Tiraban paredes en Quilmes y se detestan: por qué se pelearon Giampietri y el Chori Domínguez
El lunes se reavivó la disputa, después de que Domínguez fuera visto en un palco el Estadio Centenario. «No sabía que los traidores entran a la cancha», escribió Giampietri, enojado, en su cuenta de Twitter.
Volantes ofensivos, de esos que tiraban paredes de memoria, casi contemporáneos y surgidos de la cantera de cracks que fue Quilmes a fines de los 90: Adrián Gustavo Giampietri (Máquina de apodo, 42 años) y Alejandro Damián Domínguez (Chori, próximo a cumplir 40) tenían muchos puntos en común para ser amigos. Así fue durante sus primeros tiempos de profesional, hasta que un episodio los separó. El origen de la pelea se remonta a 2003.
Después de consagrarse campeón mundial juvenil en 2001, junto a Andrés D´Alessandro, Javier Saviola y Germán Lux entre otros, Domínguez tomó la decisión de irse de Quilmes a River. Lo impulsaron lógicos deseos de superación y todas las ilusiones de triunfar. Ramón Díaz había aprobado su contratación y al hincha le caía bien ese estilo de futbolista fino, elegante, con gambeta y pegada.
Mientras continuaba el proceso de adaptación a un club grande, llegó el ingeniero Manuel Pellegrini y le dio más oportunidades. Sin embargo, las cosas no anduvieron bien en el Apertura 2003. Boca, con un juvenil e imparable Carlos Tevez, arrancó muy sólido y pronto se distanció en la punta.
El día que acarició la gloria Garrafa Sánchez, embajador del fútbol del Conurbano
Por la fecha seis del torneo, el Millonario recibió al Cervecero. Los visitantes, con la dirección técnica de Gustavo Alfaro, sorprendieron en el arranque con un gol del entonces defensor, hoy médico y comentarista de TV, Juan Herbella. Poco después de la media hora, el colombiano Killian Virviescas -de breve paso por River- marcó en contra de su arco. El primer tiempo terminó 2-0, para alegría de la hinchada quilmeña que se ubicaba en la tribuna de Figueroa Alcorta.
Ya en la segunda etapa, descontó Fernando Cavenaghi. Quilmes se había replegado y no le quedó otra opción que guarecerse a pasos de su arquero, Marcelo Pontiroli, después de que el árbitro Rafael Furchi le expulsara a ¡tres jugadores! Ocho contra once debían aguantar más de 20 minutos la ventaja. Cerca de los 40 empató River, con gol de Domínguez. Lejos de ir a buscar la pelota para que se reanudara rápidamente el juego, el Chori festejó alocadamente ese tanto, se sacó la camiseta y lo gritó de frente a la parcialidad cervecera. El partido concluyó 2-2 y, desde ese momento, la relación quedó rota.
Ocho años más tarde, esta vez en la segunda categoría y en ocasión de un Quilmes-River en el Centenario que también finalizó igualado, Domínguez fue permanentemente hostigado por la gente local. Y en la vuelta, en el Monumental, Ricardo Caruso Lombardi se burló varias veces del Chori, simulando que le provocaba miedo cada entrada fuerte de sus rivales.
El mensaje de Giampietri contra Domínguez
Este lunes, después de la derrota de Quilmes por 4-3 en casa ante Alvarado de Mar del Plata, el Máquina Giampietri publicó un tuit con el siguiente mensaje: «No sabía que los traidores entran a la cancha. Qué poca memoria. Y no vengan con el versito de nada».
De la cárcel a trotamundos del Conurbano: cómo se reinsertó Brian Risso Patrón en el fútbol
No se trataba, por supuesto, de un enigmático. A través de las redes se había visto al Chori Domínguez, indisimulable aun detrás del barbijo, siguiendo las acciones del partido desde un palco del Estadio Centenario. Lo había invitado el vicepresidente segundo de la institución, Mateo Magadán.
De las paredes en Quilmes a Europa
Domínguez habría concurrido en cumplimiento de su función de ojeador del Olympiakos griego, uno de sus varios destinos europeos en una larga carrera que incluyó, además, pasos por Rusia y España.
El Máquina tiene una gran ventaja en esta disputa y es que sus tres ciclos en el club dejaron un gran recuerdo. Para muchos, especialmente quienes no vieron por cuestiones generacionales a los campeones del 78, Adrián es la máxima referencia, el ídolo al que se le tolera todo.
Su legajo profesional registra experiencias en Suiza, Chile, Colombia y Perú, aparte de una fugaz incursión en Primera con Ferro Carril Oeste. También se lo recuerda, ya grande, con la camiseta de Berazategui.
Una semana atrás fue la noticia triste del fallecimiento de Omar Hugo Gómez, el querido Indio. El lunes fue otro resultado negativo que relega al conjunto de Facundo Sava en la lucha por volver a la máxima categoría. Y ahora se suma este recrudecimiento de una vieja bronca entre dos que supieron ser cracks y hacer felices a los hinchas. Son días difíciles para el viejo Quilmes.