Un visionario y grandes estrellas: cómo nacieron los icónicos torneos de verano que hicieron furor en cada enero
Mar del Plata fue el epicentro del fútbol de pretemporada durante varias décadas. Luego se sumaron otras plazas. Los mejores duelos que se dieron en una cita obligada de cada pretemporada.
Fernando Gago, hoy Dt de Boca, y Sebastián Driussi,estrella repatriada por River, enfrentados en Mar del Plata.
Armando Oscar Ovide -polifuncional que podía cubrir cualquier puesto de la defensa, reemplazo natural de Silvio Marzolini- le convirtió a Ladislao Mazurkiewicz -gloria del arco uruguayo- el único gol para la victoria de Boca Juniors ante Peñarol, el martes 23 de enero de 1968. No fue por una instancia avanzada de alguna competencia de Conmebol. Ni siquiera fue oficial. Se lo recuerda, sin embargo, por tratarse del primer partido de los viejos torneos de verano, que durante casi tres décadas constituyeron una de las principales atracciones de Mar del Plata.
La creación de los torneos estivales fue impulsada por Alberto J. Armando, legendario presidente de Boca. La elección de esa ciudad se debió a que las visitas de Botafogo y Santos, en años anteriores, habían generado gran repercusión. Armando se asoció con Alejandro Romay, el llamado zar de la televisión, para transmitir los partidos por la pantalla de Canal 9.
Desde 1968 hasta 1978, el estadio General San Martín -con capacidad para poco más de 20.000 personas- fue sede de los certámenes que inauguraban el calendario futbolero en nuestro país. Vasas de Hungría se consagró en la edición inaugural, en la que también intervino el seleccionado de Checoslovaquia.
El primer título de Boca en Mar del Plata
En 1969, con Slovan Bratislava, Rapid Viena de Austria, MTK Budapest, un combinado marplatense y los finalistas de la Libertadores 68 (Estudiantes y Palmeiras) como participantes, hubo festejo xeneize, gracias a un vibrante 3-2 en el último choque con los platenses. Aquella noche fueron expulsados Miguel Nicolau y Carlos Bilardo.
Boca volvió a salir campeón en 1971, ya sin extranjeros entre los invitados. El triunfo clave fue un 2-1 sobre Independiente con doblete de Raúl Armando Savoy, notable volante zurdo surgido de Chacarita Juniors que había conquistado la Libertadores con los de Avellaneda en la década anterior.
Torneo de verano: el primer superclásico
El 23 de enero de 1974 quedó en la historia como la fecha del primer Boca-River en la costa atlántica. Igualaron 0-0, en buena medida por mérito de los arqueros Rubén Sánchez y José Pérez. Once días después, ya por los puntos y en la Bombonera, el Xeneize ganó 5-2, la tarde de los cuatro goles de Carlos María García Cambón.
La paridad en el duelo se repitió en los tres cruces siguientes: 2-2 en 1975, 0-0 en 1977 y 1-1 en 1978. River Plate rompió el equilibrio en 1979, ya en el estadio mundialista, con un gol de Rubén Galletti (delantero surgido de Boca) y muchas atajadas del Pato Fillol.
El recuerdo de Diego Maradona y la chilena de Francescoli
Diego disputó sus primeros amistosos en la Feliz durante el verano de 1981, con la camiseta de Argentinos Juniors. Vestido de azul y oro jugó en 1982, al regreso de una larguísima gira por América y Asia, frente a Racing (4-1), Independiente (1-0) y River (0-1). Contra la Academia estuvo cerca de convertir un gol parecido al que cuatro años después le hizo a Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México.
En 1986 se realizaron dos triangulares y en el segundo, para coronar una épica remontada, el River del Bambino Veira venció 5-4 a la selección de Polonia con aquella inolvidable chilena de Enzo Francescoli. El uruguayo anotó otros dos goles esa noche. El «Beto» Alonso y Ramón Centurión completaron el tanteador.
Igualmente emotiva fue la reacción de Boca un año más tarde para empatarle 3-3 a River y quedarse con la Copa de Oro. Una agónica palomita de Enrique Hrabina sentenció el resultado.
Los torneos de Mar del Plata alcanzaron su pico por aquella época, las tribunas se llenaban y el rating de la TV explotaba. En 1994, en pleno apogeo, el Concejo Deliberante de General Pueyrredón le otorgó el manejo del José María Minella a la compañía Telemarket.
No hubo acuerdo de los organizadores con la empresa y la sede fue mudada de urgencia a Mendoza. Desde entonces se sumaron plazas en el interior del país y Mar del Plata resignó, de ese modo, una exclusividad que la había vuelto destino favorito de los futboleros durante los dos primeros meses del año.
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