Polémica en Avellaneda: en un shopping simulan matar a chicos como en El Juego del Calamar
En el patio de comidas habían instalado una réplica de la muñeca gigante de la popular serie de Netflix para que los nenes jugaran con ella y con los personajes vestidos con mameluco rojo. Qué pasó tras el reclamo.
Por obra y gracia de la globalización, y el dinero invertido, el furor por la serie El Juego del Calamar trascendió las barreras idiomáticas y culturales y convirtió a la producción coreana en una de las más vistas desde hace semanas a nivel global en Netflix. Argentina, obviamente, no fue la excepción.
La violencia mostrada a lo largo de cada uno de los capítulos llevó a que la plataforma los catalogue como prohibidos para menores de 16 años. Sin embargo, la ficción tiene a adolescentes más chicos que esa edad y a niños de primaria entre sus principales fanáticos, lo que no tardó en generar comentarios en contra por el mensaje que les llega.
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Algunos de ellos fueron los que aparecieron en las últimas horas en un video filmado en el Alto Avellaneda Shopping, donde los responsables del centro comercial instalaron en su patio de comidas una réplica de la muñeca gigante que en El Juego del Calamar anima el primero de los retos e hicieron que los chicos jueguen con ella.
¿En qué consiste? Cuando la figura gira su cabeza, los participantes deben quedarse quietos. Si alguno se mueve, pierde. La «pequeña» diferencia entre el pasatiempo infantil y lo mostrado en la ficción coreana es que el que pierda en el segundo caso es literal, ya que el inquieto termina fusilado en primerísimos planos por las personas con mameluco rojo y máscara que actúan como empleados de seguridad.
En la versión made in Conurbano que no tardó en generar también polémica, se conservó a la muñeca de importantes dimensiones y a los guardianes que, según se puede observar en distintos videos que se viralizaron en las últimas horas, simulan fusilar con sus manos a los participantes.
El reclamo en Avellaneda por El juego del Calamar
A raíz de la difusión de las imágenes, una asociación civil contra el bullying y la Defensoría del Pueblo bonaerense, primero, y el ombudsman de Avellaneda, luego, repudiaron la instalación del juego y lograron que sea retirado por las autoridades del Alto Avellaneda Shopping, el centro comercial ubicado en Güemes al 800, en la localidad de Crucecita.
“¿Cuál es el límite entre las propuestas empresariales y los derechos de los niños, niñas y adolescentes? ¿Se le puede ofrecer “cualquier cosa” a los niños y niñas? ¿Todo es excusa para convocar a las familias a un patio de comidas?”, se preguntaron en la declaración Zysman y Martello.
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Quien también se manifestó al respecto fue Daniel García, defensor del Pueblo de Avellaneda. El funcionario elevó un pedido formal a las máximas autoridades del shopping para que retiren la atracción de la serie El Juego del Calamar: «En pos de la salud de los niños y niñas que se acercan al patio de comidas a diario, ese juego sea reemplazado o adaptado a otro que no se identifique con la serie mencionada».
«Si tenemos en cuenta que en esa serie un juego inocente se termina convirtiendo en una escena de asesinatos masivos y la violencia que ello genera, y se tiene en cuenta además que los niños a los que se ve jugando son pequeños y no tienen, quizás, la posibilidad de discernir aún entre lo que está bien y lo que está mal», se quejó García.
Y expresó: «Si a todo esto le sumamos la cuota de violencia que conlleva la serie ya que presenta una estética e imágenes muy llamativas para los ojos de un niño, logrando que se normalice la violencia».
«Quiero dejar en claro que no me opongo a la expansión comercial. Entiendo que, como consecuencia de la pandemia, es una de las actividades mas golpeadas económicamente y apoyo las aperturas, pero en este caso sugiero que se haga utilizando medios que no inciten a la violencia», cerró el texto de Daniel García.