Medio siglo del mejor debut en la historia del Superclásico: el crack que le hizo cuatro goles a River pero no soportó cuatro cirugías
Carlos María García Cambón protagonizó una de las hazañas más grandes del fútbol argentino: un póker para Boca en una goleada inolvidable. Murió en 2021, después de sufrir una dura internación.
Un goleador de Boca, con de doble apellido, quedó hace medio siglo en la historia del partido más grande del fútbol argentino: Carlos García Cambón. Así como durante la década del 60 fue común que los superclásicos se programaran en las últimas fechas, para aumentar el interés de las definiciones, a principio de los 70 se volvió frecuente disputarlos en el inicio de cada torneo. El Metropolitano de 1974 abrió de esa manera exactamente 50 años, el domingo 3 de febrero. Estuvo lluvioso durante la mañana y nublado casi toda la tarde.
Con el teniente general Juan Domingo Perón en su tercer mandato presidencial y en el epílogo de su vida, Carlos Monzón pronto a defender su corona de los medianos en París ante el cubano-mexicano José Mantequilla Nápoles, Mar del Plata en pleno festejo de su 100° aniversario, la joven Susana Giménez en el pico de su popularidad y el taquillero film La Patagonia Rebelde a punto de estrenarse en las principales salas porteñas, Boca recibió a River.
Un Boca súper ofensivo y un 9 inspirado
El director técnico Rogelio Antonio Domínguez, fiel a sus postulados, armó un mediocampo ofensivo con Jorge José Benítez, el Chino, de 8; Marcelo Antonio Trobbiani, Mandrake, de 5 y Osvaldo Rubén Potente, el Cabezón, de 10; los canteranos Ramón Ponce (Mané, por sus desbordes estilo Garrincha) y Enzo Ferrero en las puntas y, como 9, un debutante recién llegado de Chacarita Juniors, un virtuoso para la elaboración del juego, Carlos María García Cambón.
Todos, por supuesto, vestidos con los pantaloncitos bicolores que se habían puesto de moda por aquellos años: amarillo delante y azul en la parte posterior.
La flamante incorporación cubría la vacante dejada por Hugo Alberto Curioni, con otras características: no era de área como el cordobés, buscaba tirarse atrás, recibir y devolver con elegancia, con la fineza de su pie izquierdo. La presencia del recién llegado suponía un alivio para los visitantes. El Tula Curioni -surgido de Instituto y emigrado a Francia como otros artilleros locales, por ejemplo Carlos Bianchi y Delio Onnis- venía de marcar en seis clásicos de manera consecutiva.
Apenas habían transcurrido dos minutos cuando García Cambón anotó el 1-0. Terminaría por meter cuatro -uno tras asistencia de taco de Potente, su socio perfecto en aquella jornada inolvidable- para otro 5-2, pues idéntico resultado había conseguido el Xeneize ocho meses antes contra ese mismo rival y también en la Bombonera. Ferrero hizo el restante, mediante un tiro libre penal, de esta segunda goleada.
Jorge (Vitrola) Ghiso y el hoy comentarista televisivo Enrique (Quique) Wolff convirtieron para el perdedor, dirigido por Néstor (Pipo) Rossi y disminuido en sus chances por las pálidas actuaciones de su estrella, Norberto Osvaldo Alonso, y de su goleador, Carlos Manuel Morete, quien se desquitaría en la segunda rueda con un triplete en el Monumental para un 3-1 de River.
Realza la gesta de García Cambón que el arquero cuatro veces vulnerado haya sido uno de los mejores de todos los tiempos en nuestro país, Ubaldo Matildo Fillol, que después de una larga disputa le había quitado la titularidad a José (Perico) Pérez, más tarde un referente de Futbolistas Argentinos Agremiados.
Muchos goles que no alcanzaron para el título
Ese Boca arrollador ganó seis de los siete primeros partidos, incluidos dos por goleadas estruendosas: 7-1 a Argentinos Juniors en casa y 6-0 a San Lorenzo en el Viejo Gasómetro de Boedo. El equipo sufrió un bajón pero igualmente se clasificó al cuadrangular por el título, donde cayó ante los fuertes rosarinos. Newell’s, con un gol de Mario Nicasio Zanabria que todos los años conmemoran sus hinchas, se consagró campeón por primera vez al empatar 2-2 frente a Central.
Carlos María continuó en el club hasta 1976 y, aunque su relación con Juan Carlos Lorenzo no fue cordial, resultó importante en la primera conquista del Toto, el torneo Metropolitano. Su último gol con la camiseta azul y oro fue uno de cabeza contra Estudiantes, en cancha de River, para empatar a los 87 y salvar el invicto en la etapa decisiva. Se gritó como si hubiera valido por cuatro.
El ocaso de Carlos García Cambón
Como DT también dejó un sello en Boca. En 1998, como interino, dirigió los primeros cinco partidos de la racha invicta de 40 encuentros que llevó la firma de Carlos Bianchi en el inicio de la era dorada del Virrey en el Xeneize, que llevó a la consagración en ese lapso como bicampeón de los torneos Apertura 1998 y Clausura 1999.
En 2021, García Cambión tropezó con una dura realidad: le diagnosticaron la rotura de un aneurisma aórtico abdominal, un evento altamente letal. Pasó por cuatro cirugías, estuvo siete meses internado -tres en terapia intensiva- y no pudo resistir. Carlitos, como lo llamaban sus amigos, falleció el 27 de abril de 2022. A esos muy cercanos les confesaba que ya se ponía molesto cuando le recordaban aquella jornada del 3 de febrero. Ciertamente, no fue lo único que hizo en el fútbol.
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