El Viejo Guerra, un histórico del fútbol argentino: el entrenador récord que festejó 6 ascensos
Fue un símbolo de las categorías menores, especialmente cuando solo se jugaba los sábados. Sencillo en sus formas y mensajes, respetado por propios y adversarios, dirigió hasta pasados los 70 años.
Con una corta trayectoria como futbolista, el Viejo Guerra se destacó como director técnico. Autodefinido como un DT equilibrado, Juan Manuel tiene la particularidad de haber logrado ascensos en todas las categorías del fútbol argentino. Artista por hobby, trabajó además en el rubro textil hasta que se dedicó de lleno al fútbol. Su último equipo fue Deportivo Morón en 1998, a los 71 años, poco antes de que falleciera de un ataque al corazón.
El ascenso argentino está plagado de historias que merecen ser contadas y la de Juan Manuel Guerra no escapa a esto. El Viejo Guerra, como le decían cariñosamente porque tuvo canas desde joven, nació en Capital Federal un 3 de mayo de 1927. De chico intentó ser futbolista profesional pero se quedó en las inferiores; primero en Platense, luego en Estudiantes de Buenos Aires.
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Precisamente en el Pincha de Caseros fue donde empezó a tomarle el gustito al oficio de entrenador, en el comienzo de la década del 60. Pero antes (y durante) el Viejo Guerra se ganaba la vida como técnico textil y uno de sus trabajos fue en la Industria Textil Argentina (INTA) en la localidad de San Martín.
Mientras tanto, tuvo algunas etapas en Estudiantes de Buenos Aires y además dirigió a La Paternal (club desafiliado), Nueva Chicago, Almagro y se dio el lujo de ser campeón en Primera, con Chacarita: dirigió un partido como interino en el Metropolitano de 1969.
El Viejo Guerra y su primer ascenso
Para 1976, Guerra llegó a Platense. El histórico club de Primera División había sufrido su segundo descenso cinco años antes y no había estado cerca del ascenso en esas temporadas. El formato de la B tuvo dos torneos, con la particularidad de que el primer ganador ya disputaría el Torneo Nacional de ese año.
Platense terminó primero junto a Tigre, ambos con 26 puntos, luego de 19 partidos en una ronda de todos contra todos. Eso lo clasificó a un hexagonal final, en el que cosechó 8 unidades que lo consagraron como campeón de la Primera B y le dieron el tan ansiado ascenso. Una década y media después de su arranque como DT, Guerra lograba su primera estrella.
Su dedicación plena al fútbol
El ascenso con el Calamar le cambió las prioridades: el Viejo Guerra largó la profesión y se metió de lleno en el fútbol, sin saber en ese momento que años más tarde se convertiría en un DT récord en el fútbol argentino. Tuvo un paso por Sarmiento de Junín y luego por Banfield, hasta llegar a Lanús en 1980.
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El equipo del sur del Conurbano bonaerense venía alternando entre la A y la B hasta que llegó a su punto más bajo: descendió a la C en 1979. En el primer año de Guerra, el Granate terminó tercero pero lejos del campeón Morón. Para la temporada siguiente, armó una gran delantera y el equipo superó los 100 goles en las 38 fechas del torneo. Con 66 puntos, Lanús le sacó dos unidades a Chacarita y se consagró campeón, para dejar la C para siempre y darle a Guerra su segundo título y ascenso.
Su experiencia en el exterior y el retorno para el récord
En 1983 regresó a Chacarita -que había vuelto a la B el año anterior- y logró el segundo ascenso de la temporada, tras quedar cuarto en su zona y vencer a Tigre, Deportivo Italiano y Los Andes en el cuadro final. Con tres ascensos en el lomo, fue contratado por el Once Caldas (en ese momento denominado Cristal Caldas) de Manizales, Colombia. Sin embargo, su equipo no tuvo grandes rendimientos: terminó último en su grupo en la Copa de la Paz y no logró clasificarse al octogonal final en el Torneo Nacional.
Pegó la vuelta rápido y se sumó a Huracán, que no venía haciendo buenos torneos y ese no fue la excepción. Luego se trasladó a Corrientes, para dirigir al Deportivo Mandiyú, con el que obtuvo el logro más importante en las historias de ambos: en la temporada 1987/88, Guerra se consagró en el Nacional B y Mandiyú llegó por primera vez a la máxima categoría del fútbol argentino, donde se mantuvo hasta 1995 e incluso fue dirigido fuigazmente por Diego Armando Maradona.
Los 90: últimos ascensos y el final de su carrera como DT
Pasó por Colón y Atlético de Tucumán hasta que volvió a Chaca en 1992. Allí arrancaría su doble ascenso: primero, con el equipo de San Martín, fue campeón en la B Metropolitana 1993-94 y después fue por la categoría que le faltaba. En la temporada 1994-95 dirigió a General Lamadrid, que militaba en la D. No tuvo un gran desempeño en el Apertura pero sí en el Clausura, lo que le permitió jugar el Reducido. Allí venció a San Martín de Burzaco, Acassuso y Central Ballester, para lograr consumar así el tercer ascenso de Lama y el sexto y último de Guerra.
Su historia como DT tendría unos capítulos más: un paso por Luján y dos por el Conurbano, donde dirigió a Almirante Brown y, ya en el cierre de su carrera como entrenador, a Deportivo Morón en 1998. El Viejo Guerra, que además de sus dos trabajos despuntaba el vicio de la pintura, falleció el 14 de mayo de 2002, a los 75 años, tras una larguísima y compleja operación de corazón de la que no pudo salir.
Tiempo después, el Ruso Ricardo Zielinski, el técnico que consiguió el ascenso más trascendental del siglo XIX, diría que fue de Guerra de quien más aprendió, por sus ideas claras e indicaciones simples.