La tragedia de dos mujeres del Conurbano: murieron por cirugías con el mismo médico
Yasmín Flores (31) y Soledad Vargas (39) fallecieron con tres meses de diferencia. Se hicieron tratamientos estéticos con Roberto López, quien decía ser “el cirujano plástico de los abdómenes difíciles” y es investigado por mala praxis.
Las dos mujeres vivían en el Conurbano, querían hacerse sendas cirugías estéticas y eligieron al mismo médico. Pero las coincidencias no terminaron allí: ambas terminaron muertas. Yasmín Flores (31) era de la localidad de Caseros, partido de Tres de Febrero, y falleció el 27 de abril. Mientras que Soledad Vargas (39) era de Lanús y perdió su vida el 30 de julio. Las dos buscaron un profesional por las redes sociales y así llegaron a Roberto López, de 40 años, quien las abandonó tras las intervenciones que, a priori, eran consideradas de baja complejidad.
El cirujano ahora es investigado por mala praxis. Y, además, una ex asistente del médico ofreció presentarse como testigo y aseguró que operaba “borracho” o “pasado de marihuana o éxtasis”, según señaló en unos chats vía WhatsApp que fueron incorporados al expediente investigado por la Justicia porteña.
Flores era mamá de una nena de 8 y un nene de 4. Ama de casa, llevaba casi siete años en pareja con Lucas González (26). A principios de año empezó a buscar, a través de Google, Instagram y Facebook, un cirujano plástico para hacerse una lipoaspiración y así reducir el abdomen.
Flores, la víctima de la primera tragedia
“Enseguida empezaron a llegarle publicidades y una de esas era la de este médico”, contó Lucas González, quien la acompañó a la consulta en la calle Lavalle al 1700, en la Ciudad de Buenos Aires, aunque él no pudo ingresar por los protocolos de Covid-19.
Además, en diálogo, relató que “la convenció al toque, con un chamullo de que salió en una revista y de que era experto en abdómenes difíciles”. Tras pagar $250.000, Flores fue operada el 20 de abril en la Clínica de Microcirugía, en Perón al 1800, adonde López alquilaba el quirófano.
“A las dos horas ya estaba en la habitación, pero cuando le iban a dar el alta le bajó la presión. Estaba muy dolorida, le costaba levantarse y caminar”, recordó en diálogo con Clarín el viudo de la joven, quien ahora es asesorado por el estudio del abogado Matías Morla.
También dijo que cuando le contaron al cirujano cómo se sentía la mujer, la respuesta que recibieron fue “te la tenés que bancar, es normal, tratá de acomodarte distinto”. Finalmente fue externada y, a los tres días, volvió al consultorio de la calle Lavalle para que le sacaran los drenajes. “La operación fue un éxito”, celebró López en ese momento.
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Pero el martes 27, una semana después de la intervención, la joven se despertó descompensada en su cama. “Le faltaba el aire”, recordó González, quien de inmediato llamó a su suegro y al cirujano, quien le dijo “llevala a una guardia, cuando salgo de operar te llamo”.
Apenas caminaron cinco pasos en el cuarto de su casa y Yasmín se desplomó. “Me voy a morir”, le repetía a su pareja, mientras el nene de 4 años, que había dormido en un colchón en el piso, al lado de sus papás, observaba aterrorizado la situación. Finalmente la trasladaron al Sanatorio Modelo, en Caseros, pero ya no volvió a reaccionar, y falleció a raíz de una trombosis pulmonar.
Vargas, la otra mujer fallecida en el Conurbano
Vargas, en tanto, era mamá de mellizas de 19 años y vivía en Lanús con ellas y su marido. “Era una persona súper sana, no tenía malos hábitos, estudiaba, era ama de casa y vendía indumentaria y calzado con una tienda online”, la recordó Celeste (29), su hermana, cuya familia tiene como abogado a Gustavo Rubio.
La mujer también quería hacerse una lipoaspiración en el abdomen -más una dermolipectomía, para corregir el exceso de grasa y piel- y encontró a López a través de Instagram (la cuenta ya fue dada de baja, al igual que la de Facebook). “Tenía buenos comentarios. La convencieron de que era una oferta y le cobraron $200.000”, contó Celeste.
La operación se hizo también en la clínica de Perón al 1800, el 27 de julio. Y cuando volvió a su casa, Vargas tenía muchísimo dolor. Pero el cirujano minimizó la situación: “No es nada, es psicológico”.
Tres días más tarde, la mujer caminó solo dos pasos y se mareó. “Me falta el aire, sacame la faja”, dijo antes de desmayarse. Llamaron al 107, pero no quisieron enviarles una ambulancia porque les advirtieron que debía hacerse cargo quien la había operado. Lo mismo padecieron en una salita sanitaria de Lanús.
Entonces se comunicaron con López, quien dijo tener “un amigo” en el Hospital Penna y les pidió que la trasladaran allí. “La tuvimos que cargar en una sábana con mi novio, mi cuñado y mi sobrina”, explicó Celeste.
Cuando llegaron al hospital, el cirujano los estaba esperando en la puerta. “La tuvieron ahí tres horas, salían a cada rato y nos decían que tenía una pequeña trombosis en la cabeza, que no era nada grave, aunque estaba con máscara de oxígeno”, recordó la hermana.
Desde allí fue derivada al hospital Ramos Mejía: “A los cinco minutos que la hicieron entrar nos dijeron ‘¿cómo la mandaron así? Está en estado crítico, sufrió un ACV, tiene insuficiencia respiratoria y los pulmones comprometidos’”. Mientras los minutos pasaban, López pidió salir por otra puerta y desapareció. Poco antes del mediodía, Soledad murió.
El cirujano es investigado por mala praxis, pero los abogados de las familias de las víctimas pretenden que lo imputen por homicidio culposo cometido por negligencia. Y, además de estos dos casos, en las últimas horas se sumó otra denuncia por “lesiones culposas” por una mujer oriunda de Florencio Varela que quedó muy mal tras una lipoaspiración en el abdomen.
Quién es el responsable de las cirugías estéticas
López se auto promocionaba como “el cirujano plástico de los abdómenes difíciles”. En su sitio web cuenta que nació en la ciudad de Vicente López y “tras comenzar sus estudios primarios emigró a muy temprana edad junto a su familia a Europa, donde comienza a tener su primer contacto con las artes plásticas en el Instituto Cervantes, ubicado en la provincia de Galicia, España”.
Allí, continúa describiendo la bibliografía, “nace su vocación por las formas y la simetría, dándole esto un gran sentido de la estética y las proporciones. A su regreso a la Argentina comienza sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, donde recibe el título de médico. Continúa su formación de Posgrado en Cirugía Plástica & Reparadora, tras adjudicar un cargo de residente en la especialidad, al terminar entre los primeros tres puestos del examen de ingreso al sistema de residencias médicas de la Ciudad de Buenos Aires”.
Y también se señala que el Ministerio de Salud le otorgó el título de especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva, además de haber trabajado en el Instituto del Quemado.