su ONG acompaña a otras personas con el mismo problema.
Nueva identidad. Así se llama la fundación que creó Marcela Rondeau (58), vecina de Tres de Febrero, en 2010. Es un reflejo de su historia de vida, esa sin la cual esta ONG, que ayuda a las personas a conocer sus verdaderos orígenes, no existiría. En cada una de ellas, Marcela encuentra mucho de lo que tuvo que atravesar en su vida personal y entonces la empatía se vuelve un motor imparable.
Cada historia es un ovillo a desenredar y ella no se desespera. Busca la punta y empieza, sin ponerse a pensar cuan largo será el camino. Tiene experiencia, tuvo que hacerlo para conocer su origen y saber quién era realmente. Y la respuesta le dio una nueva identidad, tal como bautizó a su fundación.
Nacida el 29 de abril de 1963 en el hospital de San Pedro, la mujer contó cómo fue el camino que recorrió. «Mi madre biológica me dio en adopción a través de una venta, ya que mis padres dijeron que sacaron un préstamo para comprarme. En ese tiempo, una pareja para adoptar debía tener 40 años y mis padres adoptivos no los tenían. Por eso posteriormente a que llegaron a esa edad me anotaron como hija legal en el Juzgado de San Isidro según consta en actas y en La Plata el 3 de octubre de 1967″.
Marcela relató que en realidad que su mamá biológica nunca dio el consentimiento para esa adopción. «Unas monjas me arrancaron de sus brazos cuando me amamantaba», dijo. Y agregó: «Ella tenía 12 años y había sido violada por la pareja, por eso había quedado embarazada».
Siempre con dudas sobre sus orígenes, les preguntó en innumerables ocasiones a sus padres adoptivos -Manuel Rondeau y Leonor Parrondo- quiénes eran sus padres biológicos. Pero nunca le dieron esa información. Ambos están fallecidos actualmente y ella comentó a Zonales que su relación no terminó bien con ellos.
De hecho, no los reconoce como padres. «Lo único que llegó a decirme mi apropiadora es que tenía 8 hermanos. Pero aún estando internada, antes de morir, me dijo que nunca me iba a enterar de nada. Lo que sabía, se lo guardó y no me lo quiso decir. En el fondo sabía que ella había hecho algo malo», expuso.
De Tres de Febrero a San Pedro para saber su identidad
La inquietud por saber su origen había tomado fuerza y Marcela tenía claro que no iba a descansar hasta conocer su identidad. En 2011 ya había creado la fundación y un día fue a dar una charla en San Pedro, sabiendo que su madre era de allí pero aún sin tener más datos.
«El anfitrión del lugar, que estaba vacío, me dijo que nadie iba a ir porque en la esquina había un lugar que hacía abortos y traficaba chicos. Y me llevó a conocer a una mujer que podía saber quien era mi mamá. Esa señora me dio su nombre, Yolanda Cirila Arias, pero me dijo que no sabía si seguía viviendo en San Pedro o no», recordó.
En 2011, cuando se preparaba para organizar la primera «caminata por la identidad», recibió un llamado telefónico con la noticia que esperó toda su vida: habían encontrado a su madre. «Viajé y la conocí. No pudimos parar de llorar. Estaban mis hermanos también. Sentí un alivio tremendo, la busqué mucho y la encontré de milagro. Sin recursos, sin datos, lo único que sabía era que había trabajado detrás del hospital cosechando arvejas y nada más. Fue un milagro», señaló.
Volvió a Buenos Aires con ella y con una hermana, y las hizo participar de el evento planeado, una caminata por la identidad que tuvo con su presencia el símbolo más importante de la causa que buscaba representar.
Y cerró: «Nuestro ADN no es sólo natural, genético, sino también espiritual. Lo que nuestras madres vivieron en sus vientres, se transmite. Siempre les tuve miedo a las personas que tomaban un vaso de vino al lado mío y no entendía por qué, luego supe que el padrastro de mi mamá se ponía borracho y la violaba. Yo les temía a las monjas y comprendí por qué cuando supe que había sido arrebatada por una de ellas».
Finales felices y tristes, el trabajo de la fundación Nueva Identidad
Marcela Rondeau cuenta que la ONG, con sede en Tres de Febrero (oeste del Conurbano), es una de muy pocas en el mundo que se dedica a buscar el origen de las personas. «Hemos encontrado a más de 60personas. Hijos que les habían robado a madres que estaban solas y venían de una provincia y les arrebataban a un bebé con engaños», dijo.
Pero no todo siempre sale como esperan. «Ayudamos a una chica que se reencontró con la mamá que la había abandonado en una plaza y no quería saber nada con ella, la negó; algo similar ocurrió con otra mujer a la que internaron en un psiquiátrico para quedarse con su casa y le quitaron además a sus hijos. Hay reencuentros que son felices y hermosos, y otros muy dolorosos porque la madre no quiere saber nada», señaló.
Y agregó: «Yo aconsejo que las personas que buscan no se obsesionen porque terminan enfermándose. Y que moderen mucho sus expectativas para evitar sufrimientos. Yo soy pastora de una iglesia y me apoyo mucho en Dios, y él pone al alcance nuestro origen sólo cuando es algo que nos va a hacer bien».
Marcela reconoció que las investigaciones que hacía la fundación y que atravesaban casos de tráfico de bebés y trata de personas, la llevaron a sufrir amenazas. «Han sido tanto virtuales como que autos con sujetos adentro estuvieran toda la noche estacionados frente a nuestra casa. Fue feo», dijo.
Y comentó que ahora dedican mayor energía a impulsar el comedor que crearon para ayudar a la comunidad y a la iglesia que impulsan. Aún siguen llegando personas que buscan su identidad y la fundación los orienta y ayuda, pero sin liderar la investigación que también demanda muchos recursos económicos.
El arte y la historia de Escobar tienen su lugar de encuentro en el Museo Campligia
«Según relevamientos, había más de 3 millones de argentinos con problemas de identidad. Algunos me dicen que habría que luchar por una ley que permita acceder a ella, pero yo les digo siempre que nadie va a impulsar en el Congreso una iniciativa que vaya en contra de las mafias y el poder que está detrás de estas problemáticas. Nuestra visión es que hay que seguir concientizando sobre el valor de conocer sus orígenes y que la gente se involucre en ello», cerró.