La voluntad de Tomás Thomas: tuvo cáncer, en 2003 le dieron 3 meses de vida y por el Alzheimer hoy estudia en la universidad
Vive en El Jagüel. El cáncer lo afectó en los pulmones y en las cuerdas vocales. También le diagnosticaron diabetes. Y sufrió tres infartos, dos ACV y hasta estuvo en terapia intensiva con Covid-19. Su historia de superación.
«Yo soy un tipo al que si le decís que no, va a insistir hasta que termine siendo un sí». Así se definió Tomás Arnaldo del Valle Thomas, un vecino de 69 años de El Jagüel que, realmente, las pasó todas por sus múltiples problemas de salud. Los médicos llegaron a darle tres meses de vida, pero hoy, pese a sus dificultades, batalla día a día y estudia una carrera universitaria.
Todo comenzó en 2003, cuando le diagnosticaron cáncer de pulmón. La noticia fue abrumadora, porque un médico le dio un panorama totalmente desalentador luego de practicarle una biopsia. «Haga de cuenta que a partir de hoy tiene un cajón detrás suyo atado con un hilito», le dijo mientras le informaba que le quedaban tres meses de vida. Después, tras repetir el estudio, le dijeron que tenía seis meses más. Pero lo suyo fue resistir y vencer todos los pronósticos.
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«Cuando se cumplieron los seis meses le dije al doctor que le iba a traer una torta porque mañana iba a estar muerto», comentó con gracia Tomás. Después de estar cara a cara con el cáncer, sufrió tres infartos y dos accidentes cerebro vasculares (ACV), uno de ellos mientras estaba dormido. «Me levanté de la cama y me caí. Después el médico me dijo lo que me había pasado», relató.
Por su afección, es oxígeno dependiente y tiene que llevar una mochila las 24 horas. «Me da una autonomía se siete horas hasta que debo volver a cargarla. Hago mi vida normal, hasta ando en moto y voy con la mochila a todos lados», explicó el vecino de El Jagüel, que vive junto a su esposa Rosa Mastrángelo (73).
La idea del vecino de El Jagüel de estudiar en la universidad
A todo lo que ya había padecido, Tomás Thomas también afronta cuadros de diabetes y Alzheimer. Fue justamente por el Alzheimer que un médico le dijo que tenía que ejercitar la mente y que hiciera crucigramas. «Hacía muchos, tengo hasta en el celular, pero un día me dijo que no alcanzaba porque mi mente ya tenía las respuestas y se volvía algo mecánico. Entonces hice un curso de periodismo deportivo, luego terminé el secundario en tres años del plan FINES y cuando el médico me volvió a decir que tenía que hacer algo más, se me ocurrió estudiar en la universidad. Él me dijo que no hacía falta, que no iba a poder y me iba a frustrar, pero lo hice igual», recordó.
Se anotó en la Licenciatura en Periodismo de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. «Empecé haciendo cinco materias pero luego aflojé, porque total no busco un título sino combatir el Alzheimer. Entonces hice dos por cuatrimestre y fui aprobándolas», reveló. En el medio, despunta su pasión por comunicar con un programa radial FM Social 93.5 y hace coberturas de boxeo para la Federación Argentina de Boxeo (FAB).
Otra de las dificultades que le aparecieron fue que le diagnosticaron también cáncer en las cuerdas vocales, por lo que a veces se queda sin voz. «Una vez tuve que cortar un programa de radio a la mitad porque no podía hablar», detalló. Y luego, otro escollo, durante la pandemia, se contagió de Covid-19 y estuvo 47 días en terapia intensiva, pero logró salir adelante.
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El vecino de El Jagüel estuvo tantas veces cerca de la muerte pero, sin embargo, bromea con la situación. «Mis vecinos me dan por muerto y después aparezco comprando en la panadería. Me lo tengo que tomar en joda», confesó. Y, en esa línea, remarcó que no aún no falleció porque «yo sé que no soy bueno, así que al cielo no iba a ir. Tenía la esperanza de que el Diablo me iba a recibir con el tridente, las chicas desnudas y el champagne, pero se ve que no me quiere porque tiene miedo de que le robe a la novia».
Finalmente, reconoció que no tiene miedo a la muerte porque «todos nos vamos a morir» y agradeció el apoyo de su familia. “Rosita es todo, me dice que si quiero algo me anime a hacerlo», dijo Tomás, que con ella tiene tres hijos: Alfredo (40), Noelia (30) y Jesica (30). «Tengo una familia hermosa, amigos divinos y trabajo de lo que me gusta», cerró.