Tuvo 6 meses cautiva a su madre en Quilmes: cobraba su jubilación, la golpeaba y apenas si le daba comida
La mujer logró escaparse levantando una persiana que daba al patio y le avisó a una vecina que terminó llamando al 911. Cuando llegó la Policía la encontró viviendo en condiciones precarias. El hombre quedó detenido.
Durante los últimos seis meses, la vida de una mujer de 66 años se redujo a lo que ocurría dentro de su casa de Ezpeleta, partido de Quilmes. Allí, según se denunció, su hijo de 34 años la mantenía cautiva y amenazada. Se cree, además, que la golpeaba, que le daba de comer solamente una vez por día, que le cortaba el agua y que le quitaba el dinero de su jubilación.
El calvario para la anciana terminó en las últimas horas con ella libre y con el fruto de su vientre, identificado por la Policía bonaerense como Héctor Joel Masson, detenido por los efectivos.
El doble hecho ocurrió luego de que ella pudiera levantar unos centímetros la persiana del cuarto en el que permanecía encerrada para después lograr escabullirse arrastrándose hasta salir al patio del domicilio, momento en que aprovechó que no estaba el joven en la vivienda para llamar a la vecina que vivía en una casa contigua, quien dio aviso al 911.
En ese contexto, personal de la Comisaría 3era. de Quilmes acudió a la vivienda ubicada en Gran Canaria, entre Paraguay y Namuncurá, y escuchó a la víctima gritando “auxilio”, por lo que procedieron a cortar los candados que no permitían el paso a la propiedad e ingresaron.
Allí, encontraron a una mujer viviendo “en condiciones precarias” y “con el agua corriente cortada desde la calle”, según precisó la agencia Télam. Ante la consulta de los efectivos policiales, la víctima denunció que su hijo la mantuvo secuestrada durante los últimos seis meses y que iba a verla una vez al día, generalmente por la noche.
Según el relato de la jubilada de Quilmes, durante esas visitas, su hijo la golpeaba, la violentaba psicológicamente, le dejaba apenas un poco de comida y le cerraba la llave de paso de agua. Al respecto, una fuente judicial vinculada a la causa precisó que el hombre le llevaba diariamente “papas fritas” y “presas de pollo” a su madre para que pudiera alimentarse, a la vez que le dejaba dos botellas de agua para que se hidrate durante todo el día.
A su vez, la mujer también reportó que su hijo le quitó el documento de identidad, el carnet de PAMI y la tarjeta de débito con la intención de poder cobrar su pensión jubilatoria sin pasarle a ella un peso de lo que le pertenecía legalmente.
Médico trucho de Almirante Brown: ejerció 30 años sin título, lo condenaron pero no va preso
Ante esa situación, intervino en la causa la fiscal Ximena Santoro, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial de Quilmes, quien constató los dichos de la víctima tras entrevistarse con vecinos y familiares, y luego ordenó un allanamiento de urgencia en la casa de Masson, ubicada en la calle Ascasubi 22, también en el partido de Quilmes.
Durante dicho procedimiento, se incautaron las llaves del domicilio donde permanecía cautiva la madre del sospechoso, tras lo cual el hombre quedó detenido y fue imputado del delito de “privación ilegítima de la libertad agravada por el vínculo”, mientras que se espera que la fiscal lo indague durante las próximas horas y termine de definir la situación procesal del acusado.
La Justicia de Quilmes condenó al asesino de dos jubilados
El Tribunal Oral Criminal Nº 5 del Departamento de Quilmes dictó la prisión perpetua de Jesús Bravo, luego de haberlo hallado culpable del homicidio de una pareja de abuelos de 80 y 85 años en Berazategui, junto a otro hombre, Darío Prida, que ya había recibido la misma sentencia.
El hecho ocurrió en el marco de una entradera que tuvo lugar el 9 de octubre de 2013 en un domicilio ubicado en la calle 132, entre 9 y 10. Fue tal la golpiza recibida por los adultos mayores, que ambos fallecieron tiempo después por las lesiones.
Además, según se comprobó a través de los estudios de ADN, la anciana de 80 años fue abusada sexualmente por el imputado. El fallo que condenó a Bravo por el delito de “homicidio criminis causae para procurar la impunidad del grupo interviniente y para facilitar la comisión de robo (dos hechos) ilícito este último que concursa con los homicidios cometidos y con abuso sexual calificado con acceso carnal” fue firmado por los jueces Gustavo Farina; Mónica Rodríguez y Juan Mata.
“Le hice el amor”, aseguró el acusado en sus “últimas palabras” que dijo en el juicio y antes de escuchar el veredicto. También negó su participación en el robo y en el doble crimen, aunque reconoció que ese día estaba “alcoholizado y empastillado”, y que “no sabía lo que hacía”.