Hace 10 años Sergio Romero se convirtió en héroe: la impresionante estadística en los penales que forjó tras ese día
El 9 de julio de 2014, el arquero metió a la Selección Argentina en la final del Mundial de Brasil ante Países Bajos. Ahora en el arco de Boca, el misionero mantuvo una performance increíble en las definiciones desde los 11 metros.
Hasta las semifinales contra la entonces Holanda en la Copa del Mundo 2014, partido del cual se cumple una década este martes 9 de julio, Sergio Romero había atajado solo seis de los 36 penales que le habían pateado: un modesto 17% de eficacia. Desde esa jornada casi que duplicó su porcentaje, pues detuvo 22 de 74.
Romero no solo se convirtió en héroe aquel día en San Pablo, como le pronosticó su compañero y referente Javier Alejandro Mascherano, sino que se transformó en un verdadero especialista en la materia, uno de esos arqueros a los que ningún ejecutor desea enfrentar. Como sucede hoy con Damián Emiliano Martínez, su heredero en la Selección Argentina.
La pericia de Romero para desviar remates desde los 12 pasos fue una de las razones fundamentales para que Boca llegara hasta una final de Copa Libertadores (tuvo rol protagónico en las series contra Nacional de Montevideo, Racing y Palmeiras) y una semi de Copa Argentina (mismo papel frente a Almagro y Talleres de Córdoba).
En la Copa de Liga de este año, después de haber eliminado a River, Boca perdió por primera vez una definición por penales desde el desembarco de Romero en la portería xeneize, pese a que él atajó otro.
Sergio Romero: Misiones, Chubut, Avellaneda y mundo
Chiquito Romero, hijo de un gendarme, pasó del clima húmedo y caluroso de Bernardo de Irigoyen, en el norte, al seco y frío de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia de nuestro país. Empezó en la Comisión de Actividades Infantiles y pronto llamó la atención por altura y condiciones.
En Racing Club pasó a ser conocido para el ambiente futbolero, pero los hinchas de la Academia pudieron disfrutarlo poco. Surgió una oferta del AZ Alkmaar, institución de los Países Bajos que se especializa en la formación de jóvenes talentos. El resto de la historia es más conocida hasta la llegada a Boca.
Chiquito Romero, un reemplazo de urgencia
El bicampeón 2022 se quedaba sin arquero por la imposibilidad de renovar con Agustín Daniel Rossi, figura determinante en los títulos de aquel año. A Juan Román Riquelme, responsable del fútbol profesional y hasta ese momento vicepresidente del club, se le ocurrió traer a Romero. Parecía una apuesta arriesgada, sobre todo por su prolongada inactividad.
“Llegué en plena recuperación de una lesión y me trataron de maravillas, sin apurarme, respetando mis tiempos. El médico Jorge Batista es un fenómeno. Antes del Mundial 2018 tuve que operarme y lo hice en el exterior. Me equivoqué: tendría que haberlo hecho acá”, afirma Sergio Romero.
Cuenta además que lo reconforta a diario el reconocimiento popular, incluso de aquellos que simpatizan con otros colores. “Me ha pasado varias veces de sacarme fotos con hinchas que tenían otra camiseta. Venían y me preguntaban si podían. ¡Claro que sí! Después, por cómo se vive el fútbol acá, sé que salvo cuando sea local me van a gritar cosas, voy a recibir algún insulto. Eso es parte del folclore”, acepta.
Tan cómodos en Argentina se sienten él y su familia (casado con la modelo Eliana Guercio, son padres de cuatro hijos) que decidió prolongar su continuidad en el Xeneize hasta diciembre de 2025, cuando ya estará cerca de los 39 años, pese a que existió un interés del Inter Miami por contar con sus servicios.
Dueño del récord de presencias en el arco de la Selección Argentina, Romero está orgulloso de esa marca y de haber integrado equipos con grandes figuras del fútbol, desde Lionel Messi hasta Edinson Cavani, durante la última década y media.
Después de un largo rato de andar a los tumbos, en Boca enderezó la marcha. Y ya se escuchan las voces de agradecimiento cada vez que se dirige a ocupar su puesto de trabajo, en una Bombonera que aprendió a quererlo durante un partido contra Central Córdoba, cuando con el resultado 0-0, hizo algo que se le ha vuelto costumbre desde aquella vez en Brasil 2014: atajar un penal.
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