De empleada administrativa en La Plata a azafata en yates de lujo: gana US$15mil por semana sólo en propinas
María Florencia Mainet (40) trabajaba en el Ministerio de Seguridad, pero se animó a cambiar su vida por completo. Cómo es su día a día y cómo busca motivar a otras personas para que sigan su camino.

Con su nueva vida se codea con empresarios, familias adineradas y celebrities internacionales.
Un día María Florencia Mainet (40) se puso a analizar su presente y calcular su futuro. En ese momento tenía 34 años y estaba rodeada de carpetas, papeles y expedientes. Ya llevaba 15 años como empleada administrativa del Ministerio de Seguridad en La Plata. Por eso, con temor de que ese fuera su destino, decidió hacer un cambio rotundo de vida. Hoy es azafata en yates de lujo y gana US$15 mil por semana sólo en propina. “Es mi trabajo soñado”, aseguró.
“Mi papá siempre me decía que tenga otro trabajo en paralelo al mío, algo que me guste y de paso, me genere un ingreso extra. Entonces hice distintas cosas, entre ellas ingresé a esos negocios multinivel que no me gustaba, pero me sirvió mucho la capacitación que te dan, me abrió la cabeza”, explicó. Y agregó que también estudió algunas materias de abogacía y completó casi por completo la carrera de turismo.
Pero, como recordó en diálogo con TN, “quería hacer algo diferente: quería viajar”. Entonces, pidió una licencia sin goce de sueldo, agarró sus ahorros, tomó su valija y partió a Francia en busca de un nuevo destino.
Sus primeros días fuera de La Plata
“Primero trabajé en la barra de un resto muy importante en París, el Emporio Armani Caffe que cuenta con una estrella Michelin, en donde aprendí muchísimo. Luego estuve una temporada en hoteles en Los Alpes Franceses, donde gané bastante experiencia con servicios de lujo, que es lo que más me interesaba”, enumeró.

En ese tiempo, buscando una nueva aventura, encontró en YouTube un video en el que contaban cómo era trabajar en yates de lujo y automáticamente determinó que eso es lo que quería hacer, porque le permitiría hacer lo que tanto quería: combinar trabajo y viajes.
“Fue entonces que me mudé a Palma de Mallorca para hacer el curso de STCW, una capacitación necesaria para trabajar en el rubro. Luego realicé el examen médico correspondiente y ya estaba lista. Solo tenía que llegar la oportunidad”, dijo.
Y un día recibió un mensaje privado por Facebook: “Era un capitán ofreciéndome un puesto como azafata y cocinera en un yate privado nuevo, de 24 metros de eslora para una familia francesa. Me mandaron un pasaje a Barcelona y ahí fui”.
La travesía duró tres meses, y luego llegarían otros destinos como México, Miami y distintos países de Europa, con huéspedes de todo tipo: empresarios, familias adineradas y celebrities internacionales.
“Los primeros días no podía creer lo que había logrado y tampoco podía creer dónde estaba, un lugar hermoso del sur de Francia”, confesó.
Cómo es ser azafata en yates de lujo
También remarcó que “encontré el trabajo que siempre soné, que me permite viajar, conocer lugares a los que nunca iría, estar en contacto con el mar, disfrutar de la playa y vivir en verano. Siempre fui rebelde y muy curiosa, cuestionaba por qué todo el mundo hace lo mismo. Por eso también, soy grande y estoy soltera, porque no creo mucho en las relaciones largas. Me gusta hacer las cosas de forma distinta”.

A bordo de la embarcación, duerme en un camarote compartido y no tiene gastos: alojamiento y comidas están garantizadas, por lo que sus ingresos le quedan limpios para gastos personales o ahorro.
Depende del tamaño del barco, se estipulan los salarios mensuales, que arrancan en 2500 euros para una persona que recién ingresa y puede llegar a triplicarse en el caso de ascensos, antigüedad o cargo.
Las propinas juegan un rol aparte, y es ahí donde los tripulantes pueden hacer una importante diferencia económica: “Cuánto más grande es el barco, más lujoso es y tiene más amenities, entonces cuesta más caro el alquiler. Se estila que se deje el 20 por ciento del valor del alquiler en propina, y si bien la tripulación también será mayor y se reparte en partes iguales entre todos sigue siendo mucha plata. Se llega a ganar hasta 15 mil dólares por semana cada uno en un viaje, sólo de propina”.
Ante tantas consultas que recibió en sus redes sociales, María Florencia entendió que había mucho desconocimiento sobre su trabajo. Entonces abrió una página web y comenzó a ofrecer asesorías para aquellos que quieran replicar su experiencia.
Los requisitos para el puesto
“Analizo el perfil, les recomiendo qué les conviene hacer, les comparto los medios de búsqueda laboral, los acompaño en el proceso. La idea es grabar cursos, pero todavía no tuve tiempo”, señaló.

Los requisitos para ser parte de la tripulación de un yate de lujo son varios. Desde límites en la edad hasta cierto perfil físico: las personas deben ser mayores de edad, no tener más de 40/45 años y ser delgadas. Deben saber inglés y tener vocación de servicio.
“No es sólo para chicas que quieran ser azafatas. Pueden subir a un barco médicos, chefs, ingenieros, profesores de educación física, instructores de yoga o personas que puedan brindar un servicio. Si saben hacer masajes, manicura, peluquería, todo eso es un plus”, planteó.
A punto de cumplir 41 años, ya piensa en cómo será su retiro. Y tiene algunas dudas, pero una gran certeza: “Aún tengo que ver dónde voy a vivir, pero a un trabajo convencional no vuelvo más”.
Hacé tu comentario