Caso Candela: el dolor de una madre y las causas pendientes a 10 años de su desaparición
En diálogo con Zonales, Carola Labrador recordó a su hija y desmintió la hipótesis que involucra a su marido en el crimen. La nena de 11 años fue secuestrada el 22 de agosto de 2011 y su cuerpo fue encontrado 9 días después.
El caso Candela conmocionó al país allá por 2011. Este domingo se cumplen exactamente 10 años del día en el que Candela Sol Rodríguez desapareció en Hurlingham. El cuerpo de la niña de 11 años que fue secuestrada y asesinada, fue encontrado en una bolsa de residuos nueve días después, el 31 de agosto, al costado de la colectora de la Autopista del Oeste, a unas 30 cuadras de su casa.
Aquella tarde del 22 de agosto, la nena salió a la vereda a esperar a sus amigas para ir juntas a la reunión del grupo de boy scouts al que todas pertenecían. “Ma, te amo”, le dijo a su mamá, Carola Labrador, antes de cerrar la puerta. Un rato más tarde sonó el timbre. Eran las chicas preguntando por ella. La primera búsqueda fue por el barrio y a las 19.30 fueron a la comisaría a hacer la denuncia sin saber que a Candela ya se la habían llevado tres hombres.
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Durante los nueve días en los que su familia rezó por encontrarla con vida, más de 1.600 efectivos participaron del operativo de búsqueda que tuvo en vilo a propios y extraños e incluyó al por entonces gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, acompañando a la mamá de la chica al momento de tener que reconocer el cuerpo.
La autopsia determinó que la nena de Hurlingham fue asesinada entre las 20.30 del 29 de agosto y las 8.30 del día siguiente. Esto significa que los secuestradores que la llevaron cautiva la mantuvieron con vida durante casi ocho días.
La primera de las tres causas del Caso Candela
Todo este tiempo, la trama judicial del Caso Candela estuvo lleno de idas y vueltas, denuncias cruzadas y testigos sospechosos, para finalmente desembocar en tres causas.
El primer paso fue el de encontrar y juzgar a los autores materiales, cosa que ocurrió en un juicio oral y público que terminó en septiembre de 2017 con la condena a prisión perpetua de Hugo Bermúdez (60) y Leonardo Jara (40). El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de Morón los encontró culpable de ser los “coautores” de la “privación ilegal coactiva seguida de muerte”. Además, Fabián Gómez (46) recibió una pena de 4 años de cárcel como “partícipe secundario”.
Los elementos que los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo ponderaron en las sentencias fueron las pruebas de ADN que demostraron el cautiverio de la niña en la casa de Kiernan 992, Villa Tesei, partido de Hurlingham, y que vincularon a Bermúdez, quien también quedó implicado con la quema de evidencias en la casa de su ex pareja.
Además, pericias de audio confirmaron que Jara fue el autor de un llamado -muy violento y amenazante- realizado a Carola Labrador, la madre de Candela, en el que le dijeron que “hasta que devuelva la guita no la va a ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita”.
La palabra de la madre de Candela Rodríguez
En los fundamentos, los magistrados sostuvieron que el móvil del secuestro fue un “ajuste de cuentas contra el padre (de Candela), por algún ilícito que habría cometido”, en referencia a Alfredo Rodríguez, quien al momento de la desaparición de su hija cumplía condena por piratería del asfalto.
Hoy, en diálogo con Zonales, Carola desmiente esa hipótesis: “Son todas mentiras. Siempre vivimos con lo justo, sin sobrarnos nada. Y si hubiese tenido plata guardada no habría sido así. Además, hace 23 años que estamos juntos con mi marido. Sé muy bien cómo es. Él amaba a su hija igual que yo, y somos dos padres que seguimos sufriendo. La diferencia es que él lo hace en silencio, no quiere hablar”.
Luiego, se refirió al delito por el cual estuvo preso Rodríguez y dijo que “fue un momento de su vida en el que se equivocó. Pero ya pagó su condena y ahora es una persona que trabaja como corresponde”.
