Almirante Brown y la chance perdida en 1978: la muerte del DT y una sospecha que sigue vigente
Le llevaba tres puntos a Ferro, pero en las últimas cinco fechas cayó en dos partidos y empató los tres restantes. ¿No quiso subir? En pleno torneo de la Primera B falleció de un cáncer fulminante su técnico, Pepe Canevari.
En 1978, como pocas veces antes y después, Almirante Brown estuvo muy cerca de subir a Primera. El equipo lideraba con 40 puntos (todavía se otorgaban dos por triunfo) y aventajaba por tres a Ferro, tenaz y peligroso escolta, al inicio de la fecha 28. Sin embargo, una brusca declinación en su rendimiento lo hizo empatar tres partidos y perder dos en el cierre del torneo. Oeste aprovechó y, con un sprint de cuatro victorias consecutivas, se llevó el ascenso.
Entre seguidores veteranos de Almirante Brown es posible escuchar dos hipótesis acerca de aquella debacle que les frustró una gran ilusión. La primera vincula el bajón con la repentina muerte de Néstor Juan Canevari, el técnico, fulminado por un cáncer en pleno certamen. La segunda apunta al pobre rendimiento de algunos futbolistas en las instancias decisivas, sobre todo el cruce ante Ferro en Caballito. Las dos son igualmente dolorosas.
Canevari, un símbolo de Almirante Brown
Pepe Canevari fue un media punta con habilidad y gol, con origen en Huracán actuación destacada para el Colón campeón de Primera B (1965). Anduvo por Vélez, Quilmes, Morón y, en el epílogo de su carrera, fue figura del Almirante Brown que disputó con All Boys en 1972 el ascenso a la máxima categoría. Asumió como director técnico del Mirasol en 1977. Tras un año irregular, armó un equipo poderoso para la temporada siguiente.
El defensor Héctor César Ávalos, de esos que contagiaban desde atrás; el hábil volante Carlos Tomás Tapia y los delanteros Alfredo Horacio Almada y Osvaldo Héctor Damiano (un puntero picante que luego estuvo en Vélez) eran algunos de los baluartes de aquel plantel, integrado también por históricos como Raúl Domingo Franchocci (158 presencias con la aurinegra) y Pastor Adolfo Ortiz (140).
El 11 de septiembre de 1978, con Almirante Brown como único puntero y máximo aspirante al título, se produjo en Ramos Mejía el fallecimiento de Canevari. Familiares y amigos estaban al tanto de su enfermedad, pero ninguno imaginaba que fuera a partir tan pronto: tenía apenas 35 años. Los jugadores, varios de los cuales habían compartido plantel con Pepe, sintieron el impacto. Y les costó recuperar ese nivel que los había encumbrado en las posiciones.
¿Almirante Brown no quiso ganar el ascenso?
Por aquella época, sin derechos de televisión para los clubes ni auspiciantes en la indumentaria, era común escuchar que a alguna institución del Gran Buenos Aires, por razones presupuestarias, no le convenía jugar en Primera. Sucedió con Almirante Brown muchas veces antes de 1978. Aquella vez, además, le tocó pelear el ascenso con una entidad de mucha historia en la A y con una dirigencia, encabezada por Santiago Leyden, que no ocultaba sus ambiciones.
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Juan Manuel Sotelo, un zurdo polifuncional, casi calvo y esforzado que llegó a vestir 55 veces la camiseta de Boca, anotó de cabeza el único gol de la victoria de Ferro sobre Almirante Brown, en Caballito, por la fecha 31. Con ese resultado, los dos quedaron igualados en 44 puntos al tope de la clasificación. El rumor que se instaló fue que algunos muchachos de La Fragata no pusieron todo aquella tarde del 7 de octubre. Concretamente se habló de sobornos.
Nunca hubo pruebas ni confesiones, pero la posterior y sorpresiva caída de Almirante Brown (4-2 como local ante San Telmo, el colista) aumentó las sospechas. Ferro, dirigido por un personaje conocido por sus amplios contactos en el ambiente futbolero como Carmelo Faraone, acabaría por consagrarse luego de vencer 3-2 a Los Andes, una fecha antes del final. Los de San Justo concluirían con 46 puntos, cuatro abajo del Verde.
Hoy Almirante Brown sueña con concretar el sueño de Primera A postergado en tantas oportunidades, la última en aquella final de 1992 contra San Martín de Tucumán. Los de Isidro Casanova ya superaron a Independiente Rivadavia de Mendoza. Ahora les toca frente a Barracas Central. Si lo superan, el rival en la definición puede ser Ferro. Quizás sea el momento de sacarse para siempre aquella espina clavada desde 1978.