Qué hace el Ejército desde principios de 2020 en una de las villas más duras de San Martín
Desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, las Fuerzas Armadas realizan trabajos en La Cárcova, uno de los asentamientos con mayores índices de pobreza del Gran Buenos Aires. En la zona viven unas 40.000 personas.
El Ejército reparte comidas en capillas y casas de adultos mayores de La Cárcova.
En la localidad de José León Suárez se encuentra La Cárcova, una de las villas más pobres del partido de San Martín y de todo el Gran Buenos Aires. Allí, desde el comienzo de la pandemia del Covid-19, el Ejército Argentino desarrolla tareas de asistencia humanitaria y acerca alimentos a todos los vecinos de este asentamiento donde, desde el 2013, vive el cura José María Di Paola, conocido como el Padre Pepe.
Esto forma parte de una iniciativa que se puso en marcha en abril de 2020, luego de una reunión de los curas villeros con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, donde se le solicitó a las Fuerzas Armadas la colaboración en la elaboración y distribución de comida en determinadas localidades de la provincia de Buenos Aires.
“Es un orgullo el trabajo que realizan el padre Pepe, el Ejército y los cocineros en esta villa. Estamos en una situación crítica, atravesando la segunda ola de esta pandemia del coronavirus. Pero acá hay muchas mujeres y hombres que ponen el cuerpo a diario, para llevar alimentos, cuidar al otro, escucharlo y mirar a los ojos al que sufre”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, durante su visita a la parroquia San Juan Bosco, de La Cárcova.
Y agregó: “En unos años, cuando se escriba la historia de estos días, vamos a poder decir que estuvimos a la altura, que juntos le hicimos frente a esta crisis sanitaria y social. Y juntos vamos a pasar esta segunda ola y vamos a reconstruir el país”.
Por su parte, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien también visitó el asentamiento, opinó que “es un motivo de orgullo lo que simboliza este trabajo del Ejército aquí durante más de un año. Los hombres y mujeres militares han fortalecido el vínculo con la sociedad civil desde el inicio de la pandemia”.
Y aseguró que “hoy tenemos Fuerzas Armadas profundamente solidarias”, en referencia al trabajo del personal militar en la distribución de miles de raciones diarias de comida caliente en diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires.
Covid-19: una tarea diaria del Ejército en La Cárcova
En los primeros 412 días de esta operación, que desde su puesta en marcha se realiza todas las jornadas, con más de 3.200 efectivos del Ejército Argentino involucrados, ya se repartieron más de 456.000 raciones de comida en diferentes puntos de La Cárcova.
El personal militar es quien prepara y distribuye diariamente un promedio de 1.432 raciones de alimentos. Actualmente estas tareas las realizan hombres y mujeres de la Compañía de PM 601. de Campo de Mayo.
Las comidas, que se reparten con vehículos del Ejército Argentino, se distribuyen en las capillas Medalla Milagrosa, San Francisco Solano, Itatí -13 de Julio, Itatí Luján, y también en casas de adultos mayores que no pueden desplazarse.
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La Cárcova toma el nombre de una de las calles que marcan su límite y responde al apellido del pintor argentino –Ernesto de la Cárcova– cuya obra más conocida, paradójicamente, es “Sin pan y sin trabajo”, un óleo que muestra la impotencia de una familia pobre. Pintada hace más de un siglo y medio, se exhibe en el Museo Nacional de Bellas Artes y representa un símbolo de la situación que se vive en las villas de nuestro país.
De la recorrida por La Cárcova participaron también la secretaria de Coordinación Militar en Emergencias, Inés Barboza Belistri; la directora Nacional de Articulación de Políticas Municipales para la Prevención y Asistencia en Emergencias, Claudia Chiminelli; el diputado nacional, Germán Martínez; el secretario de Desarrollo Social de San Martín, Oscar Minteguía; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA, general de Brigada Juan Martín Paleo; y el comandante Conjunto de la Zona de Emergencia Metropolitana; general Néstor D’Ambra.
La llegada del Padre Pepe a La Cárcova
Desde el 2013 el Padre Pepe trabaja, junto a su equipo, en la “Misión Diocesana San Juan Bosco” que, además de La Cárcova, incluye a otras cuatro villas de José León Suárez: Curita, Independencia, El Pueblito y 13 de Julio. Estos asentamientos reúnen una población de alrededor de 40.000 habitantes atravesados por situaciones de extrema pobreza e indigencia.
A fines de 2010, y junto con otros sacerdotes, el Padre Pepe difundió un documento para denunciar que los narcotraficantes estaban inundando las villas con el “paco”, una sustancia mortal producida a partir de los desechos del proceso que se lleva a cabo para fabricar la cocaína.
Luego de eso, los narcos lo amenazaron de muerte, por lo que decidió abandonar la parroquia de la villa 21-24 de Barracas donde vivía y exiliarse en Santiago del Estero, con la bendición del hoy Papa Francisco, por entonces cardenal Bergoglio.
El Papa no sólo es su referente máximo sino, como lo suele definir el Padre Pepe, su “amigo y su padre espiritual”. Bergoglio justamente fue quien presidió la ceremonia de despedida en su honor, cuando decidió partir hacia el norte del país.
Luego, ya en el 2013, volvió a la provincia de Buenos Aires, para radicarse en La Cárcova. Allí continúa con su misión de asistir a niños y jóvenes, y que se basa en cuatro pilares: la espiritualidad, el deporte y el arte, la formación en valores y la educación.