Los acusados en el segundo juicio
Sin embargo, el fiscal Ferrario reunió nuevos elementos y en 2019 se abrió un segundo proceso, llamado “Caso Candela II”, que se centró en quienes supuestamente -siempre según una hipótesis de la Justicia- ordenaron ir contra la nena, como una venganza hacia su padre.
Esta parte del expediente está todavía esperando fecha de inicio y tiene como imputado principal a Miguel Ángel “Mameluco” Villalba (56), actualmente preso en el penal de Rawson por una condena de narcotráfico y otra de lavado de dinero, quien será juzgado por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 6 de Morón junto al ex policía bonaerense Sergio Chazarreta (52), dueño de la camioneta negra que se utilizó para trasladar a Candela; el denominado “buchón” de la policía, Héctor “El Topo” Moreyra (50); y el carpintero Néstor Altamirano (59), a quien acusan de haber alimentado y cuidado a la niña en cautiverio.
“Necesito que pase lo antes posible y finalmente paguen todos los que todavía no lo hacen. Es la manera en la que podré cerrar un ciclo”, dice la madre de la nena de Hurlingham. Este segundo juicio oral se realizaría probablemente recién el próximo año, ya que la defensa de los imputados se opuso a que el proceso se realice de manera virtual.
Pero en este tiempo también hubo un caso que se denominó “Caso Candela III”, y que apuntaba a determinar si desde la cúpula de la Policía Bonaerense de entonces se había encubierto a los autores y se habían desviado pistas que podían llevar a ellos. Por esa causa llegaron a ser indagados tres pesos pesados, hoy ya retirados: Juan Carlos Paggi, ex jefe de la Fuerza; su poderoso número dos, Hugo Matzkin, y quien era jefe de Investigaciones, Roberto Castronuovo.
Los tres formaban parte del Comité de Crisis que centralizaba la investigación durante los días en los que la nena de Hurlingham estuvo secuestrada y también las pistas sobre el crimen, hasta que finalmente su cuerpo fue encontrado.
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Para el fiscal Mario Ferrario -que logró llevar a juicio los casos “Candela” y “Candela II”- la tercera parte de la investigación contaba con prueba suficiente como para acusar a Paggi, Matzkin y Castronuovo del delito de encubrimiento agravado. Por eso, los citó a indagatoria, medida que los dejó a las puertas del debate oral.
Tres sobreseimientos polémicos
Pero su abogado defensor, Roberto Damboriana, apeló a la Cámara argumentando que las acusaciones contra ellos habían sido poco concretas e imprecisas y que eso les impidió defenderse adecuadamente. Con ese argumento fue que pidió la nulidad de las declaraciones indagatorias. Y consiguió eso y más: el 6 de diciembre de 2019 la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Morón le dio el sobreseimiento de sus clientes.
En febrero de 2020 el fiscal general de Morón apeló ante la Sala III de Casación Penal bonaerense, integrada por Víctor Horacio Violini y Ricardo Borinsky. Esta resolvió la cuestión el pasado 10 de diciembre, y le dio la razón a la defensa de los policías.
“¿Qué se puede decir de eso? Se defienden entre ellos. Las pruebas estaban, pero es muy difícil”, expresó Carola, quien tiene dos hijos (Ianfranco, de 18 años, y Emanuel, de 24) y que actualmente está al frente de una Asociación denominada “Candela Sol” con la que busca acompañar a familiares de víctimas: “La idea es ayudar a quienes les pasa algo similar con la experiencia que lamentablemente tiene una en estos casos. Les digo a quienes pueden recurrir o cómo denunciar lo que les pasa”.
Mientras, sigue luchando para que se haga justicia por el caso Candela, a quien recuerda como una nena “muy alegre, feliz. Era un sol. Bailó desde muy chiquita danzas clásicas, y en el último tiempo había empezado a bailar tango, actuaba y hacía de Tita Merello. Hoy sería una artista”.