De Zambia a Temperley: la aventura de un futbolista que vino a triunfar a la Argentina y no habla español
David Mulenga tiene 19 años. Actualmente vive en la pensión del club y en los próximos días le harán una prueba para ver si se queda. Aseguran que sí o sí se quiere quedar en el país y quiere ser el próximo Vinicius Jr.
David Mulenga, el joven de 19 años que vino desde Zambia para jugar en Temperley.
El Club Atlético Temperley vive un emotivo momento. Quien no siga el presente futbolístico del equipo podría pensar que es por algún nuevo título o el ascenso a la primera categoría, pero no es el caso. Sin embargo, la llegada de un nuevo futbolista a sus divisiones inferiores está dando mucho que hablar. Y para bien.
Se trata de David Mulenga, juvenil de 19 años nacido en Zambia que llegó al club de zona sur con el deseo de triunfar en el fútbol argentino. Volante, diestro, rápido y con buen control de pelota, Mulenga tiene como referentes a Cristiano Ronaldo y Vinicius Jr., nada más ni nada menos que uno de los candidatos para ganar el próximo Balón de Oro. Como si fuera poco, le dicen «El brujo».
El nombre de Mulenga se hizo viral en X (ex Twitter) durante esta semana, gracias al relato publicado por Martín Shatal, joven argentino que se dedica al video análisis de los jugadores. Shatal conoció al flamante juvenil de Temperley durante su viaje a Zambia, en el marco de un proyecto para abrir camino a los futbolistas africanos hacia la Argentina. Mulenga fue uno de los primeros y ahora vivirá durante dos semanas en la pensión del club mientras se prueba en la institución. «No quiere volver a Zambia», contó Shatal.
David Mulenga: cómo llegó a Temperley el juvenil de Zambia
Cuando Shatal viajó a África llegó a Livingston, ciudad con poco más de 100.000 habitantes y cercana a las Cataratas Victoria. Allí descubrió el New Hope Waves, una fundación con un club de fútbol con el que comenzó a colaborar inmediatamente. Cuando Shatal contó la historia del club en sus redes, de a poco llegaron las donaciones hasta que logró que se cree la cancha «Diego Armando Maradona. Mientras veía jugar a los jóvenes, no pudo dejar pasar el nombre de David Mulenga.
De esta manera, Mulenga terminó siendo el puntapié para iniciar el ambicioso proyecto de Shatal para que juveniles africanos puedan tener una oportunidad en el fútbol argentino. “Era el niño prodigio del club. Es un chico que a los 11 años comenzó a jugar en la escuela y llegó a darle el ascenso. La gente lo quería mucho, tanto en Zambia como en las redes sociales desde la Argentina», contó Shatal a TN.
Sin embargo, uno de los momentos más importantes del proyecto se dio cuando Germán Rocha, un ex dirigiente del Gasolero que actualmente colabora con la Comisión Directiva y fue fundamental para el arribo de Mulenga a la República Argentina. Rocha seguía los streamings de Shatal y quiso dar una mano.
“Tanto los escribanos, abogados y el viaje lo banqué yo, pero Germán Rocha trabajó mucho para que David llegue a Temperley. Ayudó al club con las gestiones de la visa”, afirmó. Y terminó sucediendo: Mulenga llegó al club de zona sur y tendrá su oportunidad de formar parte del club. Las miles de personas que vienen siguiendo su historia desde que Shatal comenzó a contar su historia en redes lo desean tanto como él.
La barrera del idioma: Mulenga no habla una palabra de español
Es comprensible que para un jugador de estas características el desconocimiento del idioma local sea un impedimento. Sin embargo, Mulenga está tan enfocado y feliz por su oportunidad que no lo siente como un inconveniente. Mientras tanto, se comunica en inglés y el entusiasmo sigue intacto.
“Quiso venir desde un primer momento. Yo hablé con la familia en estos días desde que llegó. Me dijeron que él les cuenta que está muy contento, no se quiere volver a Zambia. “Es un proceso de aprendizaje más que otra cosa”, agregó Shatal.
La estadía del crack de Zambia en la pensión de Temperley tampoco es un problema. Es contenido por el resto de los jugadores, jóvenes del interior del país que buscan hacer amigos, charlan y se preocupan por él. Además, tienen algo bien en claro: no es fácil estar lejos de casa. Y menos cuando el hogar está a casi 10.000 kilómetros.
A Shatal, hoy solo le preocupa que su nuevo amigo sea feliz. «Hay muchas variables desde el club, desde David, si lo quieren fichar, si él se quiere quedar… Mi sueño es que quede, que aprenda español, que se integre y que le quede una buena experiencia. Si no queda y se quiere volver a Zambia, no tengo dudas de que se va a poder dedicar a esto”, cerró.
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