El ruego de un joven de Escobar que, por su enfermedad, necesita una silla de ruedas millonaria
Fernando Palavecino (27) sufre distrofia muscular y apela a la solidaridad para reunir 1.500.000 pesos. “No solo es la que se acomoda a mis necesidades, sino que me permite adaptarle el respirador que uso”, explicó.
Quienes recorran Escobar por estos días se enterarán de la historia de Fernando Palavecino (27). En todo el distrito hay carteles donde se cuenta que este joven necesita de la solidaridad de todos para poder comprar la silla de ruedas que le hace falta, debido a una compleja enfermedad degenerativa que padece. Y el costo es muy alto: ni más ni menos que 1.500.000 pesos.
“Actualmente tengo una silla, pero no sólo que es prestada sino que también me queda incómoda, porque es chica y eso me genera dolor en las piernas. Entiendo que el costo es carísimo, pero todo lo que implica salud lo es. Y además la que busco está más adaptada a mis necesidades”, explicó Palavecino, quien también ansía poder comprarla para volver a jugar al fútbol sobre ruedas motorizadas.
Lo que él sufre es distrofia muscular, un conjunto de enfermedades genéticas que provocan debilidad y pérdida de la masa muscular de manera progresiva. Si bien cada persona que presenta esta discapacidad responde a un diagnóstico en particular y puede despertarse en diferentes etapas del desarrollo infantil, su caso fue desde el nacimiento.
Una silla de ruedas clave para él
Otro síntoma de quienes padecen distrofia muscular es la dificultad para respirar y tragar. En el caso de Palavecino, él requería de un respirador únicamente cuando dormía, pero este último tiempo la enfermedad lo debilitó aún más y su uso pasó a ser de manera continua e indispensable. “Por eso también preciso de la nueva silla. No solo que es a mi medida, sino que también puedo adaptar el respirador y reclinarla cuando necesite descansar”, dijo.
Ya hace un mes que decidió comenzar a publicar posteos en sus redes sociales, y luego se le ocurrió pegar carteles en diferentes puntos de Escobar. La idea es que quien pueda y lo desee realice donaciones pero, también, que compre las rifas que Palavecino está haciendo.
Respecto de cómo empezó a su enfermedad, recordó que “a la edad en que todos los chicos empiezan a caminar solos, yo tenía problemas para hacerlo y debía sostenerme siempre de algo para no caerme”. Y agregó que “de a poco empecé a perder fuerza en los músculos y a tener ciertas complicaciones que afectaban mi rutina. Por ejemplo, a los 8 años iba al colegio en bicicleta con rueditas. Y luego de sufrir una neumonía grave a los 13 años comencé a usar mi primera silla manual”.
Si bien el objetivo de adquirir una nueva silla de ruedas se basa principalmente en sentirse cómodo para llevar la vida cotidiana que tenía tiempo atrás, también está ilusionado con volver a disfrutar en una cancha y jugar un partido de fútbol sobre ruedas motorizadas con sus amigos del club Tigres del Bajo.
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Su pasión comenzó en 2014 y es uno de los motores que lo impulsan a seguir adelante, motivado para luchar contra su enfermedad. “Es un deporte hermoso, que amo, me ha dado amigos, anécdotas y ganas de competir”, aseguró.
Este deporte llegó a su vida gracias a un comentario que le hizo su tía sobre que en Escobar estaban practicando la disciplina: “Ella sabe que me apasiona el fútbol, así que me lo contó de inmediato cuando se enteró. No habían pasado ni dos días que yo ya estaba llamando al lugar para anotarme, y ni bien fui a probar me encantó”.
Desde aquel primer entrenamiento no paró más. Incluso, en algunas ocasiones viajó más de 40 minutos para ejercitarse con otro club, en un predio ubicado en Martínez. “Participé de torneos, copas y partidos de exhibición. También estuve en la preselección, pero allí se necesitaba una silla de ruedas profesional que en aquel momento no tenía. Fue una enorme desventaja, pero el deporte año a año se vuelve cada vez más competitivo”.
La ilusión del joven de Escobar
Precisamente en 2015 fue que Palavecino, junto a su familia, había encarado otra campaña solidaria: “Esa vez también realizamos rifas y peñas para poder comprar la silla profesional que necesitaba. Y, aunque llevó tiempo, en 2018 la pude conseguir, gracias a la movilización de mucha gente”.
Por eso ahora está esperanzado: “Ya he visto cómo responden los vecinos de Escobar. Sé que esta vez el pedido es más caro. Y si bien desde la obra social colaboran, hay que pelearla porque se toman su tiempo para todo. Por eso yo decidí adelantarme y empezar la campaña por mi cuenta”.
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Quienes deseen colaborar con la causa pueden comprar una rifa de 80 pesos con la que se participa de un sorteo de un Smart TV y una Play 4. El pedido se puede hacer a través de WhattsApp al 11-4-960-2157, donde además recibirán más información al respecto.