Así se viaja en el tren San Martín a 11 días del choque: empujones, gritos y la incertidumbre sobre la vuelta a la normalidad del servicio
Las formaciones van repletas y pasan con demoras. El servicio aún no llega a Retiro y nadie comunica ninguna noticia alentadora para los 120.000 usuarios que utilizan por día la línea que hoy une Palermo con Pilar.
El país se conmovió el pasado 10 de mayo con el accidente del tren San Martín en el barrio porteño de Palermo. Casi 100 heridos, miedo, pánico, vidas salvadas de milagro. Y a dos semanas de aquel momento que paralizó los corazones de millones de argentinos, nada parece haber cambiado en la línea ferroviaria que une el centro de la Ciudad de Buenos Aires con Pilar. Es más, viajar ya es una odisea y, para peor, nadie dice nada sobre cuándo volverá todo a la normalidad.
El tren San Martín es ejemplo del pésimo estado en el que viajan 120 mil personas por día. Desde el hecho, el ramal está sumergido en una crisis de operación, con un recorrido limitado y una importante reducción del servicio desde el momento del accidente sobre el puente de Figueroa Alcorta, en Palermo.
Tren San Martín: «Vamos a lamentar un muerto»
«No se puede viajar así, es una tomada de pelo para miles y miles de vecinos que laburamos de sol a sol. El viernes pasado tuve que dejar pasar un tren en José C. Paz por la cantidad de gente que venía. Eso hizo que llegara tarde al laburo y me perdiera sesenta lucas del presentismo. Para mi es un montón de plata que hoy no tengo en mi bolsillo», dijo Gonzalo Amati, usuario del ferrocarril.
«Además de viajar como ganado, está siendo peligroso porque a pesar del sistema de puertas cerradas hay veces que entra tanta gente a los vagones que las puertas quedan abierta y el tren avanza igual. Lo vi yo, no me lo contó nadie. Que hagan algo con esto porque en cualquier momento vamos a tener que lamentar un muerto», agregó Amati.
Vecinos de Morón, San Miguel, José C. Paz y Tres de Febrero son los más afectados y también algunos de Pilar. Esto no solo por el incidente sobre la avenida Figueroa Alcorta, sino por todo lo que ocurre día a día.
Tras el accidente bajó la frecuencia, lo que significa que más personas suben a cada formación. Las escenas de personas que quedan atrapadas en el medio del vagón y no pueden bajar en las estaciones se multiplican día a día. La única solución es empujar, gritar y avanzar a los codazos en medio de insultos y peleas. Una odisea.
Días atrás se viralizaron imágenes de personas lanzándose por las ventanillas en la estación Palermo, donde hoy finaliza el recorrido ya que es imposible aún llegar a la cabecera de Retiro.
Si bien desde Trenes Argentinos comunicaron que trabajaban en los arreglos correspondientes luego del accidente y que buscan un acondicionamiento integral de los componentes del sistema para que el retorno de la prestación sea en condiciones óptimas, el tiempo corre y los enojos crecen.
Si bien se esperaba que el servicio se reanudara antes, aún nnada se sabe. Trenes Argentinos ya había avisado que la normalización dependería, entre otros factores, de la finalización de las tareas de remoción y del posterior trabajo de reposición del tendido dañado. Todo eso ocurrió, pero el tren sigue andando mal.
Respecto del desarrollo de la investigación en curso para determinar las causas de la colisión, se supo que las autoridades judiciales imputaron a dos maquinistas y sus asistentes, junto a tres auxiliares de la estación Palermo, aunque aún no se ha determinado responsabilidad directa.
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