Copa América: la historia del número insólito que usó Diego Maradona en su debut en el estadio Maracaná
El Diez disputó el certamen continental con apenas 19 años, antes de que fuera a su primera Copa del Mundo. Su presentación fue nada menos que contra Brasil. Y poco después estableció un récord para el fútbol argentino.
El torneo continental más antiguo del mundo -como con rigor se denomina a la Copa América, que el próximo mes cumple 108 años de su primera edición- ha sido engalanada por la concurrencia de los futbolistas más importantes de la región, desde el legendario guardavallas Américo Tesorieri hasta la vigente súper estrella Lionel Messi, pasando por los brasileños Pelé y Romario, los uruguayos José Nasazzi y Severino Varela, el peruano Teodoro Fernández, el colombiano Carlos Valderrama, el chileno Arturo Vidal y tantas otras figuras.
Aunque sin el brillo ni la influencia de sus participaciones mundialistas, Diego Maradona también escribió páginas recordadas en la competición. Su debut se produjo en 1979, con formato distinto a la actual y obviamente mucha menor repercusión. El primer partido del entonces número 10 de Argentinos Juniors fue el de 2 de agosto de 1979, ante Brasil.
Siempre desafiante, Diego no eligió un rival cómodo para el desembarco oficial en el seleccionado mayor. La anécdota más llamativa de aquel encuentro en el viejo Maracaná, que fue presenciado por casi 120.000 espectadores y concluyó 2-1 para los locales, es que el ídolo argentino utilizó la camiseta 6, una rareza en su campaña desde los tiempos de Cebollitas.
Un mix de Argentina con Diego Maradona
César Luis Menotti, responsable de los seleccionados argentinos desde 1974, tomó la Copa América como un banco de pruebas para testear el nivel de algunos valores que veía con posibilidades de sumar al plantel nacional.
Así llevó, entre otros, al arquero Enrique Bernardo Vidallé (Gimnasia y Esgrima La Plata), al defensor Miguel Ángel Bordón (Boca, especialista en tiros libres), al delantero Hugo Oscar Coscia (San Lorenzo) y a varios juveniles que pintaban bien, además de Diego, a quien había dejado -en una controversial decisión- fuera de la lista del Campeonato Mundial de 1978.
En esa Copa América de 1979, ganada por un fuerte Paraguay cuya columna vertebral era la del Olimpia campeón de la Libertadores, Maradona estableció un récord. Seis días después del estreno, en su segunda intervención con la celeste y blanca, convirtió en el 3-0 frente a Bolivia y se transformó así en el más joven goleador argentino de este certamen.
Al momento de la conquista tenía apenas 18 años, 10 meses y nueve días. Daniel Alberto Passarella y Jorge Osvaldo Gáspari (volante, autor del gol que le dio a Quilmes en 1978 su único título en Primera División) marcaron los otros tantos en el estadio José Amalfitani.
¿Por qué Maradona usó el 6 en la Copa América de 1979?
Argentina empezó el torneo en La Paz, con derrota 2-1 ante Bolivia. En esa ocasión, Juan Carlos Bujedo -marcador lateral cordobés, apodado el Gato, por entonces en Vélez Sarsfield- firmó la planilla oficial con el 10 (solía utilizar el 3) y ese número le quedó para el resto de su actuación.
Diego fue convocado por Menotti para la visita a los brasileños y, al estar indisponible su dorsal habitual, optó por el 6. Hay fotos que así lo registran en la previa (hay una imagen donde se lo observa junto a Zico, crack de aquellos tiempos, autor del 1-0 parcial) y durante el encuentro. Según crónicas de la época, Maradona fue de los mejores de la noche y, como era habitual, varios de sus electrizantes arranques fueron detenidos con faltas.
El viaje a Japón para brillar con la 10
La caída ante Brasil y el éxito sobre Bolivia fueron los únicos dos juegos de Maradona en aquella Copa América. Tras el segundo compromiso, se subió al avión y voló a Japón junto a otros dos compañeros que también habían tenido su oportunidad entre los mayores: Juan Alberto Barbas (Barbitas, un polifuncional de Racing Club) y Ramón Ángel Díaz (el Pelado, temible anotador de River).
En las lejanas tierras orientales, Maradona protagonizó una de sus mayores hazañas como líder indiscutido y carismático del seleccionado argentino que ganó invicto, desplegando un fútbol de altísima calidad, el Mundial juvenil. Son inmortales sus saltos para festejar los golazos que hizo, siempre con el 10 en la espalda.
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