«Nos arruinaron la vida»: el duro relato de la mamá del mozo quemado en un bar de Martínez

Jonathan Dutra Borda tiene 30 años. El 6 de octubre, mientras trabajaba como mozo en un bar de Martínez, intentó prender un fogonero, el artefacto explotó y él terminó con el 70% del cuerpo quemado. La vida de Roxana Penna, su mamá, también cambió ese día, ya que tuvo que dejar su trabajo en el vacunatorio del Hipódromo de San Isidro para dedicarse tiempo completo a cuidar a su hijo.

«Solamente pido que los responsables paguen el daño que le hicieron a Jonathan. No tienen idea del infierno que está viviendo. Los dueños del bar no se comunicaron conmigo en todo este tiempo. La verdad, ahora ya no me interesa que lo hagan. Sólo quiero que él salga adelante y que se haga justicia porque literalmente arruinaron su vida y la mía», le contó a Zonales Penna.

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Luego del accidente, el mozo de Martínez fue trasladado al Hospital de San Isidro, donde según contó su madre «le salvaron la vida» y de ahí a la Clínica Fitz Roy en Capital, lugar en el que actualmente permanece internado en el área de terapia intensiva. «Está estable, pero le tienen que realizar dos operaciones de limpieza por semana y está con mucho dolor. Le pasan analgésicos cada dos horas, pero no siempre es suficiente», explicó la mujer.

Roxana también expresó que a su hijo le cuesta dormir, ya que tiene pesadillas en las que revive lo que le pasó: «A eso se le suma que por el dolor también le cuesta poder conciliar el sueño y que ya sufrió varios episodios de ataques de pánico. La estamos luchando, pero le queda por delante un largo proceso de cirugías porque las quemaduras son muy profunda, sobre todo en sus piernas y en sus glúteos. Hay que ir muy despacio».

Sin un tiempo estipulado de salida del centro de salud, Jonathan hoy sólo se alimenta por sonda y debió recibir varias transfusiones de sangre. Al estar inmovilizado y conectado a varios equipamientos médicos, por ejemplo, también tiene conectada una sonda para orinar, requiere de distintos cuidados.

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Aquella fatídica jornada del miércoles 6 de octubre, el mozo manipuló un bidón de cinco litros de combustible para encender un calefactor que se encontraba en el interior del bar y funcionaba como un fogón, que a su vez estaba rodeado de sillones.

Aunque todavía se desconoce qué fue lo que pasó, varios testigos creen que, por el viento o por la manipulación del bidón, el fuego entró en contacto con el combustible, generando una explosión. El caso es investigado por el fiscal Gastón Garbus, de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Martínez, quien calificó el hecho como “lesiones culposas”. 

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«Estamos en la larga espera de que Jonathan se recupere, que es lo primordial ahora. Mi hijo todavía no puede declarar. Ya se inició la causa penal. Y, si bien se me tomó declaración a mí sobre lo sucedido y me pidieron datos de los testigos presenciales, aún es muy pronto», declaró a Zonales Penna, cuyo abogado es Juan Tibeiro, quien forma parte del estudio de Fernando Burlando.

El reclamo de la mujer, más allá de la denunciada falta de empatía de los dueños de Malloy’s, ubicado en Elcano al 1700; tiene que ver también con otras acciones que habrían tomado en las últimas horas los propietarios del bar de Martínez donde trabajaba su hijo.

«Volvieron a abrir sus puertas cambiando cosas. Por ejemplo, sacaron el fogonero y los bidones de bioetanol y pusieron el matafuegos en el lugar indicado. Además, abrieron una nueva cuenta de Instagram y borraron todas las reseñas anteriores para que la gente no sepa qué pasó y siga todo como si nada hubiera ocurrido», cerró Roxana.