La revancha de Adrián Martínez: el motivo por el que el goleador de Racing volvió a la cárcel y qué les dijo a los presos
Maravilla pasó por la Unidad Penitenciaria N° 57 de Campana, su ciudad natal. Allí, estuvo con unos 80 reclusos a los que les contó su experiencia de vida, incluyendo sus días privado de la libertad en 2014.
La historia de Adrián Martínez, alias Maravilla, no sólo está plagada de esfuerzo y resiliencia en el plano deportivo, sino también personal. El notable goleador de Racing tuvo una vida cruda de la cual logró sobreponerse siempre, incluso al hecho de haber estado preso en una cárcel de Campana. Ahora, el 9 regresó a esa ciudad para darles una charla motivacional a los reclusos que están alojados en un penal.
El actual número 9 de la Academia visitó la Unidad 57 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) para compartir una tarde con unos 80 internos y contar su historia de vida, la que incluyó, por supuesto, su paso por la Unidad 21 -también de esa ciudad del norte bonaerense- como detenido.
La visita fue coordinada por el Departamento Deportes de la Unidad 57, programada por el director de la cárcel, Juan Patricio Echeverría y por la directora de la Región VIII del Patronato de Liberados Cecilia Moyano, en el marco de las políticas de asistencia y tratamiento emanadas desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos provincial que conduce Juan Martín Mena.
Maravilla, de 31 años, confeso hincha de River, contó sobre su experiencia de superación basada en la fe en Dios, el perdón, la humildad y la posibilidad de mejorar cada día.
Martínez se refirió a su infancia, a su familia, su paso por la cárcel y de su experiencia en el fútbol, todo, tratando de llegarle a cada uno con un mensaje alentador, asegurándoles que si se lo proponen puede insertarse nuevamente a la vida cotidiana, una vez que logren su libertad: «Como me pasó a mí que pude recuperar mis sueños y hacerlos realidad».
el goleador albiceleste les acercó un mensaje de superación, dando cuenta que es posible reinsertarse a la vida en sociedad una vez obtenida la libertad, “Para ello es necesario tener perseverancia y sacrificio, y saber aprovechar las herramientas que pueden adquirir durante el tiempo de encierro, como los aprendizajes en oficios, estudios secundarios, terciarios y/o universitarios”, les aconsejó.
La dura vida de Adrián Martínez, la cárcel y los clubes donde jugó
El delantero es oriundo del barrio Las Acacias, una humilde zona de Campana. Entre los 17 y 18 años tuvo un intento por ingresar a desempeñarse en las filas formativas del Villa Dálmine, pero no superó las pruebas y ahí empezó a pensar que el fútbol no iba a ser el camino que iba a seguir en la vida. De todas formas, despuntaba su vicio los fines de semana jugando para el club de su barrio en las difíciles canchas de la liga campanense, mientras trabajaba como recolector de basura.
Sin embargo, un día, cuando volvía en moto a su casa, chocó con un auto y quedó con una grave lesión en su mano. Su vida, entonces, dio un giro. «Casi me muero. Estuve un año con la mano mal pero antes, a los cinco meses, llevé el alta a la empresa. Yo quería pasar de estar en el camión de basura, porque ya no podía, a ser barrendero. El médico del trabajo puso que no estaba capacitado para trabajar y me echaron. Al final ni siquiera pude cobrar indemnización», relató.
Comenzó a trabajar como ayudante de albañil para ganarse la vida mientras buscaba otro rumbo. En 2014, en medio de un conflicto vecinal, su hermano recibió tres tiros y terminó internado en el hospital. Decenas de vecinos y allegados hicieron justicia por mano propia movilizándose y quemando la casa de los supuestos agresores. Estos acusaron a Adrián Martínez, y pese a que no había estado allí en ese momento, fue detenido: estuvo encerrado en la cárcel de Campana durante seis meses.
Sobre su experiencia en la Unidad Penitenciaria N°21, antes de la charla de ayer con los reclusos, Maravilla había contado: «Nunca demostré debilidades. Adentro no podés demostrar nada. Matan, apuñalan, sí o sí hay peleas todos los días, toman de rehenes a los policías. Es otro mundo ahí adentro. Nada parecido a lo que reflejan las noticias. Ahí adentro no se puede vivir».
Semanas después de salir de la cárcel y por la sugerencia de un amigo, Adrián Martínez fue a presentarse a una prueba en el club Defensores Unidos de Zárate. «Mientras estuve encerrado hice una promesa a Dios, le dije que si me daba lo de jugar al fútbol lo iba a seguir siempre. Cuando fui a las pruebas, hice goles en un par de amistosos ante equipos de la Primera B Metropolitana y de la C y quedé. Como el club no me iba a pagar un sueldo, sólo viáticos, mi amigo me daba una mano en lo económico», contó.
Luego firmó contrato con el Celeste zarateño y continuó pagando esa confianza en goles, agradecido con la institución. «Pensaba que el fútbol era para renegar, que a los jugadores no les pagaban, que siempre les debían plata, pero en el Defensores Unidos tenían los sueldos al día y siempre estaban pendientes de uno», dijo. Y agregó que durante el primer año tuvo que adaptarse a los entrenamientos porque «no sabía ni agarrar una pesa», pero mejoró mucho su potencia física.
Sus goles en la Primera C despertaron el interés de Atlanta, que se lo llevó para jugar en la Primera B Metropolitana. En el Bohemio metió 15 goles en su primera temporada, incluyendo un gol a Belgrano y otro a su amado River por Copa Argentina. En 2018, la oportunidad surgió en la primera división de Paraguay, donde se fue a jugar para Sol de América y terminó como goleador del torneo con 12 tantos.
Después, su camino siguió por un «grande» paraguayo como Libertad, donde ganó la Copa de Paraguay en 2019 y el Torneo Apertura 2021. Además, con la camiseta albinegra salió segundo máximo goleador de la Copa Libertadores del 2019 con seis goles. Estuvo a préstamo después en Cerro Porteño y Coritiba de Brasil, hasta que Instituto puso sus ojos en él y lo fichó en el verano de 2023.
Maravilla tuvo luego una actuación consagratoria en la Bombonera, donde le hizo un gol a Boca en el histórico triunfo de la Gloria cordobesa. Sin embargo, los cordobeses lo dejaron libre y allí estaba Racing Club, que se quedó con el goleador. Fue una apuesta que en un abrir y cerrar de ojos se transformó en una realidad absoluta, una locura goleadora que entró en racha y paró más.
El 9 de febrero de 2024 convirtió sus primeros tres goles y una asistencia ante San Lorenzo. El 24 de ese mes convirtió el gol de la victoria enel clásico contra Independiente y el 10 de marzo le hizo otro a Boca en la derrota 4 a 2. Y siguió: el 21 de marzo convirtió su primer gol por Copa Argentina y el 4 de abril la metió por primera vez a nivel internacional ante Sportivo Luqueño, por Copa Sudamericana.
Corolario: anotó 12 goles, quedando en el podio como uno de los goleadores de la reciente Copa de la Liga Profesional. A pesar de eso, Maravilla no pierde su humildad: «No soy un jugadorazo, no hago goles espectaculares. Por ahí la pelota pega en el palo y me queda justo a mí. Tengo eso extra. Por supuesto que también está mi entrega. Pero a veces hay jugadores que hacen todo bien y la pelota no entra».
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