Qué es de la vida de Sebastián Rusculleda, el zurdo del festejo acrobático que inició bien de abajo su carrera como DT
Zurdo fino, surgió de las Inferiores de Boca. En su peregrinaje generó una gran relación con los hinchas de Tigre. En la actualidad, ya retirado y a los 37 años, trabaja como entrenador en un club bonaerense.
La vida da vueltas y Sebastián Rusculleda lo sabe como pocos: surgido en Boca, después de un largo recorrido en el fútbol y de hacerse notar en la cancha con los festejos acrobáticos de sus goles, ahora comenzará una carrera como entrenador y tendrá su primera experiencia en el Ascenso del conurbano.
En Boca de todos
Sebastián Rusculleda nació en Laboulaye, una pequeña pero muy futbolera localidad del sur de Córdoba, el 28 de abril de 1985. Se dice de sus habitantes, entre otras cosas, que no tienen tonada. Empujado por el sueño de muchos pibes de la zona de triunfar en el deporte y luego de un muy buen arranque en las divisiones inferiores de Talleres de Córdoba, se vino a Capital Federal y logró quedar ni más ni menos que en Boca.
Le tocó una época difícil para ganarse un lugar en el Xeneize: su debut fue en un amistoso en septiembre de 2005, cuando comenzaba la dorada época de Alfio Basile con los de azul y oro. El Coco, reconocido por su discurso de “los 11 de memoria”, ganó todo lo que jugó en el club durante aquel ciclo fantástico, pero decidió utilizar siempre a los de mayor jerarquía sin darles mucha pista a los juveniles.
El retiro de Federico Crivelli, el arquero ídolo en Temperley que durante la pandemia hizo delivery
Rusculleda -volante zurdo, de manejo fino- participó de algunos amistosos más y hasta se dio el gusto de convertirle a San Lorenzo en un amistoso de verano, pero decidió irse para buscar más minutos y se fue de Boca sin llegar a jugar de manera oficial.
La carrera de Sebastián Rusculleda
En 2006, al cabo de una breve experiencia en el prestigioso Ajax de Holanda donde tampoco logró debutar, arribó al Sur de Buenos Aires: fue parte del Quilmes que lamentablemente descendió a la B Nacional.
En 2007 se mudó al Norte del Conurbano: desembarcó en Tigre y ahí fue donde se vieron sus mejores actuaciones. Fue integrante del Matador dirigido por Rodolfo Arruabarrena que sorprendió peleando torneos: formó un mediocampo histórico con Diego Castaño, Martín Morel y Román Martínez. Con el club de Victoria le quedó una relación especial. Volvió en 2013/14 al club y, una vez concretado su retiro, se incorporó al equipo Senior del club de Victoria.
Tras su primer período en Tigre, Rusculleda pasó por otro grande del fútbol argentino: luego de una corta incursión en Arabia Saudita, con más dólares que minutos, Diego Pablo Simeone lo pidió para San Lorenzo. Pero entre lesiones e inconstancias, no pudo asentarse en Boedo.
A partir de ahí, Rusculleda procuró sin éxito consolidarse en algún equipo y tuvo varios cambios de camisetas y hasta de países. Los colores que vistió en la Argentina fueron los de San Martín de San Juan, Defensores de Belgrano y Deportivo Merlo. Entre uno y otro destino recorrió medio mundo…
Estuvo también en Chile, con Santiago Wanderers; en Ecuador, como miembro de Deportivo Quito; en Grecia, con el Panetolikos FC; y, la más rara y fría de todas, en la Liga de Finlandia, con la camiseta del PS Kemi. ¡Nunca paró de dar vueltas!
La vida post retiro
Luego de su excursión a Finlandia y de unas fugaces intervenciones en Deportivo Merlo, Sebastián Rusculleda decidió que era hora de colgar los botines: pese a que físicamente se sentía bien, ninguna propuesta lo sedujo del todo. Y fue allí que se largó como entrenador.
Ruscu -como lo bautizó el ambiente en esa habitual búsqueda de ahorrar sílabas- ya había realizado el curso de técnico, durante su etapa como futbolista, por lo que rápidamente pudo comenzar con su nueva carrera. Arrancó por las categorías formativas, como suele darse, pero a los 37 años dispone de la chance de ser uno más dentro de un cuerpo técnico profesional: es asistente en Cañuelas.
El Rojo, un centenario club del sudoeste bonaerense, está actualmente en la Primera B Metropolitana, la tercera categoría de nuestro fútbol. En el Clausura, último torneo de la categoría, compartió con Acassuso la séptima posición.
Mientras Rusculleda sueña con aparecer de nuevo en las grandes planas, por ejemplo en su querido Tigre, ayuda a Cañuelas para seguir compitiendo en el Ascenso. Las vueltas de la vida no paran…