La historia del nuevo cura de Luis Guillón que no habla español: de dónde viene y cómo busca integrarse a la comunidad
Windylle Macaranas tiene 34 años y llegó hace poco más de una semana a la Parroquia de la Anunciación, donde ya trabaja para cumplir con misión eclesiástica. Cómo se gestó este nuevo desafío en su vida y toda su historia.
La comunidad de la Parroquia de la Anunciación de Luis Guillón, ubicada en la calle José Hernández al 300, está revolucionada por la llegada de Windylle Macaranas, un sacerdote de 34 años que cruzó todo el mundo para cumplir con la misión que le encomendó la Iglesia: incorporarse como auxiliar para transmitir a los fieles la Palabra de Dios.
Ahora, a poco más de una semana de su desembarco en la Argentina y en la localidad del sur del Conurbano, el cura dice que «mudo». Claro, las barreras del idioma son muy grandes: viene de Filipinas, un país ubicado en un archipiélago del sudeste asiático donde el idioma oficial es el inglés y el tagalo, que pese a alguna similitud, es distinto al español.
En la mencionada parroquia lo recibieron el padre Federico Witzel (52), quien está a cargo, y Enrico Roncoli (84). Por ahora, se comunican en italiano con él para poder desarrollar las tareas pastorales. «Hace rato le veníamos pidiendo a los superiores un sacerdote más. Primero había complicaciones, pero después nos dijeron que Windylle había aceptado. Tratamos de acogerlo y él se está integrando muy bien. Es una persona humilde y sencilla, ojalá trabajemos mucho tiempo juntos», dijo Witzel.
El filipino llegó a Luis Guillón por decisión de sus superiores en la iglesia que él conducía en Manila, la capital de su país. «El padre general me dijo que existía esta comunidad en Argentina, donde estaban necesitando un sacerdote auxiliar. Al principio dudé y por la pandemia se pospuso el viaje, pero después estuve de acuerdo porque es parte de nuestra formación obedecer las misiones que nos asignan».
La adaptación del cura de Filipinas al país y su cultura
Macaranas reconoció que no conoce la cultura argentina y estos son días de mucho aprendizaje para él. Con varios miembros de la comunidad pudo comunicarse en su impecable inglés y el resto de las primeras conclusiones que va sacando las alcanzo siendo muy observador. «Los domingos viene mucha gente a la parroquia, pero no tanta como suele haber en Filipinas. Uno de los desafíos que me propongo es colaborar para que la gente vuelva a la Iglesia a orar y agradecer al señor», le dijo a El Diario Sur.
Además de hacer paseos para conocer los lugares más emblemáticos de Buenos Aires como el Obelisco, la Plaza de Mayo, el Rosedal, Puerto Madero e incluso la Catedral de La Plata; reveló que estuvo probando la gastronomía nacional: dijo que le gustó el asado y lo fascinó el dulce de leche, aunque le resultó algo extraño el mate por el hecho de tener que compartir una bombilla.
La historia del nuevo sacerdote de Luis Guillón
Macaranas nació en la pequeña isla de Camiguin y allí estudió en la escuela primaria y secundaria, además de ser monaguilo en su comunidad católica. El catolicismo en Filipinas es la religión dominante por la herencia de la colonización española desde 1565 a 1821 y, en ese contexto, no es de extrañar que el joven sacerdote se haya criado en el seno de una familia con fuerte impronta religiosa.
Cuando terminó el colegio, quiso estudiar biología marina pero finalmente terminó eligiendo ingresar al seminario para transformarse en cura, por lo que debió viajar a Manila, para formarse. Además, entre 2010 y 2016 estuvo en Roma, Italia, como parte de ese proceso de formación y fue testigo del comienzo del pontificado del Papa Francisco, con quien pudo encontrarse en dos oportunidades.
«Él inició muchas reformas inconvenientes para los sacerdotes más tradicionalistas, que dicen que está trayendo división a la Iglesia. Pero eso no es verdad. Lo que está haciendo es abrir la iglesia a la gente, que es lo que dice Concilio Vaticano II», expresó.
Y agregó que, para él, ser sacerdote «hoy en día es todo un desafío porque hay que poder adaptar las enseñanzas de la iglesia a los más jóvenes para que puedan apreciarlas y seguirlas». Y en esa tarea, destacó nuevamente al Papa, de quien dijo que sabe «transmitir de forma efectiva el mensaje del Evangelio».